viernes, 8 de abril de 2016

MIS CUENTOS: " EL ENCANTO DE LOS CERDOS"


EL ENCANTO DE LOS CERDOS
(Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera)

En una ocasión, en un pueblo alejado de la capital de la provincia, luego de una jornada de trabajo un grupo de amigos decidieron agasajarle a su entrañable amigo Ricardo, compañero de estudios de la universidad. Para lo cual, se reunieron en horas de la noche para degustar un pequeño ágape y escuchar música, ya que, eventualmente se encontraban y por esa satisfacción decidieron compartir momentos de alegría.

La reunión era muy amena, conforme iban transcurriendo las horas bajo la luz resplandeciente de la luna llena que iluminaba un paisaje indescriptible e incomparable; cuyo panorama se podía observar desde el balcón de la vivienda.

 El frío penetrante de la noche y el efecto de las bebidas que habían ingerido provocaron a los amigos la necesidad de orinar y como la habitación no contaba con servicios higiénicos tenían que salir a un lugar aparente para hacer sus necesidades biológicas. La vivienda estaba ubicada al costado de un campo de fútbol y colindante con un cementerio. Es así que, los integrantes de la reunión, uno tras de otro salían hacer sus necesidades biológicas sin ningún percance y todo se desarrollaba normalmente.

La noche había transcurrido cuando aproximadamente dos de la madrugada Ricardo bajó del segundo piso y se dirigió al campo de fútbol para hacer sus necesidades biológicas; y, luego de haber terminado de miccionar se detuvo para contemplar la belleza del paisaje bajo la luz resplandeciente de la luna y el fulgor de los nevados que circundaban la población; cuando de pronto se le aparecieron unos cerdos gigantes color candela con los colmillos sobresalientes y gruñendo se abalanzaron sobre él; quien tratando de defenderse pudo llegar hasta las escaleras de madera que conducía al segundo piso de la vivienda y en un esfuerzo sobrehumano trató de voltear la escalera cayendo encima de los cerdos ahuyentándolos y perdiéndose éstos por el cementerio, quedando Ricardo atontado por el susto sin poder hablar. Al escuchar el ruido salieron inmediatamente el resto de los amigos, encontrándolo aturdido por la impresión y el susto ocasionado por los cerdos.

- Juan, al verlo fatigado, le preguntó ¿qué te ha pasado?
- Ricardo, relató cómo había sido atacado por enormes cerdos color candela y de colmillos sobresalientes.
Pero, Juan replicó: - ¿De dónde salieron los cerdos?  
- Ricardo, contestó: - aparecieron del lado del cementerio. No era cerdos normales, sino que eran cerdos gigantes, tenían unos colmillos enormes y sobresalientes; sus ojos eran grandes relucientes color rojizo, tenían unas orejas grandes y puntiagudas, y de sus hocicos  salían chispas como fuego que infundía terror y me han atacado con una ferocidad increíble.
- Ricardo, prosiguió relatando lo sucedido:       - He sacado fuerzas y he tratado de ganarle en subir las escaleras que da al cuarto., momentos en que, en mi desesperación sin darme cuenta lo he volteado la escalera, la que ha caído encima de los cerdos, huyendo éstos despavoridamente al fondo del cementerio.

- Pedro, Roberto y Alejandro, amigos con quienes estaban compartiendo la reunión, al escuchar el relato de Ricardo, no podían creer lo sucedido. Entonces, en son de burla le dijeron que era un invento de él y que por miedoso estaba tratando de alarmarles.


De esta manera, la pequeña reunión que había sido planeada por los amigos con tanto entusiasmo, terminó casi en una desgracia por la influencia de seres malignos que ocasionalmente suelen suceder por influencia de la naturaleza, la hora avanzada de la noche y lo inhóspito de la población.

Al día siguiente, los amigos fueron a desayunar a la casa de la señora Francisca, quien daba pensión a las personas foráneas.
- Juan, para salir de dudas acerca de lo sucedido, tomando el desayuno, preguntó a doña Francisca:  - ¿Dígame usted, sí aquí en el lugar suceden hechos insólitos en las noches?
- La señora Francisca, sorprendida replicó: ¿Algo malo le ha sucedido, por qué pregunta como si tuviera miedo o temor?
- Juan, tartamudeando respondió y contó lo sucedido a Ricardo.
- La señora Francisca, al escuchar lo relatado por Juan, quedó asombrada y reaccionó rápidamente y preguntó: ¿está bien joven Ricardo, no le han llegado a lastimar?
- Ricardo, dijo: no señora, solamente ha sido un susto enorme, pero, sigo algo aturdido.
Entonces, la señora Francisca manifestó:
- Que en ese lugar las personas foráneas a altas horas de la noche, si se encuentran solo son tentadas por espíritus malignos en época de luna llena.
Además, la señora Francisca aclaró y dijo:
- Lo interesante es que, posiblemente el carácter fuerte de Ricardo ha contribuido para que no le sucediera algo funesto; sino, podría haberlo llevado a un precipicio, aventarlo al río que pasa por un costado del pueblo, desaparecerlo o amanecer muerto como había sucedido en otras ocasiones con otras personas foráneas.

Con la información de la señora Francisca, Pedro, Roberto y Alejandro, recién comprendieron que era cierto lo sucedido a Ricardo, sirviéndoles como referente para otras ocasiones en el futuro.


FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario