domingo, 17 de agosto de 2014

EL CUENTO COMO UNA DINÁMICA DE MOTIVACIÓN PARA DESARROLLAR LA COMPRENSIÓN LECTORA DE LOS ESTUDIANTES



PREÁMBULO 

En el Día Internacional del Niño, quiero dirigirme a todos los niños de la provincia de Cajatambo, de todo el Perú y del mundo entero parta adentrarme al corazón y en la mente de cada uno de ustedes para hacerles llegar mi amor fraternal y desearles un día feliz que, en el lugar en que se encuentren tengan la bendición de nuestra Divina Providencia llenando en cada uno de ustedes de amor, e ideales para que cuando sean grandes puedan cambiar el mundo, porque son la esperanza del mañana. No teniendo nada que ofrecerles, a través de este humilde Blog, quiero ofrecerles mis cuentos para que haciendo uso de sus fantasías puedan hacer realidad el mensaje del cuento. 

 INTRODUCCIÓN EL CUENTO COMO UNA DINÁMICA DE MOTIVACIÓN PARA DESARROLLAR LA COMPRENSIÓN LECTORA DE LOS ESTUDIANTES 

 Siendo el cuento una: fábula, leyenda, ficción, invención, novela, tradición, jácara, quimera, mito, etc; se puede utilizar como una dinámica de motivación para el desarrollo de la comprensión lectora de los niños; es decir, a través de la lectura de cuentos se pude inducir, estimular a los niños para que utilizando su imaginación, su fascinación, su reflexión puedan comprender el desenlace del trama del cuento, fortaleciendo su desarrollo personal, social y la práctica de valores, consecuentemente ir desarrollando así su comprensión lectora. 
 A continuación se presenta una serie de cuentos que han sido escritos por el autor teniendo como fuente de imaginación y fantasía, realidades de los pueblos andinos de la provincia de Cajatambo, la idiosincrasia de sus pobladores y los poderes mágicos de la naturaleza cajatambina para darles vigencia como si fueran hechos reales. 
 A través de la lectura de los cuentos, también se pueden trabajar un conjunto de valores que en el desenlace del cuento se va evidenciando, a fin de impactar en el lector un cambio de actitud e inducirlos al hábito de la lectura, mejorar su capacidad de asertividad en la comunicación. La lectura de los cuentos pueden desarrollarse en el aula en diferentes momentos del proceso enseñanza - aprendizaje: 
1. Antes de iniciar las clases (sesiones de aprendizaje) para inducirle a los estudiantes al hábito a la lectura. 
2. Como una dinámica de motivación para el desarrollo de una sesión de aprendizaje de cualquier área curricular en forma transversal. 
3. Como una actividad inherente al desarrollo de una sesión de aprendizaje del área de comunicación. 
4. Durante la ”Hora de Lectura” o como parte de las acciones de la “Hora de Tutoría” para inducir (incitar, provocar, estimular, promover, influir) en los estudiantes a la práctica de valores o normas de comportamiento en su vida cotidiana, en base al mensaje del cuento. 
 La lectura del cuento como dinámica de motivación para el desarrollo de la “Comprensión Lectora”, debe inducirle al estudiante a un análisis comprensivo del texto, creando en él un hábito a la lectura. Este proceso de hábito a la lectura se logrará en base a la constancia y la perseverancia del estudiante con el acompañamiento, supervisión, control y evaluación del profesor. Lo que significa que el estudiante debe sentir un gozo, deleite y placer al momento de realizar la lectura del cuento. Asimismo, el proceso del hábito a la lectura significa entusiasmo, disciplina, responsabilidad, trabajo, constancia y dedicación, como dice William Faulkner: “Para ser grande hace falta 99 por ciento de talento, 99 por ciento de disciplina y 99 por ciento de trabajo”. O como dice Ovidio: “La gota abre la piedra, no por su fuerza sino por su constancia”. O como dice: P. E. Ureña: “El hábito y el amor a la lectura forma al niño para abrir el mundo de la cultura universal”. 
 Tras la lectura de cada cuento, el estudiante puede trabajar la comprensión del mismo utilizando ciertos ejercicios o estrategias Para la lectura del cuento y su comprensión, debemos utilizar ciertas estrategias como: 
• El subrayado, 
• Extraer las ideas principales, 
• Identificar el trama y el desenlace del cuento, 
• Identificar las palabras nuevas, 
• Responder verdadero/falso a cuestiones, sobre el texto del cuento, • Relacionar conceptos, 
• Buscar palabras, 
• Ordenar frases de forma secuencial, 
• Descubrir la definición de algunos términos. 
 Así como también, el estudiante debe tomar sentido de la lectura desde el título hasta la última palabra del texto. Para lo cual, es necesario que los estudiantes lleven consigo y utilicen el diccionario como instrumento de apoyo para que en todo instante puedan consultar el significado de las palabras que desconocen y así puedan comprender mejor el mensaje del cuento. 
 A continuación, se bosqueja el Análisis de un cuento en base a los elementos literarios que debe estar constituido. En el momento de realizar un análisis, debemos distinguir: 
1. Titulo 
1.1. Significación y función del título. ¿Es literal o simbólico? 
1.2. ¿Refleja el contenido del cuento? 
2. Asunto 
2.1. ¿De qué trata el cuento? 
2.2. Hacer una breve reseña. 
2.3. ¿El asunto o argumento tiene fuerza expresiva o contenido dramático? ¿Por qué? 
3. Tema 
3.1. ¿Cuál es la idea central del cuento? 
3.2. ¿Cuáles son las ideas secundarias? 
3.3. Hacer una relación del tema central con las ideas secundarias. 4. Personajes 
4.1. Caracterización. ¿Cómo caracteriza el autor a los personajes?, ¿directa o indirectamente? 
4.2. ¿La caracterización es profunda o superficial? 
4.3. ¿Actúan los personajes de acuerdo a su índole y propósito, o a expensas del autor? 
4.4. ¿Los personajes son reales, simbólicos o tipos? 
4.5. ¿Hay personajes que conjuguen algún tipo de valor ético, estético, ideológico u otro? 
4.6. ¿Existe alguna relación entre los personajes y el ambiente? 
4.7. ¿Hay relación entre los personajes y la acción? 
5. Ambiente 
5.1. ¿En qué tipo de escenario se desarrolla el hilo de la acción? 
5.2. ¿En qué época? 
5.3. La atmósfera es ¿sórdida o diáfana?, ¿de misterio o de amor?, ¿de angustia o de paz? 
6. Acción 
6.1. ¿Cuánto tiempo dura la acción? 
6.2. La acción del cuento es ¿complicada o sencilla?, ¿lenta o rápida? 
6.3. ¿La acción es externa o interna? ¿Existe algún tipo de conflicto entre los personajes que determine la acción? ¿Entre un personaje y alguna fuerza natural? ¿Un personaje consigo? 
 El presente trabajo está dirigido a todos los docentes que tenga la inquietud de poner en práctica la lectura del cuento como una dinámica de motivación para el desarrollo de sus sesiones de aprendizaje. A continuación les ofrezco algunos cuentos. 

 EL SUEÑO QUE SE HIZO REALIDAD 
 (Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera) 

 Juan, un joven campesino soñó una noche que caminaba por un extraño camino de un lugar desconocido que, ascendía por un cerro de exuberante vegetación en cuya cima existía una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín muy florido, al sentirse cansado por la caminata llamó a la entrada que, luego de unos minutos salió un anciano de barbas blancas, a quien le pidió que le diera posada y le brindara una taza de agua para mitigar su sed; y, al instante que le iba a dar la taza de agua se despertó Juan con la sensación que tenía mucha sed. A partir de esa fecha el joven Juan soñaba todas las noches caminando por el mismo lugar y repitiéndose la misma escena, habiendo quedado grabado en su memoria los detalles de su sueño. Preocupado por el sueño persistente le contó a su padre todo lo que le estaba sucediendo; y el padre le respondió que posiblemente se acostaba con sed y su sueño era una respuesta a esa necesidad. Después de un tiempo, el padre le dice a su hijo: - Juan, tienes que viajar al pueblo vecino llevando un encargo y debes regresar lo más pronto posible, por que tienes que hacer muchas cosas aquí en la casa. - Juan, obediente y respetuoso a las órdenes de su padre, le respondió: - ¡Padre, tus órdenes serán cumplidas y lo haré en un tiempo record! Al día siguiente, el joven Juan muy de madrugada sale de su casa con destino al pueblo vecino y emprendió el viaje a todo dar. El joven Juan lleno de vitalidad, hizo todo lo posible de caminar velozmente, pero, por la excesiva vegetación y el calor del sol radiante, Juan iba sintiendo cansancio y sed, lo que le recordaba los pasajes de sus sueños persistentes; y así, prosiguió con su viaje, cuando de pronto empezó a subir el mismo camino de sus sueños y todo era parecido a los lugares que había soñado. De rato en rato, el joven, se sentaba a descansar y en su mente seguía recordando los sueños que había tenido. Casi agotado por el cansancio y la sed persistente, divisó una casita blanca en la cima del cerro, conforme se iba acercando al lugar, la casita se veía muy hermosa y el jardín tan florido, se parecía al que había visto en su sueño; al salir de un recodo (esquina, curva, rincón, vuelta) se dio con la sorpresa que estaba frente a una casita blanca, igual a la que había visto en su sueño; y como su sed era insoportable decidió tocar la puerta. Y al tocar la puerta, salió un anciano de barbas blancas, era el mismo anciano que le había alcanzado la taza de agua en su sueño. El joven Juan, aturdido por la sorpresa, solo atinó a decirle: - Señor, por favor, ¿podría proporcionarme una taza de agua para aplacar mi sed?, luego se sentó debajo de un árbol. El anciano muy atento le dijo: - ¡No se preocupe, enseguida le alcanzo!. Entró a la cocina y sacó una taza con agua, y le dijo: - ¡Esto le va ha aplacar la sed y le va aliviar el cansancio! Al momento de recibir la taza sintió que una fuerza magnética se apoderaba de su cuerpo, a pesar de ello, tomó el agua de la taza y conforme iba tomando el agua le vino un profundo sueño y se quedó dormido allí donde estaba sentado. Luego, el joven Juan empezó a soñar. En su sueño el anciano le decía: - Te has equivocado de camino, abajo habrás notado hay un cruce, de allí se bifurcan dos caminos, uno que va al pueblo donde te dirigías y el otro es el camino que conduce a esta posada. Esta casita hace muchos años que está abandonada desde que fallecí, en ella he tenido guardado mi tesoro de toda mi vida; tu suerte te ha guiado para llegar donde te has quedado dormido, ya que, debajo de la piedra que estás sentado está enterrado una alforja de cuero llena de oro; sácale y llévalo donde tu padre, con ello podrán comprar todo lo que necesitan y serán muy felices! El joven Juan, se despertó asustado, y vio que la casita no era la misma que había visto, sino una casita vieja y derruida. Pero, para comprobar si era verdad que el anciano le había dicho, levantó la piedra en el que estaba sentado y en verdad encontró la alforja de cuero llena de oro; comprendiendo que era una revelación del anciano, cogió la alforja con el oro y se regresó a su casa. Al llegar a su casa contó a su padre todo lo sucedido y le mostró la alforja lleno de oro, así como también le manifestó que no había podido llegar al pueblo y dejar el encargo porque había tomado el camino equivocado. El padre y el joven Juan cumplieron con el encargo del anciano comprando todo lo que necesitaban y se convirtieron en una familia muy acomodada, gracias a su prudencia, honestidad, su trabajo constante y sus nobles sentimientos con sus prójimos. 
FIN 

EL BANDOLERO ENCANTADO 
 (Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera) 

Era época de fiestas en un pueblo, dónde se festejaba la fiesta patronal de ese lugar Por esos años, la carretera solamente llegaba hasta un determinado lugar y de allí, tenían que viajar a caballo o a pie para llegar al pueblo. La “Góndola” o ómnibus que los transportaban de la capital con destino a ese pueblo, llegaba entre 6 a 7 de la noche a una estación, debiéndose alojar los parroquianos en pequeñas habitaciones del lugar, para luego el día siguiente seguir su viaje a pie o a caballo con destino a dicho pueblo. Al bajar Julio Chico de la góndola, se le acerca un joven y le dice: - Don Julio, su papá me ha encargado un caballo aperado para que pueda viajar, está en la casa del señor Daniel Alcocer. - Julio el bandolero, agradeció al joven por el encargo, y, se constituyó a la casa del señor Alcocer. - Julio el bandolero al llegar a la casa, dijo: Buenas noches don Daniel, nuevamente me tiene por estos lares, me dicen que aquí me aguarda mi caballo que ha sido enviado por mi padre. - Sí, don Julio aquí está su caballo; pero como ya es tarde, habrá que llevarlo al potrero para que coma bien para el viaje de mañana. - Julio el bandolero, le contesto: No, don Daniel, ahora mismo tengo que viajar porque ésta noche es la víspera de la fiesta y no quiero perder la oportunidad para divertirme. - Don Daniel Alcocer, se quedó sorprendido a la respuesta del cuatrero; y le replicó: - Usted no tiene miedo viajar a esta hora en el silencio de la noche, por sitios muy agrestes; y, lo peor que tiene que cruzar la cumbre donde hace mucho frío. - El bandolero, con tono desafiante contestó a don Daniel: - Para los hombres como yo no hay imposibles, por algo soy Julio el Chico, haciendo fama a su padre. Pero, Julio Chico, haciendo alarde de su fama de bandolero, mujeriego y abigeo; y además, acostumbrado a realizar esos viajes de noche por esas rutas, decidió emprender el viaje alrededor de las nueve de la noche enrumbando su viaje a caballo con dirección al pueblo, enfrentándose a un camino bastante accidentado e inhóspito, siguiendo una quebrada por donde discurría un río y teniendo que pasar por unos socavones de carbón de piedra, donde se podía percibir solamente el ruido de las aguas del río y el zumbido de unos moscones propios de esa zona que daban la impresión de lugares tétricos y espantosos que infundía mucho miedo y terror. La noche estaba iluminada por el fulgor resplandeciente de la luna llena como si fuera de día. Cerca de las doce de la noche avistaba una antigua fundición en donde todavía existían casas antiguas, el horno de fundición de metales que utilizaron los antiguos pobladores. En dicho lugar, vivían gente que se dedicaban al pastoreo de ganado ovino; quienes tenían una amistad con el bandolero. Es así, que los perros al verlo aproximarse al lugar empezaron a aullar y luego se callaron al reconocerlo que era amigo de sus dueños. El cabalgante, prosiguió su viaje sin alborotar a los perros; el caballo iba muy de prisa y muy sudoroso; por su parte, el cabalgante iba provisto de un poncho, un sombrero y de una chalina para amortiguar el frío, la helada de esa época, así como también de la altura, ya que, estaba ascendiendo la parte más alta de la cumbre. Julio Chico, prefirió pasar de largo la estancia sin tomar contacto con sus amistades, a fin de no demorar su viaje y llegar a la hora de la víspera de la fiesta, por lo que, aligeró a su caballo; y cuando se había alejado del lugar, iba distraído silbando una canción; de un momento a otro, cuando se encontraba cerca al manantial de aguas termales, de pronto, se le apareció por el camino una mujer blanca y hermosa de cabellos rubios, momentos que Julio Chico, se sintió impresionado, y al encontrarse frente a frente, y la bella dama le dijo: - Joven, a dónde se va tan de prisa, pareciera que alguien le persigue, a lo que Julio Chico, contestó: - No, voy a festejar la víspera de la fiesta de mi pueblo. La bella dama, por su parte le dijo: - vengo caminando muy cansada, ¿podrías acompañarme al campamento que está cerca? - El bandolero le contesto que también él iba de prisa, y, que no podía. Pero, el cuatrero frente a tal invitación empezó a dudar, puesto que el conocía bien la zona, y en ese lugar no vivía una mujer con las características de la dama que le estaba invitando. El cuatrero, trató de rehusar dicha invitación, y, frente a tal rechazo, en esos instantes las riendas que tenía sujetando el caballo, en sus manos se convirtieron en dos serpientes que trataban de enroscarlo por la cintura; al ver que no podía sujetar el caballo, el cabalgante solo pudo vociferar palabras soeces y en el acto desapareció la mujer hermosa de cabellos rubios. Casi a punto de perder el control, el cabalgante recapacitó para utilizar sus espuelas, incrustando a cada costado del abdomen del caballo, haciendo que éste dé un brinco y saliera velozmente del lugar. Por su parte, Julio Chico, se encontraba totalmente confundido con los pelos en punta. Pero, como el cuatrero tenía carácter fuerte pudo imponerse al encanto de la bella mujer, haciendo que el caballo le llevara a todo dar. Conforme iba avanzando su camino no podía comprender lo sucedido, meditando que posiblemente era la maldición de las personas a quienes había hecho daño, ya que no encontraba otra explicación. Así, pudo llegar a su destino en horas de la madrugada impresionado por lo sucedido. Al llegar a la casa de sus padres, contó todo lo sucedido, quienes se quedaron asombrados, sólo les quedó llamarles la atención, diciéndoles: - Julio, esto te pasa por mujeriego, porque paras haciendo daño a la gente, tienes que enmendarte de tus errores. y comportarte como un joven decente. El bandolero, que tenía la fama de mujeriego y abigeo, muy conocedor de esa ruta por sus andanzas propio de sus actividades ilícitas, a partir de ese suceso, trató de cambiar su comportamiento, ya que le sirvió de escarmiento. 
 Fin 

LA MINA DE ORO 
(Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera) 


En las faldas de un cerro, don Pedro se encontraba pastando su ganado, después que había chacchado su coca y fumado su cigarro, se recostó en la sombra de una pequeña cueva y de pronto le vino un sueño muy profundo, quedándose dormido. A don Pedro en su sueño se le apareció un viejito con barbas blancas muy crecidas hasta la altura de las rodillas y jorobado, caminando apoyado en un bastón, y le dijo: - ¿Pedro, qué haces durmiendo en la entrada de mi mina? Don Pedro, asustado, le contestó: - ¡Había chacchado mi coca y fumado mi cigarro y de un momento a otro me quedé dormido! Entonces, el anciano le contestó: - ¡Precisamente, al percibir el olor de la coca y del cigarro he salido de adentro de la mina para ver quien estaba haciendo una ofrenda a mi mina! Don Pedro, se sorprendió al escuchar al anciano y entre sí se decía: - ¿Tengo tantos años viviendo y pastando mi ganado en este lugar, nunca he visto ninguna mina en este cerro? Y, el anciano al ver confundido a don Pedro, le dijo: - ¡Todo este cerro es de oro, lo que pasa es que todavía no has abierto los ojos! En esos instantes, el anciano golpeó la roca con su bastón, produciendo un fuerte ruido, haciendo que don Pedro se despertara, y al abrir los ojos vio que todo el cerro brillaba de un color amarillo dorado; efectivamente lo que estaba viendo era oro. Don pedro, emocionado a punto de perder la razón, fue corriendo a su choza que estaba muy cerca del cerro donde se encontraba su esposa y sus hijos, contando todo lo sucedido con lujo de detalles. La esposa y los hijos no le creyeron, a lo que, don Pedro insistió y al ver la incredulidad de su familia, les invitó ir al cerro. Y cuando la familia se iba aproximando al cerro, todas las rocas brillaban de color amarillo dorado; entonces creyeron que era cierto. Don Pedro, entendiendo que era verdad lo que estaban viendo su familia, empezó a saltar, gritar: - ¡Soy muy rico!, ¡Soy muy rico! A partir de ese momento, toda la familia de don Pedro empezó a extraer el oro desde la pequeña cueva donde se había quedado dormido; conforme iba extrayendo el oro iba apareciendo cada vez más y más; por lo que, tuvieron que contratar a otras personas para seguir extrayendo dicho mineral. Con el paso de los días, meses y años la mina de don Pedro se hizo famosa y muy conocida en toda la región, siendo visitado por ingenieros y capitalistas queriendo asociarse con don Pero para explotar la mina en gran escala. Es así que, don Pedro hizo un contrato con una empresa minera, quienes se encargaron en construir una carretera y de pronto alrededor de la choza de don Pedro se construyó un gran asentamiento minero con una concentradora donde se procesaba el mineral para obtener el oro. Don Pedro y su familia durante el tiempo que había explotado su mina habían acumulado una gran fortuna, comprando propiedades en diversos lugares, casas, carros, haciendas. Sus amigos y familiares lejanos, al ver cómo don Pedro de un simple pastor se había convertido en un gran millonario, quisieron saber cómo es que había descubierto esa mina; entonces don Pedro que, era una persona de buen corazón, sincero, honesto y honrado, empezó a confiar su secreto contando todo lo sucedido. A partir de la primera vez que divulgó todo lo acontecido, la suerte de don Pedro fue cambiando, de igual manera la calidad de la mina iba disminuyendo; y repentinamente la beta de la mima desapareció. Los empresarios mineros se sorprendieron y no podían salir de su asombro que, de un momento a otro se desaparezca la beta. Por tanto, los empresarios se vieron arruinados, ya que, habían invertido gran cantidad de dinero para la explotación de la mina. Nadie se daba cuenta del comportamiento del cerro y lo que estaba sucediendo. El anciano que, a don Pedro le había revelado que todo el cerro era de oro, aprovechando el resplandor de la luna llena todas las noches salía del cerro con 25 llamas cargado de oro y se dirigía por diferentes direcciones del cerro. Una noche salía por el este, otras por el oeste, por el norte y por el sur. Las 25 llamas caminaban de prisa guiados por el anciano jorobado de barbas blancas, quien con sus llamas desaparecía por los cerros. Lo curioso del caso, el anciano tenía que salir del cerro antes de las 12.00 a.m. de la noche y antes que cante el primer gallo, eso era el secreto del anciano; pero, la ultima noche como era las últimas cargas de oro que tenía que transportar se demoró y le dio las 12.00 a.m., antes que cruzara una gran catarata, preciso momento en que cantó el gallo; entonces el anciano no tuvo otra alternativa con sus poderes mágicos que las 25 llamas cargadas de oro se introduzca por la catarata, y de igual manera el anciano tuvo que introducirse en dicha catarata porque ya no tenía tiempo para regresar al cerro. A partir de esa fecha, la catarata se convirtió en un gran lugar mágico en noches de luna llena de esa catarata salía una mujer muy hermosa cargando un cántaro de oro lleno de agua y se dirigía a regar unas plantas de manzano que existía cerca de ese lugar y la mujer tenía que retornar a la catarata antes de las 12.00 a.m. y antes que cante el gallo anunciando la media noche. En otras oportunidades, en noches de luna llena, salía las 25 llamas cargadas de oro dirigiéndose por diferentes caminos, cuya finalidad era que, esas cargas de oro se vayan expandiendo por todos los cerros, siendo actualmente la codicia y la ambición de muchos mineros. Por su parte, el anciano en las noches de luna llena salía de la catarata y se sentaba en el camino, esperando que algún caminante pase por allí para engatusarlo con sus poderes mágicos para luego introducirlos dentro de la catarata desapareciéndose para siempre. Luego que, la mina había colapsado por completo, don Pedro fue revelado en sus sueños por el anciano jorobado, proponiéndolo que debería regresar a su choza y ver cómo se encontraba el cerro que había dejado. Don Pedro cegado por su codicia y su ambición, obediente aceptó retornar. Al llegar al lugar don Pedro encontró que todo se encontraba abandonado; guiado por su curiosidad trató de ingresar a los socabones de la mina, de donde jamás pudo salir. 

FIN 

EL ENCANTO DE LUZMARÍA Y LUZMARINA 
(Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera) 

Por la incomprensión de sus padres una pareja de enamorados decidieron escaparse de sus casas y emprendieron un viaje al desconocido, deambulando de pueblo en pueblo, hasta que llegaron a un lugar muy lejano, allí se asentaron y construyeron una humilde cabaña; con el sudor de su frente tuvieron que labrar la tierra para poder alimentarse y poder sobrevivir, hasta que, poco a poco con el correr de los años pudieron establecerse bien y decidieron tener sus hijos. Después de meses de gestación la señora dio a luz a una hermosa niña, a quien le pusieron el nombre de Luzmaría; la niña fue creciendo y los padres se sentían felices de tener una niña tan hermosa. El padre por esa satisfacción trabajaba mucho más para poderla alimentar bien y que crezca sana y fuerte. Ya cuando Luzmaría estaba grandecita, los esposos se pusieron de acuerdo para tener otro hijo para la compañía de Luzmaría y pasaron los meses la esposa resultó embarazada, toda la familia se sentían felices al ver que había un nuevo miembro en el seno del hogar. Los esposos pensaban tener un varoncito, pero al final nació otra hermosa niña, a quien le pusieron de nombre Luzmarina, por haber nacido el mismo día que naciera Luzmaría. Los papas se esmeraban en alimentarlas, vestirlas y cuidar que no se enfermaran y así fueron creciendo hasta cuando llegaron a ser unas bellas y hermosas señoritas; pero, iba surgiendo un pequeño detalle: - Luzmaría, era muy apegada a su padre y la quería demasiado, y - Luzmarina, era muy apegada a su madre, de igual manera la quería demasiado a su madre. Las hermanas empezaron a tener una rivalidad entre ellas, aduciendo que Luzmarina era más linda y hermosa que Luzmaría; y Luzmaría por su parte sostenía que era más bella y hermosa que Luzmarina; para remate de males, la mamá tenía más preferencia por Luzmarina, porque ella la quería más que a su padre; y el papá tenía más preferencia a Luzmaría, porque ella la quería más que a su madre, es decir surgió una rivalidad entre las dos hermanas y por otra parte, surgiendo indirectamente otra rivalidad entre los padres por la marcada preferencia que tenían cada uno. Como se acercaba el cumpleaños de las dos hermanas, los padres decidieron hacerles una gran fiesta, puesto que a diario eran visitadas por numerosos pretendientes por la hermosura que irradiaban ambas hermanas y era de público conocimiento en toda la zona; entonces deciden salir a los pueblos vecinos ha aprovisionarse de diversos alimentos para ofrecerles un gran banquete. De la cabaña donde vivía la familia, salían dos caminos: - Uno que se dirigía hacia el norte - Otro que se dirigía al sur. El padre con Luzmaría, decidieron dirigirse por el camino que conduce hacia el norte. Y por su parte la mamá con Luzmarina decidieron dirigirse por el camino que conduce hacia el sur. El padre con Luzmaría, caminaron durante todo el día sin encontrar nada, ya de noche llegaron a una chosita (ranchito, chacrita) donde vivía sola una anciana que era una bruja muy famosa; en vista que estaban muy cansados le suplicaron a la anciana para que les brindara posada y le proporcione alimento para mitigar su cansancio y su hambre. La anciana a regañadientes, aceptó darles alojamiento, pero, con la condición que el día siguiente cumplieran con el requerimiento de la anciana. Al acostarse en la oscuridad de la noche para conciliar el sueño, empezaron a conversar padre e hija: - ¿Papá, porqué la viejita tiene la nariz tan grande y encorvada y nosotros no tenemos así?. El papá, para no infundirle miedo o temor a su hija , le decía: - ¡La anciana tiene muchos años y por el correr de los años y el sufrimiento le ha causado que la nariz le crezca de esa manera y lleno de granitos; y cuando lleguemos a tener su edad posiblemente nos crezca la nariz como a la anciana!. Y así, siguieron conversando hasta que se quedaron dormidos. Al día siguiente, la anciana después del desayuno les propuso a sus visitantes que, tenían que cumplir con unos encargos como pago de la atención que les había brindado: A Luz María le dijo: - ¡Tú, tienes que ir a la laguna que está detrás de ese cerro y traerme agua con esta canasta!, recomendándole que si no podía cumplir con el encargo, mejor que no regrese Y al padre le dijo: - Usted me va traer veinte cargas de “hichu” de los cerros del frente!, de igual manera le replicó al padre. Si no puedes recoger, mejor es que no vuelvas aquí. Luzmaría, toda acongojada y muy cansada llegó a la laguna que la bruja anciana le había indicado. Y al llegar al lugar vio una hermosa laguna y quedó impresionada, por lo que, decidió contemplarla recorriendo toda la orilla de la laguna; y luego de tantas vueltas intentó introducir la canasta a la laguna para poder coger el agua, y al sacar la canasta todo el agua se vació por las rejillas de la canasta y se quedaba sin una gota de agua, por lo que, intentó varias veces sin resultado alguno. De pronto, cuando se dio cuenta a su costado a orillas de la laguna saltaba un sapito cantando ¡Croack, croack, croack …!; al contemplar el comportamiento del sapito, Luzmaría dijo en voz alta: - ¡Qué bonito sapito, de dónde habrá salido!, y le cogió entre sus manos, y de pronto el sapito le habló, preguntándole: - ¡Y usted hermosa doncella de dónde viene a mi palacio!. Luzmaría al escuchar hablar al sapito se sorprendió, a lo que respondió: - ¡Vengo de la casita de la anciana, quien me ha encargado que lleve agua con esta canasta, pero, cuando quiero recoger en ella no queda ni una sola gota, no sé que voy hacer!. Y el sapito le contestó: - ¡Tienes que esperar que el sol se oculte y se haga noche, entonces podrás coger el agua que desees con la canasta que tienes en la mano! Luzmaría, tuvo miedo y se preguntó: ¿Si de día no puedo recoger el agua, de noche será peor?. En ese preciso instante, el sapito que estaba en las manos de Luzmaría, saltó y se introdujo en la laguna. Así, transcurrió el día sin que se diera cuenta Luzmaría, ocultándose el sol y empezó salir la luna con un resplandor increíble; y, de un momento a otro, sin que se diera cuenta Luzmaría, apareció un Joven muy simpático decentemente vestido como un Rey. El joven, al ver a Luzmaría confundida y totalmente apenada, le preguntó: - ¿Hermosa dama, en qué le puedo ayudar? Luzmaría, con voz entrecortada le dijo: - ¡La anciana de la casita de abajo me ha pedido que le lleve agua con esta canasta, pero, todo el agua que trato de recoger se pasa por las rejillas de la canasta, sin quedar una sola gota de agua en la canasta!. Al comprender la impotencia de la bella dama, le dijo: - ¡No te preocupes, yo, te voy ha ayudar y vas ha coger el agua que desees, ya que ésta laguna es mío, y dentro de ella está mi palacio, si gustas te invito a observar! Y cuando Luzmaría, miró toda la laguna, ésta se convirtió en un gran palacio, quedándose asombrada, no llegando a comprender todo lo que estaba sucediendo; por lo que, la bella joven le pregunto al joven acompañante: - ¡Hace un rato un sapito me dijo también que esta laguna era suyo y que dentro tenía un palacio! El elegante joven, le dijo: - ¡Ese sapito, soy yo, el que me tenías en tus manos, en recompensa de ello quiero tenerte en mi palacio! Por arte de magia, los dos jóvenes aparecieron dentro del palacio; quedando hechizada Luzmaría. Entonces el joven Rey, le dijo: - ¿Desde este momento tú serás mi esposa y seremos felices para siempre! Luzmaría, quedó encantada y aceptó la propuesta del joven Rey, lloró de felicidad, pero tuvo mucha pena por su padre, su madre y por su hermana. Entonces, el joven rey, le dijo: - ¡No te preocupes, mira en este espejo grande, allí está tu papá, no ha podido recoger el hichu de los cerros, porque allí no existe ni un solo hichu, la bruja le pidió un imposible; como ves, él está bien, pronto estará con nosotros. Allí esta tu mamá y tu hermana, puedes verlo, ellas también se encuentran en otro palacio que es de mi hermano! Luzmaría, sumamente emocionada le dijo al joven rey: - ¡No tengo cómo agradecerte, tú serás mi dulce rey! Y el joven rey, le dijo: - Tú serás mi Dulcenita! Entonces, el joven rey le prometió: - ¡Yo y mi hermano haremos un gran palacio en la cabaña de tus padres, para que ellos puedan vivir como reyes, igual como nosotros. Ya no habrá esa rivalidad entre tú y tu hermana, entre tu padre y tu madre, todos seremos muy felices por toda la vida! La perseverancia (constancia, persistencia, entereza, paciencia, tenacidad) del padre por hacer felices a sus hijas, de una humilde cabaña donde vivían se convirtió en un gran palacio. Allí volvieron a reunirse con sus hijas, abrazándose juraron amor eterno. 
FIN 

LOS CERROS QUE CONVERSAN 
(Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera) 

En una casita muy apartada de un pueblo lejano, vivían don Jacinto y doña Rosario en compañía de sus hijos que todos eran varones, quienes habían nacido y crecido en ese lugar. Los padres eran humildes campesinos que se dedicaban a la agricultura y a la crianza de animales, los cuales eran su sustento de la familia. Habían pasado muchos años, todo era normal, los hijos para matizar la monotonía de cada día trataban de intercambiar de actividad de lunes a domingo; eran muy unidos y se estimaban mucho porque los padres les había inculcado amor, afecto, respeto, obediencia, honestidad, veracidad, justicia, laboriosidad, comprensión; es decir, cada uno de ellos era el complemento del otro. Los padres se sentían felices al ver que sus hijos iban creciendo y estaban alcanzando su mayoría de edad. La preocupación de los padres era que, cada uno de sus hijos logre formar su propia familia, pero, lo inconveniente era que en ese lugar no había ninguna joven con quienes podían formar un nuevo hogar. Iba transcurriendo los días, los padres preocupados conversaban en las noches en su aposento y se preguntaban: - ¿Cuál será el destino de nuestros hijos?, Así, pasaban los días, los meses y los años, hasta que un día lunes muy de madrugada su hijo Raúl, le dice a sus padres y hermanos: - ¡ No tenemos leña, voy a coger y traer del cerro “Rayhuán”, estaré de regreso por la tarde!. Raúl partió con dirección al cerro “Rayhuán” llevando sus asnos para cargar y traer la leña; cuando había caminado bastante lejos y se encontraba cerca del cerro “Rayhuán”, observó que a cierta distancia venía una persona, pero, conforme iba acercándose pudo notar que era una bella dama y justamente en el medio del cerro “Rayhuán” llega a encontrarse frente a frente. De inmediato la joven dama le pregunto al joven: - ¿A dónde vas?, Raúl le contestó: - ¡Voy a recoger leña aquí en el cerro!, Por su parte Raúl le preguntó a la bella dama: - ¿Usted a dónde se dirige?, A lo que, la hermosa joven le contestó: - ¡Voy a la casa de don Jacinto, voy llevando un encargo de mi padre!, Entonces Raúl le dice: - ¡Yo soy hijo de don Jacinto!, Por lo que, la bella doncella le propone: - ¡Te espero para ir juntos!. Raúl, frente a la respuesta de la joven, quedó atónito y confundido, luego aceptando la propuesta de la joven. Raúl empezó a coger la leña, pero, por encanto la leña aparecía por montones. Al ver la joven que Raúl había cogido gran cantidad de leña le propuso que descansara, y le dijo: - ¡Traigo un suculento fiambre!, ¿podemos compartir?, A lo que Raúl aceptó y se sentaron a compartir el ágape. Conforme iban compartiendo y saboreando, Raúl se sentía cada vez más impresionado de la joven, ya que irradiaba una hermosura angelical indescriptible, a punto que quedó extasiado (alucinado, deslumbrado, maravillado) perdiendo el conocimiento. Raúl al volver en sí, se dio cuenta que estaba en un lugar desconocido, ¡era un palacio!; y la joven le dijo: - ¡No temas, este era el encargo que tenía para don Jacinto!. Luego, la joven comprendiendo que Raúl estaba ilusionado de ella, le propuso ser su esposa y le dijo: - ¡Aquí viviremos juntos tu y yo y haremos felices a tus padres!. Además le dijo: ¡Toda la leña que has cogido y mucho más, esta noche estará en la casa de don Jacinto!. Raúl, ya no regresó a casa de sus padres, la bella joven por encanto le había introducido dentro del cerro “Rayhuán”, pero, la joven cumplió con su palabra, haciendo que el día siguiente cuando don Jacinto, doña Rosario y sus hijos al levantarse, encontraron en el patio gran cantidad de leña conjuntamente con los asnos que había llevado Raúl. La familia se preguntaba: - ¿Qué le habrá sucedido a Raúl, posiblemente alguien lo ha inquietado y se ha vuelto ir?, Pasaron los días y no regresaba Raúl. Los padres y los hermanos lloraron muy amargamente por la partida de Raúl, pero, cada cierto tiempo aparecía en el patio gran cantidad de leña. Entonces la familia comprendió que Raúl se había ido a otro lugar y regresaba solo de noche para dejar la leña y no ser visto. Un día martes muy de madrugada, su hijo César les dice a sus padres: - ¡Voy ha ver el ganado que se encuentra en el cerro “Cuntuyoj”, vayan preparando el desayuno que regreso!. Así, partió César con dirección a su cometido, pero, al llegar al cerro “Cuntuyoj”, divisó a la distancia que una hermosa joven iba juntando el ganado de don Jacinto, al acercarse a ella, la joven le dijo: - ¡El ganado de don Jacinto se ha pasado a los pastizales de mi padre, por eso los estoy regresando!. César, que nunca había visto una joven tan hermosa se quedo impresionado y estupefacto (absorto, turulato, extrañado, pasmado, boquiabierto) por la belleza deslumbrante de la joven; circunstancias en la que, la hermosa dama le propuso a descansar, sentándose juntos en una piedra plana como si fuera un sofá. La joven empezó a contarle a César que, su padre tenía gran cantidad de ganado de tras del cerro “Cuntujoj” y que ella era la hija única de la familia y que además sus padres tenía grandes extensiones de terrenos de cultivo. Por su parte César, le manifestó que eran siete hermanos varones y vivían junto con sus padres y que todos los ayudaban en las labores del campo y en el cuidado del ganado. Conforme iban platicando las horas iban pasando y la conversación era cada vez más amena y entre ambos empezaba a nacer un romance y de pronto César le propuso darle un beso como prueba de su amor hacia ella, a lo que la joven aceptó. César apasionadamente le dio un beso en la mejilla y en ese instante perdió el conocimiento y cuando volvió en sí, César se encontraba en un palacio, en un lugar desconocido que todo era de oro. La joven al ver su desconcierto de César, le prometió que todo lo que veía iban a ser de los dos. La hermosa dama por encanto le había introducido dentro del cerro “Cuntuyoj”. Al ver que no regresaba César, don Jacinto, doña Rosario y sus demás hermanos, lloraban desconsoladamente por la desaparición inusitada de César, pero, para su consuelo el ganado de don Jacinto, permanentemente era cuidado por un joven y una bella dama y luego desaparecían, por lo que pensaron que posiblemente se haya casado con la hija del vecino. A partir de esa fecha el ganado de don Jacinto iba aumentando en grandes cantidades habiendo mejorado inclusive de raza. Para tranquilidad de la familia, César, les revelaba a sus padres en sus sueños que, él se encontraba en un palacio habiéndose casado con la hija de un Rey y que el palacio era todo de oro. Asimismo, en su revelación les decía que en las mañanas al abrir la puerta de la casa encontrarían objetos de oro como prueba de que él se encontraba en un palacio muy bien atendido y que no se preocuparan; y, así fue transcurriendo los años. Habiendo aumentado las chacras de cultivo de don Jacinto, el agua empezó a escasear para su riego en toda la estancia, su hijo Miguel al comprender la magnitud del problema, le dijo a su padre: - ¡Voy al cerro “Milphoj “, allí hay una pequeña laguna y voy a percatarme si es factible hacer una irrigación para traer el agua a nuestra estancia! Don Jacinto, aplaudió la gran idea de su hijo, y le manifestó: - ¡Que maravillosa idea, piensas como un gran ingeniero, lamento no haberte educado porque éramos pobres, pero comprendo que en tu cerebro y en tu corazón hay una gran riqueza! Miguel, con la aprobación de su padre una mañana partió hacia el cerro “Milphoj”, al caminar hacia la laguna iba haciendo un pequeño trazo por donde podría hacerse la irrigación e inclusive iba poniendo pequeños hitos de piedra hasta llegar a la laguna. Pero fue tan grande su sorpresa que al momento de acercarse a la compuerta de la laguna, encontró sentada a una joven hermosa de cabellos dorados que le cubría todo el busto; y ella muy risueña le dijo: - ¿A dónde se dirige apuesto joven?, A lo que, Miguel le contestó: - ¡Vengo a ver esta laguna y ojala pueda llevar sus aguas mediante una irrigación a la estancia de mi padre, porque el agua ha escaseado! La bella joven, le respondió: - ¡El dueño de esta laguna es mi padre, pero, yo puedo interceder para que te autorice y puedas llevar sus aguas a la estancia de tu padre! Miguel, muy cortésmente le contestó: - ¡No tengo como agradecerle, pero, mis padres les hará legar sus plegarias, deseándoles muchas felicidades! La joven doncella le contesto: - ¡Te aseguro que tus sueños de tener una irrigación en tu estancia se hará realidad, porque mi padre tiene gran cantidad de trabajadores y ellos lo harán en el tiempo más corto posible!; además agregó: - ¡Las aguas de esta laguna son deliciosas y son muy frescas, si gusta puedes probarlo! Miguel, ni corto ni perezoso, se agachó y probó las aguas y en el acto perdió el conocimiento y cuando recobró el conocimiento se encontraba en una hermosa hacienda con praderas llenos de flores, de exuberante vegetación, cascadas, cataratas y un hermoso río que contorneaba toda la hacienda; así, como gran cantidad de peones trabajando en las chacras de la hacienda. La bella joven se acercó donde estaba Miguel y le dijo: - ¡Esta es la hacienda de mi padre, pero a partir de hoy todo esto será tuyo y mío!, ¡Tu proyecto de hacer una irrigación y hacer llegar el agua a las chacras de tu padre se hará realidad convirtiéndose en otra hacienda igual como el de mi padre! Miguel, no salía de su asombro, entonces le dijo: - ¿Por qué me prometes tantas cosas, si yo soy un humilde campesino?, a lo que, la bella joven le dijo: - ¡Quiero que tu seas mi esposo y nos casemos!, Miguel como estaba en cierto modo atrapado y en un lugar desconocido aceptó casarse. La bella dama de inmediato dispuso que todos los peones de la hacienda de su padre en el acto empiecen hacer la irrigación por el trazo y los hitos que el joven Miguel había hecho en su viaje hacia la laguna. Como los trabajos de la irrigación estaban en plena ejecución, la doncella, le dijo a Miguel: - ¡Vamos a darle la noticia a tus padres que, la irrigación está cerca de su estancia y que pronto se convertirá en una gran hacienda! A lo que, Miguel aceptó, dirigiéndose ambos a la estancia de don Jacinto, al llegar Miguel a su casa le presentó a sus padres a la joven doncella, manifestándole que se habían casado y que por eso no había regresado de inmediato. Don Jacinto y su esposa y el resto de los hermanos se alegraron y le ofrecieron una pequeña fiesta. Entonces la bella joven, dijo: - ¡Mire, don Jacinto la irrigación ya está aquí, los peones de mi padre están trabajando día y noche, los sueños de su hijo Miguel se harán realidad! Don Jacinto al mirar hacia el cerro “Milphoj”, pudo observar que cientos de personas estaban trabajando. Así llegó la irrigación a la estancia de don Jacinto convirtiéndose en una gran hacienda igual que del padre de la joven, pero, Miguel y su esposa decidieron regresarse a la hacienda de la doncella. Por otra parte, como la estancia de don Jacinto se estaba convirtiéndose en una gran hacienda y en un pueblo próspero, era necesaria la construcción de una carretera que una la hacienda de don Jacinto con la capital. Samuel, el hijo de don Jacinto, le propuso a su padre viajar a la capital para gestionar ante las autoridades para que construyan una Carretera como una vía de acceso a toda la zona. Es así que, Samuel, emprende el viaje y en el trayecto tenía que cruzar el cerro “Shanock”, de donde se podía observar la belleza de toda la hacienda de don Jacinto y para contemplarla Samuel hizo una parada en el camino, cuando de pronto apareció en el camino una gran comitiva dirigida por una hermosa dama, quien le preguntó a Samuel: - ¿Dónde queda la hacienda de don Jacinto que, toda la gete comenta que es muy hermosa que tiene su propia irrigación con cataratas, cascadas y un estupendo río?. A lo que, Samuel le respondió: - ¡Todo lo que ve al frente es la hacienda de mi padre, precisamente estoy viajando a la capital para gestionar la construcción de una carretera para hacerle muy famosa!. Y la joven verdaderamente al contemplar toda la paradera del frente comprendió lo hermoso que era la hacienda de don Jacinto, entonces dijo: - ¡De razón, todas la autoridades de la provincia están decididos en construir una carretera a este lugar, por eso nos hemos constituido para dar testimonio de ello, por tanto, ya no es necesario llegar hasta la hacienda de don Jacinto! Samuel, por su parte, emocionado le puso de manifiesto que: - ¡Precisamente me estaba constituyendo a la capital de la provincia para hacer las gestiones para la construcción de la carretera a la hacienda de mi padre! Entonces, la bella dama, jefe de la comitiva le dijo: - ¡Ya no es necesario que nosotros lleguemos hasta el lugar, mejor sería que usted nos acompañe a la provincia! La comitiva, dio media vuelta conjuntamente con Samuel y en el trayecto se hizo noche y la comitiva se desvió del camino correcto y lo condujo a un lugar desconocido, llegando a un gran palacio, allí es presentado ante el rey, quien inmediatamente ordena que todas las maquinarias, los ingenieros y los técnicos empiecen la construcción de la carretera que, en el término de ciento ochenta días la carretera debería estar completamente terminado. Pero, la bella dama, le propone a Samuel, para que todo ello, se lleve a cabo tenían que casarse con ella, a lo que, tuvo que aceptar Samuel. Conforme iba pasando los días, los padres de Samuel estaban desesperados y llorando por su ausencia; pero, en las noches Samuel les revelaba que la carretera estaba construyéndose aceleradamente y que dentro de ciento ochenta días estaría totalmente lista la carretera. Mientras tanto, en verdad las autoridades de la provincia estaban avocados en la construcción de dicha carretera y justamente coincidía con la fecha en que llegaría la carretera. Pasaron los días, las semanas y los meses y en el tiempo previsto llegó la carretera a la hacienda de don Jacinto, fijándose la fecha de la inauguración para el domingo primero de noviembre, día de todos los santos. Al convertirse la estancia de don Jacinto en una gran hacienda era urgente y necesario contar con una central hidroeléctrica para equipar la hacienda de energía eléctrica para implementar y equipar de todos los servicios necesarios de acuerdo a los adelantos de la ciencia y la tecnología: Nicanor, el hijo de don Jacinto, le propone a su padre inspeccionar la catarata de “Shapil” para ver la posibilidad de construir una planta hidroeléctrica y así viajar a la capital para gestionar ante las autoridades para que construya dicha Central Hidroeléctrica. Con la aprobación de su padre, se dirige a la Catarata de “Shapil” caminando por toda la orilla del río que contorneaba las chacras de la hacienda y así logró llegar a la catarata, pero como estaba demasiado cansado se hecho a un costado de la catarata y se quedó dormido y al despertarse a su costado estaba sentada una hermosa joven de cabellos rubios color candela. En ese instante, la joven le dijo al joven: - ¡He venido a dar un paseo y contemplar la catarata, ya que de tras de este cerro mi padre tiene un palacio!, pero me doy con la sorpresa de encontrarlo dormido. La bella dama, a Nicanor le invitó dar un paseo por la catarata, a lo que, Nicanor aceptó la invitación y conforme se iban acercando más a la catarata y en contacto con la brisa de las aguas de la catarata, de repente se abrió una gran puerta ingresando los dos a una ciudad totalmente iluminada, jamás visto por él, a lo que aprovechó la bella dama para decirle: - ¡Que ese era el palacio de su padre y si él le prometía casarse le haría dueño de todo el palacio! Nicanor acepta casarse y le hace dueño del palacio. Pero, Nicanor a su vez le propone y le dice a su esposa: - ¡Cómo quisiera que la hacienda de mi padre se convierta en un palacio tan iluminado como este! Entonces la joven doncella le dijo: - ¡Hoy en la noche vamos a salir del palacio y observaremos cómo la hacienda de tu padre estará iluminado tan igual o mejor que este palacio! Salieron en la noche a contemplar la hacienda de su padre y efectivamente estaba muchos más iluminada que el palacio de su esposa. Cuando todo estuvo concluido, sucedió algo inesperado, los cerros aledaños a la hacienda de don Jacinto, donde sus hijos se encontraban encantados, empezaron a conversar y coordinar para la inauguración de la carretera, haciendo que sus voces se escucharan en toda la provincia y que ese día asistieran todos los habitantes de la provincia: El cerro “Shanock” a las doce de la noche empezó a llamar: - ¡Hermano “Rayhuán”, el día domingo primero de noviembre, día de todos los santos es la inauguración de la carretera de la hacienda de nuestro padre, debes de enviar gran cantidad de leña para que nuestros padres con sus sirvientas puedan preparar el banquete para todos los invitados de la provincia, y para ese día debes estar presente con tu esposa! El cerro “Rayhuán” por su parte empezó llamar: - ¡Hermano “Cuntuyoj”, el día domingo primero de noviembre, día de todos los santos es la inauguración de la carretera de la hacienda de nuestro padre, debes mandar con tus siervos una docena de novillos para sacrificar para el banquete de todos los invitados de la provincia, y para ese día debes estar presente con tu esposa! Por su parte el cerro “Cuntuyoj”, empezó a llamar: - ¡Hermano “Milphoj”, el día domingo primero de noviembre, día de todos los santos es la inauguración de la carretera de la hacienda de nuestro padre, debes soltar gran cantidad de agua de la laguna para que de las cataratas, las cascadas y del río se produzcan hermosos arco iris adornando toda la hacienda, y para ese día debes estar presente con tu esposa!. El cerro “Milphoj”, también empezó a llamar: - ¡Hermano “Shanock”, el día domingo primero de noviembre, día de todos los santos es la inauguración de la carretera de la hacienda de nuestro padre, debes ordenar a todos los siervos del palacio de tu esposa para que se coloque a los costados de la carretera formando una guardia de honor y así hacer el recibimiento de toda la comitiva que vendrá de toda la provincia, y para ese día debes estar presente con tu esposa!. El cerro “Shanock”, complementó llamando: - ¡Hermano “Shapil”, el día domingo primero de noviembre, día de todos los santos es la inauguración de la carretera de la hacienda de nuestro padre, debes ordenar a todos los siervos del palacio de tu esposa para que ilumine toda la hacienda, haciendo que la gente se sientan como en el cielo, y para ese día debes estar presente con tu esposa!. Esta misma conversación durante toda una semana se volvió a escuchar, habiéndose informado toda la gente, así como don Jacinto, doña Rosario y el resto de los hermanos; entonces comprendieron que sus hijos estaban vivos y ellos eran los autores de todo el cambio producido en la hacienda para convertirlo en una gran hacienda. Cuando llegó el día de la inauguración, todo estaba listo no faltaba ningún detalle, toda la servidumbre de los palacios de sus hijos estaban a su disposición; y cuando llegaron la comitiva oficial se sorprendieron de la magnitud de los preparativos y lo hermoso de la hacienda que se vislumbraba con arco iris naturales que resplandecían de los ríos que contorneaban la hacienda; era una población mágica. Y al entrar la comitiva a la plazoleta (plaza, glorieta, plazuela) de la hacienda observaron que en cada una de las esquinas se encontraban cuatro carrozas de oro donde se encontraban sus hijos cada uno con sus esposas, luego empezando la fiesta con el agasajo y el baile que se prolongó toda la noche hasta el día siguiente. La hacienda de don Jacinto se había convertido en una hacienda mágica nunca visto en toda la región.

 FIN