jueves, 2 de abril de 2015

LA AUTOESTIMA


AUTOESTIMA

La autoestima hace referencia al concepto que tenemos de nosotros mismos, según unas cualidades subjetivas, puesto que se basa en la percepción que tenemos de nosotros mismos y la que creemos que tiene los demás de nosotros, y según unas cualidades de tipo valorativo, puesto que en función de nuestras experiencias y de los valores que imperen en nuestra cultura, atribuimos a estas cualidades un valor positivo o negativo.[1]

El origen de nuestra autoestima se encuentra en nuestro entorno social, más concretamente en nuestras relaciones interpersonales más significativas para nosotros, así pues, padres, hermanos, profesores y amigos son los que más contribuyen a favorecer o dificultar las experiencias sociales en las que podemos comprobar nuestras cualidades, en función del modo en que nos tratan, de cómo interpretan nuestras conductas y de la información concreta que nos transmiten sobre nosotros mismos

Según como se encuentre nuestra au­toestima, ésta será responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada con un concepto posi­tivo de sí mismo, potenciará la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso.

DIMENSIONES DE LA AUTOESTIMA

Alcántara refiere: “En la autoestima existe una valoración global acerca de sí mismo y del comportamiento de su yo”.[2] Hay dimensiones que la constituyen que a continuación mencionaremos:
Ø Física: Sentirse atractivo(a).
Ø Social: Sentirse aceptado y perteneciendo a un grupo, ya sea empresarial, educativo, social etc.
Ø Afectiva: Auto percepción de diferentes ca­racterísticas de la personalidad.
Ø Académica: Enfrentar con éxito los estudios, las carreras y la autovaloración de las ca­pacidades intelectuales. Sentirse inteli­gente, creativo, constante.
Ø Ética: Es la autorrealización de los valores y normas.


LA ESCALERA DELA AUTOESTIMA
   AUTOESTIMA
AUTORESPETO
AUTOACEPTACION
AUTOEVALUACION
AUTOCONCEPTO
AUTOCONOCIMIENTO

AUTOCONOCIMIENTO:
Es conocer el YO de manera integral (bio-psico-social), considerando necesidades, capacidades, roles y motivaciones. Es la capacidad de reflexionar sobre sí mismos, acerca de características personales, gustos, preferencias; en la medida que se desarrolla está área, el sujeto será capaz de exponerse ante otros, ser reconocido y tener adecuadas relaciones interpersonales.

AUTOCONCEPTO:
Es lo que la persona cree ser.
Son las creencias que se tiene de sí mismo y que se basan en los juicios que los demás hacen respecto a su conducta, y/o sobre las propias experiencias de éxito o fracaso. El autoconcepto se forma a partir de los comentarios, diálogo, actitudes, de otras personas, en especial de la familia; así como de la interpretación que se tenga de la vida.

Esta área contribuye a construir la propia imagen, y la seguridad o inseguridad en sí mismo, según sea el caso.

Algunas estrategias para el autoconcepto son:
v Expresar sentimientos e ideas, sin agredir los derechos de otros.
v Enfrentar situaciones de manera optimista.
v Clarificar valores
v Fomentar el diálogo y la cooperación
v Estimular la imaginación y el sentido crítico.


AUTOEVALUACION:
Es la autocrítica que el sujeto hace de sí mismo, estableciendo juicios valorativos acerca de sus actos, sentimientos e intelecto, al considerarlos  como positivos o negativos.

Esta área permite organizar los acontecimientos externos y planificar acciones frente al medio; en gran medida dependerá de la capacidad de abstracción que cada sujeto haya desarrollado. Cuando alguien se aprueba esta indicando el grado en que se siente capaz, significativo, afortunado o digno.

Por ejemplo:
v ”Soy solidario con mis amigos”
v “Aprendo a superar mis errores”


AUTOACEPTACION:
Es identificar y reconocer las cualidades y defectos de si mismo, tanto en la forma de ser como de sentir.
Algunas personas utilizan “Máscaras”, para darse seguridad y evitar que las lastimen, esto no les permite crecer como personas y verse realmente como son.
Es importante aceptarse de manera auténtica.
Por ejemplo:

v “Me siento bien de la cantidad de amigos que tengo
v “No sé cantar, pero puedo contar chistes”

AUTORESPETO:
Es el amor propio, la capacidad de sentirse orgullosos de sí mismo, al valorar lo que se hace o se tiene. En esta área se expresa y maneja en forma conveniente los sentimientos y emociones. Es atender y satisfacer las necesidades, buscar metas realistas, sentirse bien consigo mismo por los logros obtenidos. Es elogiarse, apreciar los propios talentos, esforzarse por alcanzar habilidades nuevas y desarrollar las que ya se tiene, dándose tiempo para realizarlas.
Por ejemplo:
v Cosas que me gusta hacer…
v Cosas que he hecho para ayudar a otros.
v Cosas de las que me siento orgulloso…

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IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta virtualmente en for­ma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor o el sexo, y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. “Nuestras respuestas ante los aconteci­mientos dependen de quién y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que poseemos de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoesti­ma es la clave del éxito o del fracaso”.[3]

También es la clave para comprender­nos y comprender a los demás. Aparte de los problemas de origen biológico, no se conoce una sola dificultad psicológica desde la an­gustia y la depresión, el miedo a la intimidad o al éxito, el abuso del alcohol o de las dro­gas, el bajo rendimiento en el estudio o en el trabajo, hasta los malos tratos a las mujeres o la violación de menores, las disfunciones sexuales o la inmadurez emocional, pasan­do por el suicidio o los crímenes violentos que no se atribuye a una estima deficiente. De todos los juicios a que nos sometemos, ninguno es tan importante como el nuestro propio. La autoestima positiva es el requisito fundamental para una vida plena.


BARRERAS DE LA AUTOESTIMA:
La mayoría de las veces, nuestras deficien­cias están “enganchadas” a ciertas experien­cias tempranas (archivadas subjetivamente), que tienen relación con miembros de nuestra familia. Esto es lo que se llama barreras de la autoestima. Tales barreras, con frecuencia mantienen ciertas cargas emocionales muy perjudiciales. Me refiero a la culpa, al rencor, por lo que creemos que nos hicieron; miedo a ser nosotros mismos, a conseguir lo que nos proponemos, a la dependencia emocio­nal de personas, y a la dependencia de cosas con las que creemos sentirnos superiores o mejores; estados emocionales todos ellos, que bloquean nuestro potencial de autoesti­ma, y nuestro desarrollo como seres huma­nos completos.

EL MIEDO, LA DEPENDENCIA Y LA CULPA:
Son las peores barreras con las que nos en­contramos en nuestro camino de progreso, y tenemos que deshacerlas, desmontarlas, de­rribarlas. La responsabilidad es de cada uno de nosotros, ya no podemos seguir culpando a nada ni a nadie de lo que nos ocurre. Cual­quier cosa que nos sucede en la vida, somos nosotros los únicos responsables. El miedo es un terrible enemigo que nos acecha, que nos impide actuar, que nos bloquea, ese ene­migo que no es nada, tan solo miedo.

Pero, ¿miedo a qué?
Miedo al cambio, porque otro tipo de mie­dos reales o traumáticos tienen una solución mucho más concreta. El miedo al cambio, es mucho más traidor, dada su dificultad de identificarlo y derribarlo. Temor a perder el control de la situación, temor a no saber lo que va a ocurrir, temor a los retos, temor a no saber actuar correctamente, temor al fraca­so, temor al éxito. El miedo al éxito nos hace pensar que si cambiamos nos vamos a tener que enfrentar a situaciones nuevas, o a responsabilidades, o a tener que ser nosotros mismos. Es mie­do a la acción, a la independencia, al com­promiso. El miedo al éxito tiene en definitiva mucho que ver con la pereza, la negligencia, la parsimonia y la comodidad. La realidad de la vida está en lo más profundo de nosotros mismos, en un “lugar secreto” donde reside.


AUTOESTIMA BAJA

“Las respuestas que hay en mi interior llegan a mi conciencia con facilidad”
L. Hay

Los distintos niveles de autoestima determi­nan nuestro comportamiento ante problemas u otro tipo de situaciones. Desde tiempo atrás se han venido perfeccionando pruebas que permiten medir la autoestima del individuo.

Todos tenemos en el interior sentimientos no resueltos, aunque no siempre seamos cons­cientes de estos. Los sentimientos ocultos de dolor suelen convertirse en enojo, y con el tiempo volvemos el enojo contra nosotros mismos, dando así lugar a la depresión. Es­tos sentimientos pueden asumir muchas for­mas: odiarnos a nosotros mismos, ataques de ansiedad, repentinos cambios de humor, culpas, reacciones exageradas, hipersen­sibilidad, encontrar el lado negativo en si­tuaciones positivas o sentirse impotentes y autodestructivos. “Cuando una persona no logra ser auténtica se le originan los mayores sufrimientos, tales como enfermedades psi­cológicas, depresión, neurosis y ciertos ras­gos que pueden no llegar a ser patológicos pero que crean una serie de insatisfacciones y situaciones de dolor, como por ejemplo, ti­midez, vergüenza, temores, trastornos psico­somáticos”. [4]

La autoestima es importante porque es nuestra manera de percibirnos y valorarnos como también de moldear nuestras vidas. Una persona que no tiene confianza en sí misma, ni en sus propias posibilidades, pue­de que sea por experiencias que así se lo han hecho sentir o por mensajes de confirma­ción o desconfirmación que son trasmitidos por personas importantes en su vida, que la alientan o la denigran. Otra de las causas por las cuales las personas llegan a desvalori­zarse, es por la comparación con los demás, destacando de éstos las virtudes en las que son superiores, por ejemplo: sienten que no llegan a los rendimientos que otros alcanzan; creen que su existencia no tiene una finali­dad, un sentido y se sienten incapaces de otorgárselo; sus seres significativos los des­califican y la existencia se reduce a la de un ser casi sin ser. No llegan a comprender que todas las personas son diferentes, únicas e irrepetibles, por lo que se consideran menos que los demás.

Actitudes o posturas habituales que indican autoestima baja:

Autocrítica dura y excesiva que la man­tiene en un estado de insatisfacción con­sigo misma.

Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada/o, herida/o; echa la culpa de los fracasos a los demás o a la situación; cultiva resenti­mientos tercos contra sus críticos.

Indecisión crónica, no por falta de infor­mación, sino por miedo exagerado a equivocarse.

Deseo innecesario por complacer, por el que no se atreve a decir “no”, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión del peticionario.

Perfeccionismo, autoexigencia esclavi­zadora de hacer “perfectamente” todo lo que intenta, que conduce a un desmoro­namiento interior cuando las cosas no sa­len con la perfección exigida.

Culpabilidad neurótica, por la que se acusa y se condena a otros por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y de­litos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a perdonarse por completo.

Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de poca importancia, propia del sú­per crítico a quién todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.35

Tendencias defensivas, un negativo ge­neralizado todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.


BUENA AUTOESTIMA:

Alguien con una buena autoestima no necesita competir, no se compara, no envi­dia, no se justifica por todo lo que hace, no actúa como si “pidiera perdón por existir”, no cree que está molestando o haciendo perder el tiempo a otros, se da cuenta de que los demás tienen sus propios problemas en lu­gar de echarse la culpa “por ocasionar mo­lestias”.

Características de la autoestima positiva:

Ø Una persona con una buena autoestima cree firmemente en ciertos valores y principios, está dispuesta a defenderlos, aún cuando encuentre fuerte oposiciones colectivas, y se siente lo suficientemente segura como para modificar esos valores y principios si nuevas experiencias indican que estaba equivocada.
Ø Es capaz de obrar según crea más acer­tado, confiando en su propio juicio, y sin sentirse culpable cuando a otros les pare­ce mal lo que ha hecho.
Ø  No emplea demasiado tiempo preocu­pándose por lo que ha ocurrido en el pa­sado, ni por lo que pueda ocurrir en el fu­turo.
Ø Tiene confianza en su capacidad para re­solver sus propios problemas, sin dejarse acobardar por los fracasos y dificultades que experimente.
Ø Se considera y realmente se siente igual, como persona, a cualquier otra, aunque reconoce diferencias en talentos específi­cos, prestigio profesional o posición eco­nómica.
Ø Da por supuesto que es una persona in­teresante y valiosa para otros, por lo me­nos para aquellos con quienes se asocia.
Ø No se deja manipular por los demás, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
Ø Reconoce y acepta en sí mismo una variedad de sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y está dis­puesta a revelarlas a otra persona si le pa­rece que vale la pena.
Ø Es capaz de disfrutar diversas activida­des como trabajar, jugar, descansar, cami­nar, estar con amigos, etc.
Ø Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas, reconoce since­ramente que no tiene derecho a mejorar o divertirse a costa de los demás

Autoconocimiento:

                                                        “Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos”
                                                                         Schüller

Autoconocimiento es conocer las partes que componen el “yo”, cuáles son sus manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué actúa, cómo lo hace y cómo siente. Es imposible amar algo que no conozco. No puedo amarme y respetarme si no conozco los aspectos que me integran.

“Conocerme significa percibirme com­pleto: mi cuerpo, mis pensamientos y senti­mientos, y mi capacidad de relacionarme con otros. Conocerme es descubrirme con capa­cidades, habilidades y virtudes, pero también con límites, defectos, errores. Conocerme es darme cuenta de que cambio, no siempre soy igual, soy alguien dinámico y cambian­te como cambiante y dinámica es la vida”. [5]  Es conocer las partes que componen el yo. Al conocer todos sus elementos, que desde luego no funcionan por separado sino que se entrelazan para apoyarse unos a otros, el individuo logra tener una personalidad fuerte y unificada; si una de estas partes funciona de manera deficiente, las otras se ven afecta­das y su personalidad es débil y dividida, con sentimientos de ineficiencia y desvaloración.



[1] Branden, N., (2000) La Psicología de la Autoestima. Edit. Paidós, Pag. 15
[2] Alcántara, J.A. Cómo Educar la Autoestima. Barcelona: Edit. Ceac

[3] Branden, N., (2000) La Psicología de la Autoestima. Paidós, Barcelona-España

[4] Rodríguez Pellicer, Domingo, (1988) .Autoestima: Clave del éxito personal, Editorial Manual Moderno, México
[5] Branden, N., (2000) La Psicología de la Autoestima. Paidós, Barcelona-España