LECTURA REFLEXIVA: "TÚ ERES EL RESULTADO DE TI
MISMO"
(Compilado por Hipólito Yanac Rivera)
No
culpes a nadie, no te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú
has hecho tu vida. Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, el valor
de acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote.
Nunca
te quejes del ambiente o quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente
supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o
fortaleza de tu corazón.
Aprende
a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.
No
te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfréntate con valor y
acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que
has de ganar.
No
te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o
seguirás justificándote como niño.
Recuerda
que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible
para claudicar.
Deja
ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu
fracaso.
Si
tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber
sido tú.
No
olvides que la cusa de tu presente es tu pasado, como causa de tu futuro es tu
presente.
Aprende
de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a
quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y
tus problemas, sin alimento morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que
es el más grande de los obstáculos.
Mírate
en el espejo de ti mismo.
Comienza
a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por
tu debilidad para justificarte.
Recuerda
que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti
mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias,
porque tú mismo erres tu destino.
Levántate
y mira por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres la parte de la
fuerza de la vida.
Ahora
despierta, camina, lucha. Decídete y triunfarás en la vida. Nunca piensas en la
suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
“Consulta
el ojo del enemigo, porque es el primero que ve tus defectos”
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