domingo, 15 de mayo de 2016

MIS POEMAS: "RECUERDOS INOLVIDABLES DE CAJATAMBO"







RECUERDOS INOLVIDABLES DE CAJATAMBO
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

Cómo puedo olvidarme del verdor de tus campos, del vendaval del follaje de tus árboles, el retumbar del río Shapil y del río Tabín en los meses lluviosos de enero, febrero y marzo.

Cómo puedo olvidarme de la siembra de papas, del trigo, de las habas, del maíz entre las inclemencias de la naturaleza y la abundancia de sus cosechas que nos hacían sentir felices a toda nuestra familia.

Cómo puedo olvidarme de haber respirado el aire fresco, puro lleno de fragancias; de haber bebido sus aguas cristalinas de Tojtuy, Tictipuquio, Chuhuilca, Andahuaylas; las que circularon por mis venas y oxigenaron mi cerebro.

Cómo puedo olvidarme de ti Cajatambo, si he recorrido tu suelo por mil una vez, tus pueblos; tus parajes habiendo caminado palmo a palmo, haciendo que cada tropezón me haga recordar de la grandeza de la tierra que me vio nacer.

Cómo puedo olvidarme de los relámpagos y los truenos en las épocas de lluvia que cegaban los ojos y hacía retumbar los cerros como si ya fuera el fin del mundo.

Cómo puedo olvidarme de una infernal tarde lluviosa en las punas de Tocanca, cuando casi fui alcanzado por la descarga de un estruendoso rayo, que me dejó inconsciente.

Cómo puedo olvidarme de la granizada en las alturas de Huaylastoclanca que en unos segundos se convirtió en un glacial, quedando atrapado y el valor que tuve que imponerme para salir victorioso.

Por qué puedo olvidarme de Cajatambo, si así se templó mi corazón como el acero, entre el fresco aroma de la vegetación cajatambina, los fenómenos de la naturaleza; así nací, crecí y me desarrolle; entonces por qué podría  olvidarme de mi simiente.

Cómo puedo olvidarme de sus fiestas costumbristas: los carnavales, la Semana Santa, Corpus Cristi (los negritos), los Aucas, las Quiyayas, las Pallas, el Capitán de la Tarde,
el Torneo de Cintas, la Corrida de Toros.

Cómo puedo olvidarme de nuestro Cajatambo,
si me brindó sus encantos: la belleza de su paisaje, su folclor, sus exquisitas viandas, su chicha de jora, el amor de mi vida, a quien le jure amor eterno en el rosal del portón de su casa. ¡Recuerdos…!




TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA: "LA TARÁNTULA O EL ATAPONGUY"


LA “TARÁNTULA” O “ATAPONGUY”: EL ANUNCIO DE LA MUERTE DE UN FAMILIAR O EL ALEJAMIENTO DE UN FAMILIAR DEL SENO DE LA CASA.

La “Tarántula” o “Ataponguy” es una araña venenosa que vive en lugares muy apartados, en zonas rocosas, pedregales o en las murallas de las chacras: por tanto, es inusual que estos animalitos puedan hallarse dentro de la casa.

Es así, que en un momento inesperado este animal hace su aparición por el lugar más visible o por la puerta de la casa, impresionando a los miembros de la familia, quienes quedan estupefactos al contemplar su aspecto horripilante que genera un alboroto dentro de la casa hasta que los vecinos se enteran de tal acontecimiento.


Al contemplar al animal, las personas empiezan a comentar, según las creencias de nuestros antepasados, aseverando que es un animal de mal augurio, afirmando que posiblemente un miembro de la familia en especial los de avanzada edad va fallecer o de lo contrario algún miembro de la familia se va enfermar o sino, un miembro de la familia se va retirar del seno de la familia.

Pasado un tiempo prudencial, el presagio se cumple de acuerdo a lo anunciado ocurriendo cualquiera de la situaciones mencionadas. Por lo que, la población lo han tomado como una regla supersticiosa para relacionar los sucesos que acontece dentro de la población.


LECTURAS REFLEXIVAS: "LA ÚLTIMA CENA"


LA ÚLTIMA CENA

Un día, por encargo de su abuelita, Adela fue al bosque en busca de setas para la comida. Encontró unas muy bellas, grandes y de hermosos colores llenó con ellas su cestillo.

 -Mira abuelita -dijo al llegar a casa-, he traído las más hermosas... ¡mira qué bonito es su color escarlata! Había otras más arrugadas, pero las he dejado.

-Hija mía - repuso la anciana- esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las  apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor...

 Adela, comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido.




viernes, 6 de mayo de 2016

HOMENAJE A MI QUERIDA MAMÁ FELICITA RIVERA


FELIZ DÍA MAMÁ

RÉQUIEM  A FELÍCITAS MI MADRE


Al recordar tu santo nombre,
no puedo soportar el dolor
que albergo en mi corazón,
recordando de niño las caricias
que me distes en tu pecho.

Al recordar tu imagen,
imploro al Hacedor para que,
allí en el cielo, te dé su bendición;
yo de aquí, elevo mis plegarias
deseándote la paz eterna.

Al recordar tus enseñanzas,
hoy de adulto, valoro tus sabidurías,
las que alimentaron mi ser:
así como tus caricias,
son las que sensibilizaron mi alma.

Este réquiem de dolor, te ofrendaré,
hoy, mañana y siempre, aún cuando
estemos juntos en la mansión eterna;
ya que como madre, eres un ser
que existirás por toda la eternidad.

Tu hijo, Hipólito.

A MI QUERIDA MADRE FELÍCITA
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)


Feliz día madre querida,
cuánta alegría siento al recordar tu memoria,
y cuanto dolor siento en mi corazón,
al no tenerte a mi lado por tu partida a la eternidad.

En tu día y por los días que Dios me dé vida,
elevo tu santo nombre ante el altar de Dios,
para que el Divino Hacedor, te bendiga,
y te tenga en su reino lleno de bendiciones.

A pesar que el tiempo haya trascurrido,
desde tu partida a la mansión de Dios,
en mi corazón y en mi pensamiento,
tu imagen está presente a todo instante.

En mi soledad y en mis sueños,
también estás presente,
guiándome por el camino correcto,
inculcándome siempre con el ejemplo.

A través de mis plegarias, madre querida,
quiero recompensar todo tus sacrificios,
sé que nunca llegaré a recompensar tus desvelos,
pero, por lo menos déjame implorar,
para la tranquilidad de mi alma.
¡Gracias mamá…que Dios te bendiga eternamente!

(Tu amado hijo Hipólito)


A FELÍCITAS MI  MADRE
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

Mamá Felícitas,
tú que supiste cobijarme en tu pecho,
alimentándome con amor y ternura,
con paciencia me diste tus caricias,
forjando en mí, el hombre del mañana.

Mamá Felícitas,
años y años pasamos juntos,
tardes y meriendas llenas de juegos y acertijos,
éramos compañeros de batallas y de ensueños,
en esa aventura de moldear nuestras vidas.

Mamá Felícitas,
por eso te escribo este poema,
por que fuiste un manantial de amor y dulzura,
fuente inagotable de sabiduría maternal,
porque representas al ser que más amo en la vida.

Mamá Felícitas,
nuestras hazañas y nuestra felicidad,
están grabadas desde puris hasta pusgoj,
Lauricocha y Joncococha testigo de mi infancia,
en donde todos tus hijos hemos crecido.

Chuchuhuilca, Quitapuquio, y Agurragra,
Huaylancana, Mayush, Antaquirca,
Chiraumarca, Pata Pata, grandes parajes,
que marcaron el Siglo de Oro de Daniel y Felícitas.

¡Mis padres a quienes adoro eternamente!

(Tu amado hijo Hipólito)

miércoles, 4 de mayo de 2016

Estilos de Aprendizaje

jueves, 28 de abril de 2016

MIS CUENTOS: "EL SUEÑO QUE SE HIZO REALIDAD"


EL SUEÑO QUE SE HIZO REALIDAD
(Autor: Profesor Hipólito G. Yánac Rivera)

Juan, un joven campesino soñó una noche que caminaba por un extraño camino de un lugar desconocido que, ascendía por un cerro de exuberante vegetación en  cuya cima existía una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín muy florido, al sentirse cansado por la caminata llamó a la entrada que, luego de unos minutos salió un anciano de barbas blancas, a quien le pidió que le diera posada y le brindara una taza de agua para mitigar su sed; y, al instante que le iba a dar la taza de agua se despertó Juan con la sensación que tenía mucha sed.

A partir de esa fecha el joven Juan soñaba todas las noches caminando por el mismo lugar y repitiéndose la misma escena, habiendo quedado grabado en su memoria los detalles de su sueño. Preocupado por el sueño persistente le contó a su padre todo lo que le estaba sucediendo; y el padre le respondió que posiblemente se acostaba con sed y su sueño era una respuesta a esa necesidad.

Después de un tiempo, el padre le dice a su hijo:
-     Juan, tienes que viajar al pueblo vecino llevando un encargo y debes regresar lo más pronto posible, porque tienes que hacer muchas cosas aquí en la casa.
-     Juan, obediente y respetuoso a las órdenes de su padre, le respondió:
-   ¡Padre, tus órdenes serán cumplidas y lo haré en un tiempo record!

Al día siguiente, el joven Juan muy de madrugada sale de su casa con destino al pueblo vecino y emprendió el viaje a todo dar. El joven Juan lleno de vitalidad, hizo todo lo posible de caminar velozmente, pero, por la excesiva vegetación y el calor del sol radiante, Juan iba sintiendo cansancio y sed, lo que le recordaba los pasajes de sus sueños persistentes; y así, prosiguió con su viaje, cuando de pronto empezó a subir el mismo camino de sus sueños y todo era parecido a los lugares que había soñado. De rato en rato, el joven, se sentaba a descansar y en su mente seguía recordando los sueños que había tenido. Casi agotado por el cansancio y la sed persistente, divisó una casita blanca en la cima del cerro, conforme se iba acercando al lugar, la casita se veía muy hermosa y el jardín tan florido, se parecía al que había visto en su sueño; al salir de un recodo (esquina, curva, rincón, vuelta) se dio con la sorpresa que estaba frente a una casita blanca, igual a la que había visto en su sueño; y como su sed era insoportable decidió tocar la puerta. Y al tocar la puerta, salió un anciano de barbas blancas, era el mismo anciano que le había alcanzado la taza de agua en su sueño. El joven Juan, aturdido por la sorpresa, solo atinó a decirle:


-     Señor, por favor, ¿podría proporcionarme una taza de agua para aplacar mi sed?, luego se sentó debajo de un árbol.
El anciano muy  atento le dijo:
-     ¡No se preocupe, enseguida le alcanzo!. Entró a la cocina y sacó una taza con agua, y le dijo:
-   ¡Esto le va ha aplacar la sed y le va aliviar el cansancio!

Al momento de recibir la taza sintió que una fuerza magnética se apoderaba de su cuerpo, a pesar de ello, tomó el agua de la taza y conforme iba tomando el agua le vino un profundo sueño y se quedó dormido allí donde estaba sentado. Luego, el  joven Juan empezó a soñar. En su sueño el anciano le decía:

-     Te has equivocado de camino, abajo habrás notado hay un cruce, de allí se bifurcan dos caminos, uno que va al pueblo donde te dirigías y el otro es el camino que conduce a esta posada. Esta casita hace muchos años que está abandonada desde que fallecí, en ella he tenido guardado mi tesoro de toda mi vida; tu suerte te ha guiado para llegar donde te has quedado dormido, ya que, debajo de la piedra que estás sentado está enterrado una alforja de cuero llena de oro; sácales y llévalo donde tu padre, con ello podrán comprar todo lo que necesitan y serán muy felices!

El joven Juan, se despertó asustado, y vio que la casita no era la misma que había visto, sino una casita vieja y derruida. Pero, para comprobar si era verdad que el anciano le había dicho, levantó la piedra en el que estaba sentado y en verdad encontró la alforja de cuero llena de oro; comprendiendo que era una revelación del anciano, cogió la alforja con el oro y se regresó a su casa. Al llegar a su casa contó a su padre todo lo sucedido y le mostró la alforja lleno de oro, así como también le manifestó que no había podido llegar al pueblo y dejar el encargo porque había tomado el camino equivocado.

         El padre y el joven Juan cumplieron con el encargo del anciano comprando todo lo que necesitaban y se convirtieron en una familia muy acomodada, gracias a su prudencia, honestidad, su trabajo constante y sus nobles sentimientos con sus prójimos.
FIN




MIS POEMAS: "EL ROSAL DE MIS RECUERDOS"


EL ROSAL DE MIS RECUERDOS
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)


Cuando después de muchos años,
retorné a la tierra que me viera nacer,
pasé por la puerta de tu casa, y
hallé marchita el rosal de mis recuerdos;
sentí  morirme, mi cuerpo desfallecía,
mi cerebro retumbaba de impresión,
mi corazón dejo de palpitar.

Todo había quedado en nada,
no podía hallar explicación alguna
al encontrar todo en ruinas,
como si la ira de Dios se hubiera ensañado
o que la furia de la naturaleza, trató de arrebatar
la hermosura y la fragancia del rosal de mis recuerdos.

Conforme iba caminando por mi sendero,
aunque se haya marchito el rosal;
comprendí, que lo más preciado de nuestro idilio,
lo tenía presente en mi ser, y
al no tenerte a mi lado, sentí  una profunda nostalgia,
pero, en mi pensamiento estabas presente.

Así, pude comprender cuán grande
fue el amor que nos ofrendamos,
porque, al contemplar todo en ruinas,
recordaba los lugares y los momentos que pasamos,
donde pudimos compartir
lo más sublime de nuestras vidas
que, perdurarán  hasta la muerte.

Hoy tomo este papel y este lapicero,
para dejar como testimonio
del profundo amor que te tengo,
así, el tiempo haya pasado,
y el rosal de mis recuerdos esté marchito,
mi amor por ti no morirá

Lo material puede haberse terminado
así, los años hayan transcurrido,
tal vez los lugares no podamos volver a recorrer
pero en nuestras mentes y nuestros corazones
están latentes los recuerdos vividos
que solo con la muerte podremos olvidar.