martes, 25 de mayo de 2010

TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA

TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA
 (Escrito por Hipólito Yánac Rivera)


Nada queda oculto debajo del sol, como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista; o tanto va el cántaro por el agua que al final retorna sin asa. Frases o sentencias nacidas de las sabias enseñanzas de nuestros ancestros que han dejado actualidad en nuestras vidas. Lo que ha motivado exteriorizar lo que de niño escuchaba los relatos de personas mayores, cuando se me escarapelaba el cuerpo y los pelos se me ponían en punta. O también vivencias que pude experimentar en el trayecto de mi vida, las que fueron retratándose o archivándose en el procesador de mi mente. Ahora que he cumplido mi ciclo, me he propuesto sacar a luz para que la nueva generación pueda ilustrarse cuan mágico y efímera es la vida; así como para los de mi época al leerlos puedan recrear su imaginación y recordarse de los momentos felices que pasaron al contemplar la bella naturaleza cajatambina.

Para todos ustedes quiero dedicarles estos pequeños relatos intitulado “TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA”, quien sabe mal hilvanadas pero con profundo sentimiento. ¡Por Cajatambo, para Cajatambo y con Cajatambo!.

Hipólito Yánac Rivera


PRIMERA PARTE

Nota: En esta oportunidad pongo a disposición de nuestros lectores la primera parte relacionado a los “augurios nefastos o supersticiones”, que constituyen una serie de escritos que próximamente estarán saliendo a luz para el conocimiento de todos ustedes.

I. AUGURIOS NEFASTOS O SUPERSTICIONES:

1. EL CANTO DEL “BÚHO O LECHUZA O TUCU” Y EL ANUNCUIO DE LA MUERTE DE UNA PERSONA.

Este presentimiento fatalista es un caso generalizado en todos los pueblos de la provincia de Cajatambo y en algunos pueblos de nuestro país.

El “Búho o Lechuza o Tucu” (en quechua), es un animal nocturno que generalmente vive en los peñascos y lugares inaccesibles y no es usual verlos en la población.

Cuando era niño en compañía de amigos de nuestra misma edad acostumbrábamos cazar palomas con “ondilla” (onda de jebe) nos internábamos a la quebrada de “Pisacjhuaín” donde se encontraba la puerta de la iglesia del diablo, parecida a la puerta de la iglesia matriz de Cajatambo en forma ovalada, pero grabada en la roca en lo alto del cerro “Pisacjhuaín” al pie del paraje de “Huaylancana”, donde muy a menudo se escuchaba el canto de estos rapaces. La hembra solía cantar: “Tucu… Tucu… Tucu …” y el ave macho le contestaba: “Tucu….gur…., Tucu …. Gur…., Tucu …. Gur…”, que hacían una melodía animal que dentro de la soledad y el cerrado del lugar dicho canto era impresionante que infundía miedo, temor que nos hacía escarapelar el cuerpo.

De igual manera, a estas aves rapaces se les solía encontrar en la quebrada de “Huapogruy” en unos peñascos inaccesibles entre “Mayús”. y “Huaylanca”; también se les podían ubicar en las rocas y peñascos de “Antaquirca”, “Chiraumarca” o en los peñascos de “Huancaguisyán” y “Shapil”, como en las rocas de “Maray”, “Huacatupi” y “Shanocj”; y las cuevas de “Cuntuyocj” y “Matara”.

Repentinamente, de manera muy ocasional estas aves en horas de la noche entre las nueve y diez, hacían su aparición dentro de la población con su canto característico: “Tucu…, Tucu….., Tucu …” o “Tucu … gur…; Tucu …gur…", dejando atónitos a los pobladores, quienes se sentían sorprendidos, ya que se posaban en el techo de una vivienda abandonada, un “Rayán” (Saúco) o algún eucalipto, a una distancia muy cercana de la casa de la persona que se encontraba delicada de salud.

Entonces los vecinos se preguntaban y decían ¿quién estará enfermo?, posiblemente esté grave y va morir. Si a esa hora estábamos durmiendo y escuchábamos la conversación de los papás solíamos meternos dentro de la cama con un temor infernal que nos hacía sudar frío. Los papás o personas mayores comentaban y trataban de diferenciar el canto del “Búho”, si era hebra o macho. Luego de escuchar bien decían es hembra por que dice “Tucu …Tucu … Tucu…”, o sino decían es un “Búho” macho porque canta “Tucu….gur…., Tucu… gur, Tucu …. gur”; de lo que deducían que la persona que iba a morir era mujer o varón.

Pasado un tiempo de 15 a 20 días efectivamente se daba el desenlace fatal falleciendo una mujer o un varón de acuerdo al canto del búho que habían escuchado.

Este hecho era muy esporádico, no era de todos los días, por lo que, la población lo tomaba como una regla o presagio (vaticinio) fatal.

La explicación de este acontecimiento animal, es que estas aves de rapiña perciben el olor del cuerpo orgánico próximo a la muerte, localizando a la víctima; es por eso que vuelan cerca de la vivienda de la persona que va fallecer.


2. EL CANTO DE LA “PACA PACA” (en la sierra) O EL CERNÍCALO (en la costa)

La experiencia vivida por nuestros antepasados y nuestros padres, han dejado precedentes que se relacionaban con el modo de vida de ciertos animales, con la vida y la muerte de las personas, convirtiéndose en supersticiones que tienen asidero.

En el caso de la “Paca Paca” o “Cernícalo”, es un ave pequeña color marrón con manchas negras, cabeza abultada y pico y garras resistentes, que se alimentan de la carne de otras aves pequeñas, pequeños reptiles, pericotes; es muy parecido al Búho, viven en los árboles muy apartado de la población; haciendo su aparición esporádicamente cuando va anunciar la muerte de una persona.

Generalmente la “Paca Paca” se presenta de noche más o menos a la hora de la cena entre la 7 a 8 de la noche con su canto melancólico y característico: “Paca….Paca….Paca… Paca” con una orientación de norte a sur y por encima o cerca de la vivienda de la persona que se encuentra enferma o que va fallecer por muerte súbita (accidente, asesinato u otro motivo), y luego de de unos minutos vuelve a pasar por el mismo lugar de sur a norte con el mismo canto “Paca….Paca….Paca…Paca”.

Este acontecimiento es un aviso que alguien va morir, por lo que, las personas que están cenando o algunos que están durmiendo empiezan a murmurar maldiciendo al animal, diciendo: “Ya sé que voy a morir, no hay necesidad que vengas a avisarme”; y siguen comentando ¿Quién morirá?, ¿Sabías que alguien estaba enfermo? o a quién le pasará algo. Dicho y hecho, pasado un tiempo fallece una mujer o un varón.

La experiencia de estos hechos, en el caso del Búho y de la “Paca Paca” se debe a que estas son aves de rapiña, que tienen la capacidad de percibir el olor a la muerte antes del hecho fatal, haciéndose presente en el lugar donde va morir la persona.

3. EL “AULLIDO” DEL PERRO AL VER EL ESPÍRITU DE LA PERSONA QUE VA FALLECER.

Los animales, así como las personas tienen sus propias peculiaridades con la diferencia de que los animales no tienen la capacidad del sentido de la razón y si es que la tienen, es muy rudimentaria; pero tienen otras facultades o instintos más desarrollados que el hombre (como la vista, el olfato, etc.)

El perro, el animal más fiel y amigo del hombre, es capaz de premunirnos de algunos acontecimientos que se han arraigado dentro de las creencias de los pueblos cajatambinos.

En el caso del “aullido” o ladrido del perro es una forma de anticipar la muerte de una persona. Generalmente estos “aullidos” o ladridos suceden a altas horas de la noche, muy esporádicamente se puede escuchar de día dichos “aullidos”. La diferencia está, que de noche el animal se expresa con profundo dolor, de sufrimiento casi agonizante; en cambio si es de día es más leve y breve.

Dentro de la tranquilidad y el sueño apacible de los pobladores empieza el “aullido” de un perro “guauguau….! ¡guauguauuuuu……! !guaguauuuuuuuu…..! y cada vez más prolongado hasta que el animal queda extasiado (atónito, pasmado, sin aliento), como si alguien le estuviera atacando ¡guaguauuuuuuuuuuuuuu……..! y dándole una tonalidad sepulcral que al final pareciera desfallecer, preciso momento que el animal ha logrado avistar el espíritu (o alma) de la persona que va fallecer (presunto difunto o difunta); que generalmente empieza muy cerca de la vivienda o el lugar donde el presunto difunto frecuenta. Y cuando ya haya pasado el espíritu (o alma), el perro deja de aullar y empieza ladrar como si estuviera pasando una persona por el lugar; momentos en que los demás perros que se encuentran por la calle central a dos o tres cuadras adelante empiezan a “aullar” ¡guauguauuuuuuuu……!, ¡guauguauuuuuuuu……..!, lo que hace suponer que el espíritu continúa con su recorrido hacia el cementerio, por donde se conduce el “féretro”; y así sucesivamente hasta aproximarse al puente del río “tabín” cerca del cementerio.
Momento en que los perros de toda la población empiezan a “ladrar” en forma conjunta y natural como si estuvieran persiguiendo a una persona: ¡guauguau, guauguau!, ¡hap, hap!.

Luego, las personas al despertarse y escuchar toda la escena de los “aullidos” y “ladridos”, comentan que el “alma” está pasando, ya llegó a la “Capilla”, ya está cerca del puente, se dirige al cementerio.

El “aullido” y el “ladrido” de los perros, es sepulcral, que infunde terror (miedo, pánico) como si uno estuviera viendo al mismo espíritu (o alma). Y cuando uno es niño, es mucho más impresionante y terrorífico, trata de acurrucarse dentro de su cama buscando la protección de alguien.

Después de un tiempo, al mes o dos meses del aullido del perro, se produce el fallecimiento de una persona, confirmándose el presagio del animal. Lo curioso del caso, es que hay personas que según el tipo de “aullido” del perro pueden diferenciar si la próxima víctima va ser varón o mujer; y que en verdad no es simple coincidencia, por lo que, se ha hecho tradición.


4. EL CRUCE DE UN GATO NEGRO POR DELANTE DE UNA PERSONA EN LA CALLE O EN EL CAMINO.

Los animales tienen su aura cargada de energía positiva o negativa y en la forma como se comportan en un momento dado o frente a una determinada persona.

En caso del gato negro, por su color infunde cierto miedo, temor que muchas personas lo atribuyen a presagios diabólicos o terroríficos relacionándolos con ciertas leyendas o pasajes históricos.

Por lo que, muchas personas supersticiosas andan alertas a que un gato negro se le cruce en la calle o en el camino. Si el gato logra cruzar delante de él o ella, seguramente que alguna desgracia le va suceder, o los propósitos o planes que tenía como meta ese día, no los logrará.

Pero algunas personas supersticiosas, al momento que le cruce el gato negro tienen la capacidad de deducir las consecuencias que le va acarrear. Si el gato le cruza asustado y lo hace violentamente y luego de cierta distancia voltea para fijarle la mirada a la persona que le ha cruzado; es signo que la persona tiene energía positiva y ha dominado al animal por consiguiente superará su problema. Pero, cuando el gato haya cruzado raudamente y con pasos seguros y prosigue su camino sin voltear, es presagio que algo malo le va suceder o no va lograr sus propósitos.


5. EL CANTO DEL “SHEGUI”

Como se puede reiterar muchas aves y/o animales tienen comportamientos misteriosos o de presagios nefastos dentro de la evolución socio cultural de nuestros pueblos.

El “Seguí” es un pájaro que generalmente vive en el campo en la copa de los árboles y que raramente incursiona a la población para presagiar un acontecimiento fatal.

El “Seguí”, inusitadamente en horas de la tarde entre 4 a 5 de tarde aparece con su trinar característico: “Seguí…….!, “shegui……..!, “shegui………!, y pasa volando de oriente a oeste y se pierde por unos instantes, llegando por la cercanía de la casa de la mujer embarazada que va fallecer (que generalmente es cuando la mujer es primeriza), y luego repentinamente vuelve aparecer con su trino fatídico “seguí……”, “shegui……..!, “shegui…………”, y se retira volando de oeste a oriente con dirección al cementerio de “Tabín”.

Este acontecimiento, inmediatamente hace presumir que alguna joven o señora embarazada va a fallecer, bien por enfermedad o dando a luz. Dicho y hecho, después de un breve tiempo acontece el fallecimiento de una dama en el proceso de alumbramiento.

Quienes habían escuchado el trinar o el canto del “shegui”, se quedan sorprendidos de tal coincidencia, considerándolo como un pájaro de mal augurio, constituyéndose de esta manera como una tradición cajatambina; cuya creencia la gente joven ya no les toma en cuenta por desconocimiento y lo dan por desapercibido, pero los hechos siguen aconteciendo; por lo que, me permito ilustrar a través de las páginas de “Despertar Cajatambino”, en memoria de nuestros antepasados.


6. EL OLOR NAUSEABUNDO DE LA ORINA DEL “ZORRINO O AÑAZ”

Quienes conocemos el “zorrino” o “añaz”, es un animal que su hábitat es el campo, lugares escondidos de poca accesibilidad de las personas: siendo generalmente la “toma” (punto de captación del agua de regadío) de los canales de riego, donde hacen sus madrigueras.

Es una animal que utiliza como arma de defensa su orina cuando es atacado por algún animal (perro, zorro) o personas, expulsando su orina como si fuera un chisguete que tiene alcance a buena distancia; y si se ve perseguido inmediatamente orina en su cola que es bastante lanudo y empieza a levantar y bajar rápidamente sacudiendo el olor nauseabundo para alejar a su atacante. La persona que persigue al “zorrino” tiene que tener bastante cuidado porque al caerle la orina en el ojo le puede volver ciego.

Lo curioso del caso, es que, sin que el animal estuviera en la población de un momento a otro se llega a percibir el olor nauseabundo y fétido de la orina del “zorrino” (añaz) y que trasciende por muchas cuadras donde se encuentra la casa de la próxima víctima de la muerte.

Al percibir el olor nauseabundo inmediatamente la gente empieza asociar que alguien va morir. Esto ocurre generalmente en las noches, a partir de la 8 en adelante; pero que raras veces se logra percibir en horas de la mañana o de la tarde.

Hará unos 50 años atrás, a estos animales se les podían ubicar muy continuamente, pero a la fecha hallarlos es una casualidad, puesto que este animal está en proceso de extinción; pero sus presagios queda en nuestros recuerdos de quienes hemos tenido la suerte y las experiencias en conocerlo en vivo y en directo. Algunas personas, cuentan que si era cazados antes que expulse su orina, después de matarlo, de su carne hacían chicharrones, que según refieren eran muy parecido al del chancho. ¡Saborear para creer!


7. PERCIBIR EL OLOR PERFUMADO O FÉTIDO DE UNA FLOR.

La flor no solo representa la belleza, la pureza, la hermosura y lo sublime de la naturaleza, que muchas veces asociamos con la hermosura de una dama o de la mujer que amamos en la vida, o como también representamos la imagen de nuestra madre; sino, que también su perfume nos hace presagiar un evento grato de regocijo, como también un hecho o acontecimiento nefasto como una epidemia o una dolencia generalizada.

Cajatambo, en sus tiempo de grandeza cuando las estaciones del año era cronométricamente definidos, donde una estación se iniciaba un día determinado o con una actividad definida de la comunidad; haciendo que su producción agrícola sea abundante; los campos eran cubiertos de pastos, arbustos a todo dar; es así que, en cada estación se percibía un aroma especial de la naturaleza en cada paraje o lugar.

Es así, que cuando la producción de habas iba ser muy buena, cuando estaba en floración se percibía un aroma de la flor de habas que trascendía hasta la población de Cajatambo; entonces, nuestros padres decían éste año la cosecha de habas va ser muy buena. Y en verdad así sucedía. La cosecha duraba cuatro a cinco días como en Chuchuwilca, huaylancana, cospocoto, mayúsh., ogshuy, pinculiocj, cashatambo, misarrumi, jajacjpampa, querochacay, pariantana, laquear, ocopata en Astobamba (por eso, a los Astobambinos los llamaban “Habas Petaca”), luego se almacenaban para dos o más años. Hasta se tenía la costumbre de cebar a los chanchos, para luego hacer los chicharrones ¡que ricos!, ¿donde estará aquellos tiempos?

De igual manera sucedía con el trigo, el maíz, la papa, cuyos aromas se percibían en todo el valle cajatambino, era algo incomparable. Que tal forma de producir; lo bueno de esos tiempos que toda la gente se dedicaba a la agricultura y a su vez manejaban la rotación de cultivos y de la tierra en forma colectiva, lo que en la actualidad no sucede.

Pero, también el olor perfumado o fétido del aroma de una flor que se percibían en la población, eran relacionados como presagio de un acontecimiento:
a.En horas de la noche, cuando los pobladores se encontraba durmiendo, en el pueblo se percibía un olor perfumado, aromático, fragancioso, como si alguien hubiera esparcido un ambientador que, lentamente se iba desvaneciendo, haciendo sentir a la gente la belleza de la naturaleza cajatambina. La gente, inmediatamente relacionaba y comentaba que les deparaba un buen año de abundancia, ya que las cosechas iban ser muy buenas.
b.Pero, también después de muchos años llegaban a percibir un olor fétido del aroma de la flor de “Asiacjhuayta” o “Húahuayta”, generando un mal ambiente, el presagio de toda la gente era que iba ser una mal año, debido a muchos factores como: sequía, vientos huracanados, lluvias torrenciales. O también, presentían que iban a ser asechados por alguna enfermad o epidemia. Y así sucedía, conforme habían predicho.

Me acuerdo que cuando tenía 6 años de edad, invadió a la población un olor fétido olor a sangre, habiéndose quedado sorprendido la gente, y al poco tiempo fuimos invadidos por la fiebre asiática con hemorragia nasal y tos convulsiva que arrasó con toda la población y todos los distritos.


8. EL CHILLIDO DEL GRILLO (SUCRU) COMO MAL AUGURIO.

El grillo o “sucru” (en quechua), es un insecto ortóptero que vive dentro de los pedregales, en las viviendas abandonadas o también en las murallas de las chacras.

No es usual que estos insectos frecuenten las viviendas cuando están siendo habitadas, puesto que, todos los días se hace la limpieza, no dando lugar a que éstos se introduzcan; por lo que, es extraño su presencia dentro de la vivienda.

Pero, a pesar de ello, de un momento a otro se empieza a escuchar un chillido mortificante: “Chic, chic, chic, chic, chic.” O también: “Churrrr, churrrr, churrrr”, siendo muy difícil de ubicarlo. En un momento, pareciera que estuviera en el marco de la puerta, de rato como si estuviera en el techo, en otro momento como si estuviera dentro de los muebles, convirtiéndose la casa en un caos.

Este chillido del grillo, en la mayoría de las veces, sucede en las noches, cuando las familias se encuentran durmiendo; y de pronto empiezan a chillar haciendo despertar a todos los miembros de la familia, ya que el chillido es persistente y desesperante.

Las personas mayores tienen que levantarse y tratar de ubicarlo para eliminarlo o ahuyentarlo, pero, muchas veces es imposible localizarlo; si por suerte se logra localizarlo, están ocultos en un agujero o en una hendidura de la pared donde no se puede introducir ningún objeto.

Lo peor del caso, es cuando el chillido lo hacen en pareja, convirtiéndose en una escena dramática y trágica, ya que la hembra empieza a chillar quejándose de dolor: “Chiccccc…, chicccccc ….., chiccccccc …….”; y el macho le contesta: “Churrrrr….., churrrr….., churrrrrr….”, tratando de armonizar provocando estupor, angustia y desesperación; y si en casa hay algún enfermo el drama es peor.

La explicación del chillido del grillo, es un presagio para que cualquier miembro de la familia se enferme o que la persona que está enferma se agrave o va ha fallecer. Del chillido del grillo pueden diferenciar si el presagio es para que se enferme o muera un niño, niña, mujer o varón.

Para contrarestar el mal augurio del grillo, es necesario tratar de ubicarlo y matarlo.


9. EL “HUINTUNACUY” O CARGADA DE LOS GATOS.

Las noches sirven para el descanso placentero de las personas después de un arduo trabajo, como también, para las actividades ilícitas de los amigos del ajeno; y en el caso de algunos animales como el gato para presagiar hechos nefastos.

El “Huintunacuy” (en quechua) o cargada de los gatos, es una escena curiosa que realizan los gatos en grupo, para ello, los gatos se ubican en el techo, en la entrada de la puerta o zaguán, que según la tradición es el anuncio para la muerte de una persona de la casa.

Esta ceremonia del “Huintunacuy” (escenificación del sepelio de un muerto) o cargada por los gatos, consiste en que 5 o 6 gatos se ubican en un lugar especial, que puede ser el techo, la entrada de la puerta o zaguán de la casa de la persona que va fallecer. Allí, uno de los gatos se tira de largo, simulando ser el muerto y a sus costados se ubican el resto de los gatos en posición de cuclillas como si estuvieran orando, que al mismo tiempo empiezan a maullar tratando de imitar la voz de una mujer, una niña, niño o un varón adulto con un sentimiento de pena, dolor como si estuvieran llorando. “Ayayayyyyy…., mamaaaaaa, ayayayyyyyy…….., ñáuuuuuu……., guauuuuuuu……., guaguauuuuuu, ayayayyyyyyyy……., que de ratos se confunde con el llanto de una mujer o una criatura; y cuanto más prolongado se hace esta escena es terrorífico escuchar que infunde mucho miedo.

Lo curioso de la escena, es que los gatos de los costados los arrastra al que se hace de muerto, acompañado de sus lamentaciones que cada vez es más espeluznante (aterrador, espantoso, pavoroso, terrorífico, escalofriante). Para evitar que sigan causando pánico entre los miembros de la familia, los dueños de casa tratan de espantarlos a los gatos, los cuales salen disparados dejando tirado al gato que simula de muerto. ¡Posiblemente que muchos hayan escuchado!, es comprensible cuánto miedo habrán experimentado.


10. LA “TARÁNTULA” O “ATAPONGUY” Y EL ANUNCIO DE LA MUERTE DE UN FAMILIAR O EL ALEJAMIENTO DE UN FAMILIAR DEL SENO DE LA CASA.

La “Tarántula” o “Ataponguy” es una araña venenosa que vive en lugares muy apartados, en zonas rocosas, pedregales o en las murallas de las chacras: por tanto, es inusual que estos animalitos puedan hallarse dentro de la casa.

Es así, que en un momento inesperado este animal hace su aparición por el lugar más visible o por la puerta de la casa, impresionando a los miembros de la familia, quienes quedan estupefactos al contemplar su aspecto horripilante que genera un alboroto dentro de la casa hasta que los vecinos se enteran de tal acontecimiento.

Al contemplar al animal, las personas empiezan a comentar, según las creencias de nuestros antepasados, aseverando que es un animal de mal augurio, afirmando que posiblemente un miembro de la familia en especial los de avanzada edad va fallecer o de lo contrario algún miembro de la familia se va enfermar.

Pasado un tiempo prudencial, el presagio se cumple de acuerdo a lo anunciado. Por lo que, la población lo han tomado como una regla supersticiosa para relacionar los sucesos que acontece dentro de la población.


11. EL SAPO

Es una animal que vive en los ríos, pantanos o manantiales o también viven en lugares áridos y secos, pero, por sus características morfológicas infunde miedo, terror más que todo en las criaturas y las damas.

El caso es que, se vuelve extraño y trágico al hacer su aparición dentro de una vivienda, que no es algo común; lo que hace presagiar a los pobladores que algo malo va suceder. Generalmente, hace notar su presencia con su croar: “Troc, troc, troc”, pero muy pausadamente, como para que las persona entraran en pánico y se pongan en alerta; así aparece por la puerta saliendo de la habitación.

La reacción de los miembros de la casa, lógicamente es de desesperación alertando a los vecinos, quienes acongojados se aúnan con el pesar de su vecino, comentando que está anunciando la muerte de uno de sus familias o le manifiestan diciendo: “Les están votando de la casa”, éstos son animales de mal augurio. Momentos que al pobre sapito lo masacran matándole y quemándolo para arrojar sus cenizas, a fin de que no suceda su mal presagio.


12. LA SERPIENTE

La serpiente comúnmente llamado “culebra”, es otro animal que vive en parajes apartados, donde pocas veces frecuentan las personas. Toman diferentes colores: amarillo, plomo, negro o de colores combinados, que muy ocasionalmente se dejan ver.

Así, como a los animales descritos anteriormente, a la serpiente o culebra, se le atribuye presagios supersticiosos, como también lo utilizan para curar ciertas dolencias.

Cuando la culebra aparece dentro de la casa o en el patio, se le atribuye que está anunciando para que la familia o uno de sus miembros se vaya de la casa y nunca más vuelva.

Si la serpiente o culebra se cruza en su camino, es para que esa persona no vuelva más por esos lugares; así, como también es hallado dentro de su chacra, es un anuncio que esa persona se retirará para siempre de ese legar.

Por otra parte, la serpiente o culebra es buscado con sumo interés por personas que son entendidas para curar golpes, luxaciones y fracturas. En caso de golpes, la persona entendida, luego de cazar la culebra tiene que introducirlo dentro de una botella y luego llenarlo de alcohol y alcanfor; y con esa solución lo vendan la parte afectada de la persona, que en un tiempo breve lo sana. O si es una fractura, la persona entendida a la serpiente viva lo agarra de la boca y lo desgarra en dos partes y con ello, luego de acomodar lo huesos de la fractura los envuelve directamente en la parte afectada como si fuera un enyesado, que después de 20 o 30 días la fractura resulta sana, retirando las partes de la serpiente totalmente disecado.

Cosas y casos que la vida nos enseñan, y que en nuestras poblaciones andinas se convirtieron en supersticiones y tradiciones que tuvieron poderes mágicos, siendo parte del modo de vida de las personas.


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