martes, 8 de junio de 2010

TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA

TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA
(Escrito por Hipólito Yánac Rivera)
Nada queda oculto debajo del sol, como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista; o tanto va el cántaro por el agua que al final retorna sin asa. Frases o sentencias nacidas de las sabias enseñanzas de nuestros ancestros que han dejado actualidad en nuestras vidas. Lo que ha motivado exteriorizar lo que de niño escuchaba los relatos de personas mayores, cuando se me escarapelaba el cuerpo y los pelos se me ponían en punta. O también vivencias que pude experimentar en el trayecto de mi vida, las que fueron retratándose o archivándose en el procesador de mi mente. Ahora que he cumplido mi ciclo, me he propuesto sacar a luz para que la nueva generación pueda ilustrarse cuan mágico y efímera es la vida; así como para los de mi época al leerlos puedan recrear su imaginación y recordarse de los momentos felices que pasaron al contemplar la bella naturaleza cajatambina.

Para todos ustedes quiero dedicarlos estos pequeños relatos intitulado “TRADICIONES DE MI TIERRA CAJATAMBINA”, quien sabe mal hilvanados pero con profundo sentimiento. ¡Por Cajatambo, para Cajatambo y con Cajatambo!.

Hipólito Yánac Rivera

PRIMERA PARTE

I. AUGURIOS NEFASTOS O SUPERSTICIONES:

1. EL CANTO DEL “BÚHO O LECHUZA O TUCU” Y EL ANUNCUIO DE LA MUERTE DE UNA PERSONA.

Este presentimiento fatalista es caso generalizado en todos los pueblos de la provincia de Cajatambo y en algunos pueblos de nuestro país.

El “Búho o Lechuza o Tucu” (en quechua), es un animal nocturno que generalmente vive en los peñascos y lugares inaccesibles y no es usual verlos en la población.

Cuando era niño en compañía de amigos de nuestra misma edad acostumbrábamos cazar palomas con “ondilla” (onda de jebe) nos internábamos a la quebrada de “Pisacjhuaín” donde se encontraba la puerta de la iglesia del diablo, parecida a la puerta de la iglesia matriz de Cajatambo en forma ovalada, pero grabada en la roca en lo alto del cerro “Pisacjhuaín” al pie del paraje de “Huaylancana”, donde muy a menudo se escuchaba el canto de estos rapaces. La hembra solía cantar: “Tucu… Tucu… Tucu …” y el ave macho le contestaba: “Tucu….gur…., Tucu …. Gur…., Tucu …. Gur…”, que hacían una melodía animal que dentro de la soledad y el cerrado del lugar dicho canto era impresionante que infundía miedo, temor que nos hacía escarapelar el cuerpo.

De igual manera, a estas aves rapaces se les solía encontrar en la quebrada de “Huapogruy” en unos peñascos inaccesibles entre “Mayús”. y “Huaylanca”; también se les podían ubicar en las rocas y peñascos de “Antaquirca”, “Chiraumarca” o en los peñascos de “Huancaguisyán” y “Shapil”, como en las rocas de “Maray”, “Huacatupi” y “Shanocj”; y la cuevas de “Cuntuyocj” y “Marara”.

Repentinamente, de manera muy ocasional estas aves en horas de la noche entre las nueve y diez, hacían su aparición dentro de la población con su canto característico: “Tucu…, Tucu….., Tucu …” o “Tucu … gur…; Tucu …gur…, dejando atónitos a los pobladores, quienes se sentían sorprendidos, ya que se posaban en el techo de una vivienda abandonada, un “Rayán” (Saúco) o algún eucalipto, a una distancia muy cercana de la casa de la persona que se encontraba delicada de salud.

Entonces los vecinos se preguntaban y decían ¿quién estará enfermo?, posiblemente esté grave y va morir. Si a esa hora estábamos durmiendo y escuchábamos la conversación de los papás solíamos meternos dentro de la cama con un temor infernal que nos hacía sudar frío. Los papás o personas mayores comentaban y trataban de diferenciar el canto del “Búho”, si era hebra o macho. Luego de escuchar bien decían es hembra por que dice “Tucu …Tucu … Tucu…”, o sino decían es un “Búo” macho porque canta “Tucu….gur…., Tucu… gur, Tucu …. gur”; de lo que deducían que la persona que iba a morir era mujer o varón.

Pasado un tiempo de 15 a 20 días efectivamente se daba el desenlace fatal falleciendo una mujer o un varón de acuerdo al canto del búho que habían escuchado.

Este hecho era muy esporádico, no era de todos los días, por lo que, la población lo tomaba como una regla o presagio (vaticinio) fatal.

La explicación de este acontecimiento animal, es que estas aves de rapiña perciben el olor del cuerpo orgánico próximo a la muerte, localizando a la víctima; es por eso que vuelan cerca de la vivienda de la persona que va fallecer.

2. EL CANTO DE LA “PACA PACA” (en la sierra) O EL CERNÍCALO (en la costa)
La experiencia vivida por nuestros antepasados y nuestros padres, han dejado precedentes que se relacionaban con el modo de vida de ciertos animales, con la vida y la muerte de las personas, convirtiéndose en supersticiones que tienen asidero.

En el caso de la “Paca Paca” o “Cernícalo”, es un ave pequeña color marrón con manchas negras, cabeza abultada y pico y garras resistentes, que se alimentan de la carne de otras aves pequeñas, pequeños reptiles, pericotes; es muy parecido al Búho, viven en los árboles muy apartado de la población; haciendo su aparición esporádicamente cuando va anunciar la muerte de una persona.

Generalmente la “Paca Paca” se presenta de noche más o menos a la hora de la cena entre la 7 a 8 de la noche con su canto melancólico y característico: “Paca….Paca….Paca… Paca” con una orientación de norte a sur y por encima o cerca de la vivienda de la persona que se encuentra enferma o que va fallecer por muerte súbita (accidente, asesinato u otro motivo), y luego de de unos minutos vuelve a pasar por el mismo lugar de sur a norte con el mismo canto “Paca….Paca….Paca…Paca”.

Este acontecimiento es un aviso que alguien va morir, por lo que, las personas que están cenando o algunos que están durmiendo empiezan a murmurar maldiciendo al animal, diciendo: “Ya sé que voy a morir, no hay necesidad que vengas a avisarme”; y siguen comentando ¿Quién morirá?, ¿Sabías que alguien estaba enfermo? o a quién le pasará algo. Dicho y hecho, pasado un tiempo fallece una mujer o un varón.

La experiencia de estos hechos, en el caso del Búho y de la “Paca Paca” se debe a que estas son aves de rapiña, que tienen la capacidad de percibir el olor a la muerte antes del hecho fatal, haciéndose presente en el lugar donde va morir la persona.

3. EL “AULLIDO” DEL PERRO AL VER EL ESPÍRITU DE LA PERSONA QUE VA FALLECER.

Los animales, así como las personas tienen sus propias peculiaridades con la diferencia de que los animales no tienen la capacidad del sentido de la razón y si es que la tienen, es muy rudimentaria; pero tienen otras facultades o instintos más desarrollados que el hombre (como la vista, el olfato, etc.)

El perro, el animal más fiel y amigo del hombre, es capaz de premunirnos de algunos acontecimientos que se han arraigado dentro de las creencias de los pueblos cajatambinos.

En el caso del “aullido” o ladrido del perro es una forma de anticipar la muerte de una persona. Generalmente estos “aullidos” o ladridos suceden a altas horas de la noche, muy esporádicamente se puede escuchar de día dichos “aullidos”. La diferencia está, que de noche el animal se expresa con profundo dolor, de sufrimiento casi agonizante; en cambio si es de día es más leve y breve.

Dentro de la tranquilidad y el sueño apacible de los pobladores empieza el “aullido” de un perro “guauguau….! ¡guauguauuuuu……! !guaguauuuuuuuu…..! y cada vez más prolongado hasta que el animal queda extasiado (atónito, pasmado, sin aliento), como si alguien le estuviera atacando ¡guaguauuuuuuuuuuuuuu……..! y dándole una tonalidad sepulcral que al final pareciera desfallecer, preciso momento que el animal ha logrado avistar el espíritu (o alma) de la persona que va fallecer (presunto difunto o difunta); que generalmente empieza muy cerca de la vivienda o el lugar donde el presunto difunto frecuenta. Y cuando ya haya pasado el espíritu (o alma), el perro deja de aullar y empieza ladrar como si estuviera pasando una persona por el lugar; momentos en que los demás perros que se encuentran por la calle central a dos o tres cuadras adelante empiezan a “aullar” ¡guauguauuuuuuuu……!, ¡guauguauuuuuuuu……..!, lo que hace suponer que el espíritu continúa con su recorrido hacia el cementerio, por donde se conduce el “féretro”; y así sucesivamente hasta aproximarse al puente del río “tabín” cerca del cementerio.
Momento en que los perros de toda la población empiezan a “ladrar” en forma conjunta y natural como si estuvieran persiguiendo a una persona: ¡guauguau, guauguau!, ¡hap, hap!.

Luego, las personas al despertarse y escuchar toda la escena de los “aullidos” y “ladridos”, comentan que el “alma” está pasando, ya llegó a la “Capilla”, ya está cerca del puente, se dirige al cementerio.

El “aullido” y el “ladrido” de los perros, es sepulcral, que infunde terror (miedo, pánico) como si uno estuviera viendo al mismo espíritu (o alma). Y cuando uno es niño, es mucho más impresionante y terrorífico, trata de acurrucarse dentro de su cama buscando la protección de alguien.

Después de un tiempo, al mes o dos meses del aullido del perro, se produce el fallecimiento de una persona, confirmándose el presagio del animal. Lo curioso del caso, es que hay personas que según el tipo de “aullido” del perro pueden diferenciar si la próxima víctima va ser varón o mujer; y que en verdad no es simple coincidencia, por lo que, se ha hecho tradición.

4. EL CRUCE DE UN GATO NEGRO POR DELANTE DE UNA PERSONA EN LA CALLE O EN EL CAMINO.
Los animales tienen su aura cargada de energía positiva o negativa y en la forma como se comportan en un momento dado o frente a una determinada persona.

En caso del gato negro, por su color infunde cierto miedo, temor que muchas personas lo atribuyen a presagios diabólicos o terroríficos relacionándolos con ciertas leyendas o pasajes históricos.

Por lo que, muchas personas supersticiosas andan alertas a que un gato negro se le cruce en la calle o en el camino. Si el gato logra cruzar delante de él o ella, seguramente que alguna desgracia le va suceder, o los propósitos o planes que tenía como meta ese día, no los logrará.

Pero algunas personas supersticiosas, al momento que le cruce el gato negro tienen la capacidad de deducir las consecuencias que le va acarrear. Si el gato le cruza asustado y lo hace violentamente y luego de cierta distancia voltea para fijarle la mirada a la persona que le ha cruzado; es signo que la persona tiene energía positiva y ha dominado al animal por consiguiente superará su problema. Pero, cuando el gato haya cruzado raudamente y con pasos seguros y prosigue su camino sin voltear, es presagio que algo malo le va suceder o no va lograr sus propósitos.

5. EL CANTO DEL “SHEGUI”

Como se puede reiterar muchas aves y/o animales tienen comportamientos misteriosos o de presagios nefastos dentro de la evolución socio cultural de nuestros pueblos.

El “Seguí” es un pájaro que generalmente vive en el campo en la copa de los árboles y que raramente incursiona a la población para presagiar un acontecimiento fatal.

El “Seguí”, inusitadamente en horas de la tarde entre 4 a 5 de tarde aparece con su trinar característico: “Seguí…….!, “shegui……..!, “shegui………!, y pasa volando de oriente a oeste y se pierde por unos instantes, llegando por la cercanía de la casa de la mujer embarazada que va fallecer (que generalmente es cuando la mujer es primeriza), y luego repentinamente vuelve aparecer con su trino fatídico “seguí……”, “shegui……..!, “shegui…………”, y se retira volando de oeste a oriente con dirección al cementerio de “Tabín”.

Este acontecimiento, inmediatamente hace presumir que alguna joven o señora embarazada va a fallecer, bien por enfermedad o dando a luz. Dicho y hecho, después de un breve tiempo acontece el fallecimiento de una dama en el proceso de alumbramiento.

Quienes habían escuchado el trinar o el canto del “shegui”, se quedan sorprendidos de tal coincidencia, considerándolo como un pájaro de mal augurio, constituyéndose de esta manera como una tradición cajatambina; cuya creencia la gente joven ya no les toma en cuenta por desconocimiento y lo dan por desapercibido, pero los hechos siguen aconteciendo; por lo que, me permito ilustrar a través de las páginas de “Despertar Cajatambino”, en memoria de nuestros antepasados.

6. EL OLOR NAUSEABUNDO DE LA ORINA DEL “ZORRINO O AÑAZ”

Quienes conocemos el “zorrino” o “añaz”, es un animal que su hábitat es el campo, lugares escondidos de poca accesibilidad de las personas: siendo generalmente la “toma” (punto de captación del agua de regadío) de los canales de riego, donde hacen sus madrigueras.

Es una animal que utiliza como arma de defensa su orina cuando es atacado por algún animal (perro, zorro) o personas, expulsando su orina como si fuera un chisguete que tiene alcance a buena distancia; y si se ve perseguido inmediatamente orina en su cola que es bastante lanudo y empieza a levantar y bajar rápidamente sacudiendo el olor nauseabundo para alejar a su atacante. La persona que persigue al “zorrino” tiene que tener bastante cuidado porque al caerle la orina en el ojo le puede volver ciego.

Lo curioso del caso, es que, sin que el animal estuviera en la población de un momento a otro se llega a percibir el olor nauseabundo y fétido de la orina del “zorrino” (añaz) y que trasciende por muchas cuadras donde se encuentra la casa de la próxima víctima de la muerte.

Al percibir el olor nauseabundo inmediatamente la gente empieza asociar que alguien va morir. Esto ocurre generalmente en las noches, a partir de la 8 en adelante; pero que raras veces se logra percibir en horas de la mañana o de la tarde.

Hará unos 50 años atrás, a estos animales se les podían ubicar muy continuamente, pero a la fecha hallarlos es una casualidad, puesto que este animal está en proceso de extinción; pero sus presagios queda en nuestros recuerdos de quienes hemos tenido la suerte y las experiencias en conocerlo en vivo y en directo. Algunas personas, cuentan que si era cazados antes que expulse su orina, después de matarlo, de su carne hacían chicharrones, que según refieren eran muy parecido al del chancho. ¡Saborear para creer!

7. PERCIBIR EL OLOR PERFUMADO O FÉTIDO DE UNA FLOR.

La flor no solo representa la belleza, la pureza, la hermosura y lo sublime de la naturaleza, que muchas veces asociamos con la hermosura de una dama o de la mujer que amamos en la vida, o como también representamos la imagen de nuestra madre; sino, que también su perfume nos hace presagiar un evento grato de regocijo, como también un hecho o acontecimiento nefasto como una epidemia o una dolencia generalizada.

Cajatambo, en sus tiempo de grandeza cuando las estaciones del año era cronométricamente definidos, donde una estación se iniciaba un día determinado o con una actividad definida de la comunidad; haciendo que su producción agrícola sea abundante; los campos eran cubiertos de pastos, arbustos a todo dar; es así que, en cada estación se percibía un aroma especial de la naturaleza en cada paraje o lugar.

Es así, que cuando la producción de habas iba ser muy buena, cuando estaba en floración se percibía un aroma de la flor de habas que trascendía hasta la población de Cajatambo; entonces, nuestros padres decían éste año la cosecha de habas va ser muy buena. Y en verdad así sucedía. La cosecha duraba cuatro a cinco días como en Chuchuwilca, huaylancana, cospocoto, mayúsh., ogshuy, pinculiocj, cashatambo, misarrumi, jajacjpampa, querochacay, pariantana, laquear, ocopata en Astobamba (por eso, a los Astobambinos los llamaban “Habas Petaca”), luego se almacenaban para dos o más años. Hasta se tenía la costumbre de cebar a los chanchos, para luego hacer los chicharrones ¡que ricos!, ¿donde estará aquellos tiempos?

De igual manera sucedía con el trigo, el maíz, la papa, cuyos aromas se percibían en todo el valle cajatambino, era algo incomparable. Que tal forma de producir; lo bueno de esos tiempos que toda la gente se dedicaba a la agricultura y a su vez manejaban la rotación de cultivos y de la tierra en forma colectiva, lo que en la actualidad no sucede.

Pero, también el olor perfumado o fétido del aroma de una flor que se percibían en la población, eran relacionados como presagio de un acontecimiento:
a.En horas de la noche, cuando los pobladores se encontraba durmiendo, en el pueblo se percibía un olor perfumado, aromático, fragancioso, como si alguien hubiera esparcido un ambientador que, lentamente se iba desvaneciendo, haciendo sentir a la gente la belleza de la naturaleza cajatambina. La gente, inmediatamente relacionaba y comentaba que les deparaba un buen año de abundancia, ya que las cosechas iban ser muy buenas.
b.Pero, también después de muchos años llegaban a percibir un olor fétido del aroma de la flor de “Asiacjhuayta” o “Húahuayta”, generando un mal ambiente, el presagio de toda la gente era que iba ser una mal año, debido a muchos factores como: sequía, vientos huracanados, lluvias torrenciales. O también, presentían que iban a ser asechados por alguna enfermad o epidemia. Y así sucedía, conforme habían predicho.

Me acuerdo que cuando tenía 6 años de edad, invadió a la población un olor fétido olor a sangre, habiéndose quedado sorprendido la gente, y al poco tiempo fuimos invadidos por la fiebre asiática con hemorragia nasal y tos convulsiva que arrasó con toda la población y todos los distritos.

8. EL CHILLIDO DEL GRILLO (SUCRU) COMO MAL AUGURIO.

El grillo o “sucru” (en quechua), es un insecto ortóptero que vive dentro de los pedregales, en las viviendas abandonadas o también en las murallas de las chacras.

No es usual que estos insectos frecuenten las viviendas cuando están siendo habitadas, puesto que, todos los días se hace la limpieza, no dando lugar a que éstos se introduzcan; por lo que, es extraño su presencia dentro de la vivienda.

Pero, a pesar de ello, de un momento a otro se empieza a escuchar un chillido mortificante: “Chic, chic, chic, chic, chic.” O también: “Churrrr, churrrr, churrrr”, siendo muy difícil de ubicarlo. En un momento, pareciera que estuviera en el marco de la puerta, de rato como si estuviera en el techo, en otro momento como si estuviera dentro de los muebles, convirtiéndose la casa en un caos.

Este chillido del grillo, en la mayoría de las veces, sucede en las noches, cuando las familias se encuentran durmiendo; y de pronto empiezan a chillar haciendo despertar a todos los miembros de la familia, ya que el chillido es persistente y desesperante.

Las personas mayores tienen que levantarse y tratar de ubicarlo para eliminarlo o ahuyentarlo, pero, muchas veces es imposible localizarlo; si por suerte se logra localizarlo, están ocultos en un agujero o en una hendidura de la pared donde no se puede introducir ningún objeto.

Lo peor del caso, es cuando el chillido lo hacen en pareja, convirtiéndose en una escena dramática y trágica, ya que la hembra empieza a chillar quejándose de dolor: “Chiccccc…, chicccccc ….., chiccccccc …….”; y el macho le contesta: “Churrrrr….., churrrr….., churrrrrr….”, tratando de armonizar provocando estupor, angustia y desesperación; y si en casa hay algún enfermo el drama es peor.

La explicación del chillido del grillo, es un presagio para que cualquier miembro de la familia se enferme o que la persona que está enferma se agrave o va ha fallecer. Del chillido del grillo pueden diferenciar si el presagio es para que se enferme o muera un niño, niña, mujer o varón.

Para contrarestar el mal augurio del grillo, es necesario tratar de ubicarlo y matarlo.

9. EL “HUINTUNACUY” O CARGADA DE LOS GATOS.

Las noches sirven para el descanso placentero de las personas después de un arduo trabajo, como también, para las actividades ilícitas de los amigos del ajeno; y en el caso de algunos animales como el gato para presagiar hechos nefastos.

El “Huintunacuy” (en quechua) o cargada de los gatos, es una escena curiosa que realizan los gatos en grupo, para ello, los gatos se ubican en el techo, en la entrada de la puerta o zaguán, que según la tradición es el anuncio para la muerte de una persona de la casa.

Esta ceremonia del “Huintunacuy” (escenificación del sepelio de un muerto) o cargada por los gatos, consiste en que 5 o 6 gatos se ubican en un lugar especial, que puede ser el techo, la entrada de la puerta o zaguán de la casa de la persona que va fallecer. Allí, uno de los gatos se tira de largo, simulando ser el muerto y a sus costados se ubican el resto de los gatos en posición de cuclillas como si estuvieran orando, que al mismo tiempo empiezan a maullar tratando de imitar la voz de una mujer, una niña, niño o un varón adulto con un sentimiento de pena, dolor como si estuvieran llorando. “Ayayayyyyy…., mamaaaaaa, ayayayyyyyy…….., ñáuuuuuu……., guauuuuuuu……., guaguauuuuuu, ayayayyyyyyyy……., que de ratos se confunde con el llanto de una mujer o una criatura; y cuanto más prolongado se hace esta escena es terrorífico escuchar que infunde mucho miedo.

Lo curioso de la escena, es que los gatos de los costados los arrastra al que se hace de muerto, acompañado de sus lamentaciones que cada vez es más espeluznante (aterrador, espantoso, pavoroso, terrorífico, escalofriante). Para evitar que sigan causando pánico entre los miembros de la familia, los dueños de casa tratan de espantarlos a los gatos, los cuales salen disparados dejando tirado al gato que simula de muerto. ¡Posiblemente que muchos hayan escuchado!, es comprensible cuánto miedo habrán experimentado.


10. LA “TARÁNTULA” O “ATAPONGUY” Y EL ANUNCIO DE LA MUERTE DE UN FAMILIAR O EL ALEJAMIENTO DE UN FAMILIAR DEL SENO DE LA CASA.

La “Tarántula” o “Ataponguy” es una araña venenosa que vive en lugares muy apartados, en zonas rocosas, pedregales o en las murallas de las chacras: por tanto, es inusual que estos animalitos puedan hallarse dentro de la casa.

Es así, que en un momento inesperado este animal hace su aparición por el lugar más visible o por la puerta de la casa, impresionando a los miembros de la familia, quienes quedan estupefactos al contemplar su aspecto horripilante que genera un alboroto dentro de la casa hasta que los vecinos se enteran de tal acontecimiento.

Al contemplar al animal, las personas empiezan a comentar, según las creencias de nuestros antepasados, aseverando que es un animal de mal augurio, afirmando que posiblemente un miembro de la familia en especial los de avanzada edad va fallecer o de lo contrario algún miembro de la familia se va enfermar.

Pasado un tiempo prudencial, el presagio se cumple de acuerdo a lo anunciado. Por lo que, la población lo han tomado como una regla supersticiosa para relacionar los sucesos que acontece dentro de la población.

11. EL SAPO

Es una animal que vive en los ríos, pantanos o manantiales o también viven en lugares áridos y secos, pero, por sus características morfológicas infunde miedo, terror más que todo en las criaturas y las damas.

El caso es que, se vuelve extraño y trágico al hacer su aparición dentro de una vivienda, que no es algo común; lo que hace presagiar a los pobladores que algo malo va suceder. Generalmente, hace notar su presencia con su croar: “Troc, troc, troc”, pero muy pausadamente, como para que las persona entraran en pánico y se pongan en alerta; así aparece por la puerta saliendo de la habitación.

La reacción de los miembros de la casa, lógicamente es de desesperación alertando a los vecinos, quienes acongojados se aúnan con el pesar de su vecino, comentando que está anunciando la muerte de uno de sus familias o le manifiestan diciendo: “Les están votando de la casa”, éstos son animales de mal augurio. Momentos que al pobre sapito lo masacran matándole y quemándolo para arrojar sus cenizas, a fin de que no suceda su mal presagio.

12. LA SERPIENTE

La serpiente comúnmente llamado “culebra”, es otro animal que vive en parajes apartados, donde pocas veces frecuentan las personas. Toman diferentes colores: amarillo, plomo, negro o de colores combinados, que muy ocasionalmente se dejan ver.

Así, como a los animales descritos anteriormente, a la serpiente o culebra, se le atribuye presagios supersticiosos, como también lo utilizan para curar ciertas dolencias.

Cuando la culebra aparece dentro de la casa o en el patio, se le atribuye que está anunciando para que la familia o uno de sus miembros se vaya de la casa y nunca más vuelva.

Si la serpiente o culebra se cruza en su camino, es para que esa persona no vuelva más por esos lugares; así, como también es hallado dentro de su chacra, es un anuncio que esa persona se retirará para siempre de ese legar.

Por otra parte, la serpiente o culebra es buscado con sumo interés por personas que son entendidas para curar golpes, luxaciones y fracturas. En caso de golpes, la persona entendida, luego de cazar la culebra tiene que introducirlo dentro de una botella y luego llenarlo de alcohol y alcanfor; y con esa solución lo vendan la parte afectada de la persona, que en un tiempo breve lo sana. O si es una fractura, la persona entendida a la serpiente viva lo agarra de la boca y lo desgarra en dos partes y con ello, luego de acomodar lo huesos de la fractura los envuelve directamente en la parte afectada como si fuera un enyesado, que después de 20 o 30 días la fractura resulta sana, retirando las partes de la serpiente totalmente disecado.

Cosas y casos que la vida nos enseñan, y que en nuestras poblaciones andinas se convirtieron en supersticiones y tradiciones que tuvieron poderes mágicos, siendo parte del modo de vida de las personas.

13. EL ANUNCIO DEL ZORRO Y EL RAYO

Los pobladores de la provincia de Cajatambo, católicos como evangélicos creen en la existencia de Dios, en Jesucristo, en el Espíritu Santo, en la Virgen María, en los milagros, et, etc.; pero, además de todo esto creen y mantienen sus creencias, supersticiones y maleficios (encantos) desde tiempos ancestrales, muchas de ellas por meras coincidencias o por otros factores que creen estar convencidos, considerándolos como parte de su patrimonio espiritual. Así por ejemplo:

En el mes de agosto de cada año, con el fin de pronosticar que el año ha de ser bueno o malo, todos los pobladores ponen su atención para escuchar si el zorro o el rayo es el que gana en anunciar el futuro del año.

Creen que, si el zorro llega aullar cerca de la población antes que suena el rayo, afirman que el año será de sequía y de poca cosecha; pero, si el trueno suena antes del aullido del zorro, el año será de abundante lluvia y de buenas cosechas. Y la gente, para prevenir sus faenas se regía por estos anuncios, muchas veces llegando a suceder conforme se daba el caso.

SEGUNDA PARTE

II. ENCANTAMIENTOS (SORTILEGIO, SUPERSTICIÓN)

1. EL “ATABÚL RUMI” (ATAÚD DE PIEDRA)

En el camino que conduce de Cajatambo hacia el paraje denominado “Antaquirca” y las zonas andinas de “Huaylashtoclanca” , “Chunchur” y “Tocanca”, entre la “tranca” de “Huaylanca” y “Coshpocoto”, al pie de un peñasco , existe una piedra grande de forma rectangular donde se puede notar una mancha roja, que tiene la apariencia de la figura de una persona con cuernos, orejas largas y pata de cabra, al que le atribuyen que es la figura del diablo; lugar donde las personas son tentadas (donde se producen encantamientos) apareciendo una mujer hermosa de cabellos rubios que ofrecía oro; pero que con engaños los lleva a las personas tentadas sin que se diera cuenta a un precipicio inaccesible, donde aparece trastornado o muerto.

También cuentan, que en el lugar donde se encuentra la piedra del diablo “Atabúl Rumi”, a la persona que era tentada se le abría un puerta que le conducía a un lugar desconocido, luego cerrándose y desapareciendo la persona para siempre.

Otros cuentan, que en el mismo lugar si la persona pasaba en horas de la noche o de madrugada, el camino se le desaparecía y se le habría un camino que le conducía a otro lugar; pero al percatarse la persona aparecía en un precipicio.

Asimismo, otros cuentan que, al pasar por el lugar de “atabúl Rumi” (piedra del diablo) al producirse el encantamiento, el camino se cubre de rosas blancas deteniendo al caminante y quien al tocarlos se daba cuenta que son espinas, por lo que algunas personas débiles de carácter quedaban trastornadas arrojando espuma por la boca.

De igual manera, a unos 400 metros de distancia del “Atabal Rumi” (piedra del diablo), en la misma senda del camino existe un manantial llamado “Alalacjpuquio” (manantial de agua fría, cuyas aguas era de sabor muy deliciosa), donde también las personas eran encantadas, cubriéndose todo el camino de hermosas rosas blancas, interrumpiendo el viaje del caminante.

Estos encantos han sido relatados por personas creíbles en base a sus experiencias vividas.

2. EL ENCANTO DE LOS PANTANOS DE “SHOQUE” (Experiencia real)

Un padre de familia, en un oportunidad salió de Cajatambo, luego de concluir sus tareas agrícolas cabalgando su yegua “Chimba”, aproximadamente a las 5 de la tarde, con dirección a su estancia de “Chunchur”, donde tenía una manada de ovejas para estar junto a su familia.

Para llegar al lugar de su destino, tenía que tomar el camino de “tabín”, macanacota, Ichicjpusgocj, jatubpusgocj, susucala, mamancipajatun y tenía que cruzar el riachuelo de “mitualanán”.

La yegua “Chimba” era conocedora del camino y siendo un animal muy noble, como también tenía la habilidad de detectar cualquier movimiento extraño o la presencia de algún animal en su camino. El cabalgante iba cantando y silbando que, luego de cruzar el riachuelo de “mitualán” hay una hoyada larga para empezar a subir una pequeña cuesta y cuando estaban casi por culminar la cuesta, de pronto la yegua “Chimba” se puso nerviosa, haciendo que sus orejas oscilaran adelante y atrás y produciendo un ronquido con sus fosas nasales, plantándose y golpeando el suelo con el casco de su pata delantera; por lo que, el cabalgante decidió apearse y jalando a “Chimba” con las rienda logró culminar la subida.

El caminante, momentos en que se ocultaba el sol. al fijar su mirada hacia los pantanos de “Shoque” se percató que aproximadamente 8 cerdos (chanchos) enormes de color candela se encontraban comiendo, que al sentir la presencia del cabalgante y la yegua “Chimba”, inmediatamente se introdujeron en el pantano desapareciéndose por completo y al mismo tiempo que los totorales empezaron a crujir con un sonido estruendoso , haciendo que el caminante se quedara estupefacto; quien atinó cabalgarse de “chimba” y galopar hasta llegar a su estancia que estaba muy cerca del lugar de los hechos, llegando a su choza arrojando espuma por la boca por el susto que le había ocasionado los enormes chanchos.

Lo curioso del caso, es que en el lugar nadie criaba cerdos, por lo que era extraño, pero indagando llegó a comprobar que en ese lugar se producían encantamientos.

3. EL ENCANTO DE LAS OVEJAS BLANCAS

Los parajes o lugares llamados estancias en la provincia de Cajatambo, por su ubicación son sitios inhóspitos (agreste, deshabitado, desérticos), tristes que infunde melancolía (nostalgia, soledad, añoranza). Lo que hace que las personas vivan aisladas de la mayoría de la población, haciendo una vida de ermitaño (solitario); siendo su compañía sus ovejas, sus gallinas, el gallo que le da la hora y que le anuncia el anochecer y el amanecer de un nuevo día, sus perros fiel compañero que ahuyentan los malos espíritus y les protege de las personas extrañas que pueden hacerle daño o pueden robarle sus pertenencias o sus animales.

El modo de vida de las pastoras es monótono que, luego de tomar sus alimentos en la mañana salen conjuntamente con sus ovejas para pastarlos. Éstas al salir del corral, empiezan a caminar buscando el pasto para su alimentación sin detenerse en un solo sitio, alejándose de la choza seguida por la pastora y sus perros.

Pero algunas veces la manada de ovejas se desesperan por dirigirse a los “oconales” (pequeñas praderas ubicadas en el ojo de los manantiales formando unos pantanos por la filtración de las aguas), buscando el pasto verde, mientras que las pastoras se encuentren entretenidas con su hilado o tejido. En éstos oconales pocas veces se les permite hacer el pastoreo porque están contaminados por larvas de la “alicuya” propagados por la orina y el estiércol del ganado caballar; en consecuencia las ovejas son infectadas por estas larvas que se localizan en el hígado del ganado aniquilándolo hasta la muerte.

Por fuerzas de la naturaleza, coincidentemente con los movimientos de la luna, las ovejas mágicamente son atraídas en luna llena a esos oconales y se ubican alrededor de la fuente del manantial; que a la vez, la pastora por alguna fuerza mágica es distraída del cuidado de las ovejas quedándose dormida. Preciso momento en que se produce el “encantamiento”, en que unas “ovejas blancas” como si fueran burbujas de agua, empiezan a salir del ojo del manantial unas tras de otras confundiéndose con las ovejas de la pastora, creciendo la cantidad de ovejas de la manada; el cual tiene un doble desenlace:

a.Si éste fenómeno es percibido (visto, mirado u observado) por alguna persona extraña o por la misma pastora, deben sorprender a las “ovejas blancas” arrojando a la fuente del manantial cualquier prenda (ropa), a fin de que las “ovejas blancas” no puedan retornar dentro del manantial, quedándose como parte de la manada.
b.Pero, si las “ovejas blancas” se dan cuenta de la presencia de persona extraña o de la pastora, éstas inmediatamente vuelven a introducirse por el ojo del manantial antes de ser interceptados, llevándose consigo las ovejas de la pastora; como también algunas “ovejas blancas” al no poder introducirse se quedan como parte de la manada. Según cuentan que la carne de las “ovejas blancas” son muy desagradables, por lo que no optan por comerlos.

4. EL “HILLA” DEL TORO “FLOR DE HABAS”

Hace unos 55 años atrás, cuando los terrenos de la Comunidad de “Antay Mozo”: “Atún pusgocj”, “Antaquirca”, “Pata Pata” y “Chiraumarca”, las arrendaban como “Moyas” (terreno secano donde por efecto de las lluvias de enero, febrero y marzo) el pasto o forraje como el alfiler, el trébol, la cebadilla, el rábano crecían en forma exuberante (pródigo, excesivo, era generoso), siendo muy apreciado por el ganado vacuno (lechero).

Dichas “Moyas” eran subastadas al mejor postor de un año para otro, que generalmente los ganadores eran personas que tenían ganado vacuno en la puna, que a partir del mes de abril bajaban sus ganados a esas “moyas” y empezaban a vaquerear (sacar leche y los procesaban elaborando el queso, mantequilla, manjar blanco).

El ganado de día comía el pasto a libre albedrío y en las noches eran encerrados en un corral debidamente amurallado y las crías eran separadas en un corral más pequeño hasta el día siguiente. Ya, en la mañana se empezaba ordeñar la leche de todas la vacas y luego se les dejaban libres para que coman el pasto fresco, y así proseguía la vaquería día tras día. Que interesante era contemplar cuando nacían nuevos becerros; observar como la madre los protegía, los ayudaba a caminar, los amamantaban y los cuidaba para no ser atacados por el cóndor o el zorro; haciendo prevalecer el amor maternal que instintivamente los animales suelen brindar a sus crías.

Asimismo, era muy bien recibido el nacimiento de nuevos becerritos porque la primera leche de la vaca era muy apreciado, al que los llamaban la “corta”, que al ser hervida la leche se convertía en una masa amarillenta muy agradable que se comía con cancha amarrilla recién tostada (calientito). De igual manera, todos los días al momento de ordeñar la leche, se tomaba una taza de leche espumante de cada una de las vacas con su cancha caliente, notándose que cada vaca tenía su leche de diferente sabor y un olor característico, por lo que, algunas eran más preferidas que otras. Experiencias indescriptibles que con el transcurrir del tiempo han quedado en el recuerdo.

Conforme iba pasando los días, el contacto con los animales era más familiar, al llamado por sus nombres se acercaban empezando a lamer la mano, pidiendo que se les dé sal, arremolinándose alrededor de unas piedras planas donde se les daba que comer la sal mezclado con jora molida, a fin de que le haga hinchar la ubre y produzcan más leche.

En esos días, cuando el cielo estaba totalmente despejado y el brillo de la luna era como de día; y el viento con la frescura de la noche hacía silbar las hojas de los arbustos percibiéndose el aroma de las flores y el olor a leche, cuando las vacas dormían placenteramente como si no existieran ; cuando de pronto, se escuchaba el “mugir” (bramar, bufar) de un toro en forma persistente, apareciéndose por un costado del corral arañando el suelo con sus patas delanteras y echándose la tierra en el lomo, era el “Hilla del toro Flor de Habas”, que de un momento a otro saltaba la muralla y se introducía al corral.

Al escuchar el mugir del toro, los vaqueros se ponían en alerta para observar el comportamiento del toro, cuando de pronto, el “toro flor de habas” empezaba alborotar a todas las vacas y las pisaba, es decir, las apareaba; luego el animal nuevamente saltaba la muralla y se retiraba mugiendo persistentemente con el rabo retorcido en el lomo, desapareciendo por el camino que conduce de “Antaquirca” a “Contadera”, quedándose las vacas quietas y durmiendo apaciblemente.

El “Hilla del toro flor de habas” (color de la flor del habas, manchas blancas con manchas negras), era un hermoso animal fornido de patas gruesas, erguido, de cuernos gruesos y astas puntiagudas con ojos muy vivaces; pero, lo curioso era que por allí cerca no existía ganado alguno, para pensar que podría haberse escapado de su manada; por lo que, empezaron a seguirlo a una distancia prudencial para que no se diera cuenta dicho animal; es así que, entrando cerca a la “tranca” (división entre “Antaquirca y contadera”) el toro desaparecía.

En vista que el “toro flor de habas” hacía su aparición en forma reiterada y solamente por las noches y en especial los días martes y jueves, una mañana decidieron rastrear hasta donde llegaba el animal, cuando de pronto al no encontrar huellas una de las personas logró mirar la figura idéntica del “toro flor de habas” en una piedra grande al costado de la “tranca”, El hecho ocurrido fue contado con lujo de detalles al padre de la familia, quedando como un secreto de familia. Pero, que después de muchos años, sale a luz en las páginas de “Despertar Cajatambino”.

Luego de unos meses de la hazaña del “toro flor de habas”, todas la vacas salían preñadas, naciendo los becerritos muy parecido al “Hilla del toro flor de habas”, aumentando muy considerablemente la ganadería de la familia, frente a la mirada egoísta de la gente.

5. LA CONVERSIÓN DE LAS RIENDAS DEL CABALLO EN SERPIENTES (relatado por la misma persona objeto del encanto)

Como dice el dicho: “Se dice el milagro más no el santo”, puede ser real o invento de la persona que relató su episodio, pero los lugares si existen, la fecha son coincidentes, así como la persona que garantiza su credibilidad.

Era época de fiestas en Cajatambo, festejándose el “Corpus Cristi” o los negritos. Por esos años la carretera solamente llegaba hasta “Cashaucro” , y la “Góndola” o ómnibus que los transportaban de Lima – Huacho, llegaba solo hasta ese lugar entre 6 a 7 de la noche; alojándose los parroquianos, para el día siguiente seguir su viaje a pie o a caballo con destino a Cajatambo.

El personaje de nuestra historieta como tenía un caballo aperado que le estaba esperando enviado por sus familiares, y además estaba acostumbrado a realizar esos viajes de noche por esas rutas, y además tenía una estancia en el trayecto a Cajatambo donde se encontraban sus familiares, decidió emprender el viaje, saliendo por “Ucrushchaca” al camino que conduce a “Quepocj” y Cajatambo.

El trayecto del camino era inhóspito, siguiendo una quebrada por donde discurría un riachuelo y teniendo que pasar por unos socavones de carbón de piedra. La noche según cuenta, estaba iluminada por el fulgor resplandeciente de la luna llena como si fuera de día. Cerca de las 12 de la noche avistaba la antigua fundición de “Gazuna”, donde todavía existían las casa, el horno de función de metales que utilizaron los españoles, y allí vivían gente que se dedicaban al pastoreo; que al aparecer nuestro personaje los perros empezaron a aullar, prosiguiendo su viaje. El caballo iba muy de prisa y muy sudoroso y el cabalgante con su poncho, su sombrero y su chalina para amortiguar el frío y la helada de esa época, ya que también estaba ascendiendo la parte más alta de la cumbre denominado “Quepocj”. De un momento a otro, cuando se encontraba cerca de las aguas termales de “Guñocj”, se le acercaba por el camino una mujer blanca y hermosa de cabellos rubios, momentos que se siente impresionado, y de pronto las riendas que tenía sujetado el caballo en sus manos se convirtieron en dos serpientes que trataba de enroscarlo por la cintura.

Casi a punto de perder el control, el cabalgante atinó a utilizar sus espuelas, incrustando a cada costado del abdomen del caballo, haciendo que éste dé un brinco y saliendo del lugar velozmente totalmente confundido con los pelos en punta, pero, como nuestro personaje tenía carácter fuerte pudo imponerse al encanto de la mujer.

El personaje tenía la fama de mujeriego, de bandolero, y abigeo, muy conocedor de esa ruta por sus andanzas propio de sus actividades ilícitas.

6. LA MUJER CONDOR: PACTO CON EL DIABLO

Con el debido respeto y las disculpas del caso, por el tema a abordar, es preciso hacer la aclaración que nuestra intención no es denigrar a nadie, sino, que se trata de supersticiones que han pasado de generación en generación, las que me he permitido recogerlos y darle actualidad a través de las páginas de “Despertar Cajatambino”.

Según cuentan que, había una pareja de esposos que no pudieron tener hijos dentro de su matrimonio o fuera de ella. Hacían su vida en forma normal. El esposo se dedicaba a las labores de la agricultura y a la vez tenían una estancia en la puna de ganado lanar y vacuno.

La esposa de joven había conocido a una matrona (comadrona, comadre, señora, dama) que nunca había tenido enamorado ni esposo, pero, según dicen que ella tenía un pacto con el diablo, siendo ella quien la enseñó todos los secretos del pacto con el diablo. En vista que ella estaba entregado al diablo de cuerpo entero (de alma y vida); para librarse de ese contrato tenía que entregar en canje a otra mujer; de no ser así al morir ella, el diablo tenía que llevárselo su cuerpo después que fuera enterrada en el cementerio. Al respecto, cabe aclarar que han existido casos de otras personas que han tenido pacto con el diablo, que al morir después de su entierro, el día siguiente la tierra de su fosa se hallaba hundida y la tierra desparramada. Lo que confirma su veracidad.

Al fallecer la matrona, la joven paso a ser la esclava del diablo para entregarse a los rituales diabólicos. Según refieren, la joven ya madura, cada luna llena después de las doce la noche, cuando el marido entraba en un profundo sueño, salía de su casa convertida en cóndor hembra y en raudo vuelo se dirigía con dirección a su estancia, llegando en veloz vuelo para dar dos vueltas por encina de la choza y luego dirigirse a “Sacjsucu pince” (un paraje ubicado en la puna donde existía una pequeña catarata dentro de una quebrada inhóspita, agreste). Cuado llegaba a la choza era sentido por los perros y éstos ladraban como persiguiendo a personas extrañas, que al sentir el ladrido de los perros, el pastor que era su compadre salía a ver que es lo que sucedía y siempre se percataba que un cóndor volaba con dirección a “Sacjsucu pince”. En vista que el incidente era continuo cada fin de mes, el compadre se puso en alerta tomando las providencias del caso.

En una de las tantas veces de sucedido el hecho, el compadre se había aprovisionó de un garrote, al sentir el vuelo del cóndor, luego que se retirara le siguió por la dirección que siempre se alejaba, llegando a “Sacjsucu pince” muy cerca de la estancia (choza); y al llegar al sitio se dio con la sorpresa que a la cóndor hembra los cóndores machos se disputaban para subirse sobre sus alas y les haga dar vueltas por todo el sector. En una de esas escenas, el compadre aprovechando que la cóndor hembra estaba totalmente agotada, tomó el garrote y empezó a golpearlo en las alas tratando de cogerlo, cuando un certero golpe del garrote le cayó en el ojo, instantes en que la cóndor hembra se convirtió en una mujer que era su comadre; quien a gritos le decía: “disculpa compadrito me ha golpeado en mi ojo que no puedo ver”. Tanto fue la sorpresa del compadre que no supo como retornar a la choza, dejando maltrecha a la comadre.

Luego de cierta hora, los perros empezaron a ladrar y el compadre salió para ver que sucedía, pudiendo observar que un cóndor daba dos vueltas a la choza y luego dirigía su vuelo con dirección al pueblo.

El día siguiente el compadre, asombrado por lo sucedido se dirigió al pueblo para indagar por su comadre como si no supiera nada. Y al llegar a la casa de su compadre encontró a la comadre vendada la cabeza y tapada el ojo derecho, manifestándole que su comadre estaba delicada. Entonces, el compadre que había golpeado al cóndor hembra, se convenció que se trataba de su comadre; quien dentro de sí daba fe de todo lo sucedido, comprobando que su comadre tenía pacto con el diablo.

La comadre, cada fin de mes se ponía enferma y hacía cama amarrándose la cabeza. Lo raro de la señora era que nunca salía de la casa, salvo raras ocasiones como la trilla del trigo, en el que llevaba la comida para la “cuyada”.

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