miércoles, 28 de septiembre de 2016

APRENDIZAJE PARA LA VIDA



Maestra interina de la Escuela Pública y estudiante por vocación. Especializándome por cuenta propia sobre Altas Capacidades y Nuevas Tecnologías. Decidí ser maestra porque creo que esta profesión puede cambiar el mundo.
¿Por qué es recomendable trabajar por competencias en Educación Infantil?
Según la escuela tradicional, los alumnos solo necesitaban conocimientos para poder llegar al éxito en su vida. Pero esto se ve muy claramente con un ejemplo, si a un niño le damos un rastrillo y una pala y le explicamos el proceso del plantado de ciertas verduras, ¿podemos pretender que sepa cultivar dichas verduras sin haber estado en el huerto nunca?

Por todos es sabido que la escuela infantil es el contexto en que se desarrollará la base de todo conocimiento posterior y que garantizará el progreso del país. Por este motivo es responsabilidad de todos favorecer el desarrollo integral, global y completo de los más pequeños. El problema reside en que a medida que avanzan las etapas educativas, vemos que los jóvenes no poseen la capacidad de poner en marcha en la vida diaria los conocimientos aprendidos en el ámbito escolar.
Por este motivo, deberíamos trabajar con el enfoque competencial desde la etapa de Educación Infantil, ya que si a lo largo de las posteriores etapas van a trabajar con el mismo, ¿por qué no asentar las bases desde el inicio de igual modo? Por ello, autores como Marisol Justo de la Rosa y Amparo Escamilla defienden que sea desde la etapa de educación infantil cuando pongamos en marcha este enfoque competencial dejando a un lado el enfoque por objetivos que se usaba hasta el momento.
Este tipo de pedagogía, como ya he dicho antes, nos ayuda a elegir qué es lo que deben aprender nuestros alumnos en base a sus preferencias para así conseguir que sea significativos para ellos. Además nos permite poder evaluar de mejor modo si el objetivo planteado ha sido cumplido, es decir, la programación va enfocada hacia los objetivos y no hacia los contenidos que debemos aportar. Según el aprendizaje basado en competencias el alumno será capaz de utilizar lo aprendido en el colegio en paralelo en la vida cotidiana, es decir, hará transferencia de lo teórico a lo práctico.
Para trabajar atendiendo a este enfoque debemos tener en cuenta cuáles son las competencias clave y cómo queremos trabajarlas. Estas competencias se convertirán en objetivos que estarán asociadas a los contenidos sacados del Real Decreto 1630/2006 de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil.
De igual modo, en este Real Decreto se establece que en educación infantil se sientan las bases para el desarrollo personal y social de los niños y niñas, y se integran aprendizajes que están en la base del logro de las competencias que se consideran básicas para todo el alumnado. ¿Pero cómo podemos trabajar estas competencias?
Descripción de las competencias
Las competencias clave son siete, las cuales tomando como referencia la LOMCE podemos observar claramente en esta página
Tras esta aclaración, es un hecho que son muchos autores los que relacionan las competencias con las inteligencias múltiples de Howard Gardner, es decir, que trabajando las inteligencias Múltiples conseguimos alumnos competentes y, por consiguiente, si trabajamos las competencias clave desarrollaremos las siete inteligencias.
Para poder establecer una relación entre las competencias y las inteligencias debemos saber cuáles son cada una de ellas.
Las inteligencias múltiples
Si decidimos aplicar la teoría de las inteligencias múltiples, es porque entendemos que la inteligencia es la capacidad para entender diferentes aspectos del entorno y utilizar dichos aprendizajes para conseguir unos objetivos.
En dicha idea de la inteligencia, Howard Gardner afirma que cada persona tiene distintos tipos de inteligencias, las cuales están desarrolladas a diferentes niveles. Además la mayoría de las personas podríamos desarrollar dichas inteligencias hasta un nivel óptimo, aunque estas inteligencias suelen funcionar de manera conjunta. De este modo podemos afirmar que hay muchas maneras de ser inteligente, tantos como inteligencias hay.
Según Gardner poseemos ocho inteligencias: lingüística, lógico-matemática, corporal-cinestésica, musical, visual-espacial, interpersonal, intrapersonal y naturalista. Debido a la existencia de estos tipos de inteligencias, los docentes debemos cambiar nuestra metodología, ya que podemos observar la interrelación que existe con las competencias. Por ejemplo, existe la inteligencia lingüística-verbal, la cual podemos relacionar con la competencia lingüística; otra ejemplificación sería la inteligencia intrapersonal que podríamos relacionar con la competencia de aprender a aprender y así podríamos seguir con cada una de ellas. Está claro que son siete competencias clave y nos encontramos con ocho inteligencias, pero algunas de las competencias se podrían desarrollar trabajando varias de las competencias.
Para esto me gustaría aportar unas pauta generales sobre cómo debemos enfocar esta metodología en el aula interrelacionando estos dos elementos tan conocidos en el ámbito educativo.
¿Cómo trabajar las inteligencias?
Hasta ahora tendíamos a centrar la educación en las inteligencias lingüística y visual-espacial, ya que la información la recibimos a través de la palabra y de la vista. Para esto debemos cambiar el rol del profesor e innovar en las metodologías, el profesor debe ser motivador, guía y ceder el poder de decisión al alumno y la metodología debe basarse en el trabajo por proyectos (varias inteligencias a través de la autonomía), flipped classroom (atención más individualizada), el aprendizaje cooperativo (inteligencias interpersonal e intrapersonal), así como el uso de las TIC.
Para trabajar las inteligencias y por consiguiente construir alumnos competentes, el enfoque que podemos utilizar, entre otras posibilidades, podría ser el aprendizaje basado en proyectos, a través del cual enfrentaremos regularmente al alumno a situaciones-problema. En este enfoque el alumno es el propio constructor de su aprendizaje a través de la investigación. Por otro lado, es importante conocer y valorar las inteligencias de los niños y niñas, distinguiendo qué inteligencias predominantes en cada uno de ellos y cuáles debemos trabajar.  Por último la evaluación debería ser diaria y continua, incluyendo la auto-evaluación, con feedback a los alumnos dentro y fuera del aula.
Con todo este conseguiremos en nuestra aula alumnos con autonomía y capacidad de negociar, autoestima y confianza en sí mismos, además de sentido crítico. Desarrollando desde la base, que es la Educación Infantil, la posibilidad de gestionar la información a través de la experimentación, iniciando a los alumnos en la capacidad de aprender a aprender y en el desarrollo de los valores.
Si algo quiero dejar claro con esta propuesta es que todo lo que enseñamos debe apasionar y emocionar a nuestro alumnado, respetando y dando respuesta a sus intereses y necesidades. ¿Y qué mejor que a través del desarrollo de las diferentes inteligencias apoyándonos en un elemento del currículo vigente?

Bibliografía:
ESCAMILLA, A. (2008). Las competencias básicas: Claves y propuestas para su desarrollo en los centro.Barcelona. Graó.
GARDNER, H. (2003). La inteligencia reformulada: Las inteligencias múltiples en el siglo XXI. Barcelona. Paidós Ibérica.
España. Ley orgánica 8/2013, de 9 de diciembre para la mejora de la calidad educativa. Boletín Oficial del Estado, 10 de diciembre de 2013, núm. 295, p. 97858 a 97921.


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