miércoles, 22 de noviembre de 2017

APRENDER MEJOR


BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO

APRENDER MEJOR
Políticas públicas para el desarrollo de habilidades

Editado por Matías Busso, Julián Cristia, Diana Hincapié, Julián Messina y Laura Ripani.

APRENDER MEJOR PARA UN FUTURO INCIERTO

El mundo del trabajo está cambiando rápidamente. En el mundo desarrollado los robots sustituyen a los operarios en la línea de montaje; las cajas registradoras autoservicio reemplazan a los cajeros en los supermercados; los cajeros automáticos suplantan a los empleados bancarios, y los pedidos mediante tablets sustituyen a los camareros en los restaurantes. Tanto en la manufactura como en los servicios, la demanda de empleos de calificación y remuneración media está disminuyendo debido a la automatización. Aunque este giro sea amenazante para algunos trabajadores, la robotización y el cambio tecnológico también ofrecen oportunidades laborales. Los avances tecnológicos aumentan la productividad y la demanda de empleos que requieren capacidades de resolución de problemas, pensamiento abstracto y creativo y habilidades sociales. Hoy en día los empleos en las ciencias, la ingeniería, la matemática y la tecnología son objeto de una demanda nunca antes vista.

¿Ha llegado esta ola de cambio tecnológico a nuestra región? La evidencia no es clara. Las ocupaciones con alta remuneración, intensivas en tareas abstractas y creativas, están aumentando, pero a un ritmo mucho menor que en los países desarrollados. Las ocupaciones con remuneración media están disminuyendo, pero no tan rápidamente como en los países desarrollados. Detrás de estos cambios más sutiles está la lenta penetración de las nuevas tecnologías. En la región, las empresas tienen menores incentivos para adoptar nuevas tecnologías, debido a los bajos salarios en relación con el costo de las mismas. Al mismo tiempo, las menores habilidades de los empresarios y trabajadores dificultan aún más la adopción de nuevas tecnologías, a la vez que una estructura productiva sesgada hacia las pequeñas y medianas empresas poco productivas limita la penetración de las máquinas en el lugar de trabajo.

Sin embargo, los cambios observados en los mercados laborales del mundo desarrollado permiten vislumbrar el posible futuro de América Latina y el Caribe. El cambio tecnológico en la región quizá sea más lento, pero es inevitable. Esto le brinda a la región una excelente oportunidad de prepararse para las transformaciones que están en camino. Afrontar el desafío del cambio tecnológico y lograr reasignar a los trabajadores en función de dicho cambio no es una tarea fácil, y los gobiernos en el mundo desarrollado se esfuerzan por encontrar soluciones. Contar con una fuerza laboral con habilidades sólidas y adaptables es primordial para la región.

Este libro explora qué pueden hacer los gobiernos para impulsar el desarrollo de habilidades de la población, una iniciativa ambiciosa si se lleva a cabo a la escala requerida para afrontar dichos desafíos. Este proceso requerirá buscar opciones de política que produzcan las habilidades requeridas de una manera costo-efectiva. Tradicionalmente, se consideraba que el proceso de desarrollo de habilidades se producía principalmente en la escuela durante la infancia. Pero no es así. Uno de los mensajes principales de este libro es que las soluciones costo-efectivas para mejorar las habilidades pueden darse a todas las edades, desde la primera infancia hasta la adultez. En este proceso que dura toda la vida, las personas son esenciales. El desarrollo de habilidades implica organizar los esfuerzos de diferentes actores: familias, maestros, directores de escuela, emprendedores y gerentes de empresas. De la misma manera, los espacios de aprendizaje para el desarrollo de habilidades exceden las aulas tradicionales y abarcan los hogares, los lugares de trabajo y otros centros de capacitación. Uno de los retos de las políticas públicas consiste en coordinar diferentes ministerios que a menudo actúan de manera aislada, por ejemplo, Protección Social, Educación, Trabajo y Finanzas. ¿Cómo pueden estar seguros los responsables de las políticas públicas de tomar las decisiones acertadas? Un camino que debería orientar sus esfuerzos es el diseño de políticas basadas en la evidencia. Este libro muestra cómo dichas políticas pueden arrojar nueva luz sobre qué funciona para desarrollar una fuerza laboral más calificada y preparar a las generaciones más jóvenes para los cambios que, inevitablemente, van a llegar.


¿Qué son las habilidades?

Las habilidades son capacidades que aumentan la productividad de los individuos, permitiéndoles producir más en igual tiempo y utilizando la misma tecnología y equipo. Sean estas capacidades innatas o adquiridas, este libro destaca las habilidades —tanto generales como específicas— que se pueden desarrollar a lo largo de la vida. Las habilidades generales mejoran la productividad de las personas en una amplia gama de ocupaciones y se pueden clasificar en tres grandes categorías: habilidades socioemocionales, cognitivas y académicas. Las habilidades socioemocionales ayudan a las personas a identificar y manejar sus propias emociones y las de los demás (por ejemplo, la habilidad para trabajar en grupo). Las habilidades cognitivas comprenden la memoria de largo plazo y el reconocimiento de patrones, así como el control ejecutivo, relacionado con la coordinación de diversas funciones mentales. Las habilidades académicas abarcan el conocimiento de hechos, conceptos y procedimientos y la capacidad de aplicar estrategias en disciplinas como matemática, lectura y ciencias, y también habilidades informáticas. Por otro lado, las habilidades específicas son aquellas que aumentan la productividad en una gama reducida de ocupaciones, sectores o empresas.


Un mensaje fundamental de este libro es que las habilidades son sumamente maleables a lo largo del ciclo de vida. El proceso de desarrollo de habilidades comienza temprano en el hogar con la orientación de los padres, continúa en la infancia y la adolescencia en las aulas, bajo la tutela de los maestros y profesores, y sigue adelante durante la adultez, cuando los individuos aprenden mientras llevan a cabo su trabajo o emprenden otros estudios. A cualquier edad hay principios básicos necesarios para un aprendizaje efectivo. En particular, la actividad debe estar ajustada al nivel de quien aprende y debe ser importante y relevante para esta persona. Además, el aprendizaje debe construirse en base a los conocimientos previos de quien aprende y debe perfeccionarse con una práctica intensa. La retroalimentación durante este proceso es crucial. De la misma manera que el entrenamiento y la práctica mejoran las habilidades, la falta de uso puede depreciarlas rápidamente. Por lo tanto, desde una perspectiva de las políticas públicas, facilitar las transiciones entre los distintos niveles en la escuela, entre esta y el mercado laboral, y entre los diferentes empleos puede ser clave para el desarrollo de habilidades.

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