lunes, 23 de marzo de 2015

MIS POEMAS: A TRAVÉS DE MIS RECUERDOS Y SENTIMIENTOS


MIS POEMAS:  A TRAVÉS DE MIS RECUERDOS Y SENTIMIENTOS

A   CAJATAMBO
(Autor:  Hipólito Yánac Rivera)

C ajatambo, ciudad milenaria y hospitalaria,
A stobamba, guardián celoso, con tu imponente “Cuntuyoj”,
J amás podré olvidarte, por la belleza de tus paisajes, porque unieron mi vida y de ella.
A ntay, barrio dónde nací, de mis alegrías y de mis recuerdos,
T ambo, barrio recordado por Cruz Pata y Hualpahuayi de amores imposibles,
A unque, el tiempo pase perdurarás en mi memoria.
M amapuncu, testimonio de nuestro legado histórico,
B astión de nuestra cultura milenaria: Shanock, Huacatupi,
O braje, Chiraumarka, Tambomarka, lugares históricos de nuestro origen ancestral.

NOSTALGIA POR CAJATAMBO
(Autor:  Hipolito G. Yánac Rivera)

¡Cajatambo! Eres mi encanto,
como mi madre, a quien adoro,
porque, les tengo presente,
en mi pensamiento y en mi corazón.

Siento en mi alma,
una profunda nostalgia,
pena de verme ausente de ti,
¡Cajatambo!, inolvidable.

Han pasado muchos años
desde que te dejé,
no por ingratitud, sino
por cumplir mi misión.

Cuando decidí regresar a tu seno,
sentí una profunda alegría,
porque volvería a verte, y
recrear con tu belleza mi ser.

Cada día que se acercaba
mi retorno, me hacía ilusiones
de encontrarte bella y cambiada,
porque así quería encontrarte.

Pero, llegó el día ansiado,
el hijo ausente estaba en tu seno,
esperando el amanecer del día siguiente,
para nuevamente contemplar y admirar tu belleza.

Pero, fue tan grande mi decepción,
te encontraba abandona, ultrajada,
mancillado tu santo nombre;
tus hijos te habíamos abandonado.

Mi alma se turbó de melancolía,
mi corazón sangraba de dolor,
mis ojos se nublaron, y por mis
mejillas corrían lágrimas de pena.

Mi impotencia no era por cobarde,
sino, mi nostalgia era
por el recuerdo de antaño,
cuando eras grande y próspera.

¡Cajatambo!
te asemejas a una ciudad olvidada,
como si estuvieras condenada,
a cien años de soledad,
por la apatía de nosotros tus hijos.

Paradójicamente, pareciera
tener asidero, el dicho popular:
“En tierra de ciegos, el tuerto es rey”
¡Cajatambo!,
despierta, recuerda tus hazañas,
cuna de valientes guerreros.

La ignominia, no podrá doblegarte,
la traición, aunque tarde se paga,
la pasión, mueve conciencias,
la ilusión, al final se hace realidad.

Pasarán algunos años y te veré,
florecer como las flores de mayo,
y al contemplar tu belleza, los traidores
y los cobardes huirán como judas.


RECUERDOS DE UN AMANECER CAJATAMBINO
(Autor:  Hipolito G. Yánac Rivera)
Al hojear las páginas de mis recuerdos encuentro en mi pensamiento, lo maravilloso que era un amanecer cajatambino, un acontecimiento matizado de fenómenos naturales, como el destellar de la aurora, el cantar bullicioso de los pájaros como alabanzas al Divino Hacedor, el bramar de los animales como agradeciendo la bondades de la naturaleza, el aroma de las flores del campo, los rayos fulgurantes del sol y las actividades matutinas del poblador cajatambino.

El mes de mayo era el mes más florido, para Cajatambo el mes primaveral, donde todos los campos estaban cubiertos de verdor, flores, aromas; era un amanecer que representaba la creación divina de la naturaleza.

Al relampaguear (fulgurar) del crepúsculo (alba, aurora) se podía  contemplar un amanecer cajatambino acompañado del trinar de los “pichuychancas” (gorriones) como el cantar melodioso de los “cuculíes”, así como el silbido elegante del “ruiseñor” (Picuruy) que parecían elevar sus plegarias (adoraciones) al divino Hacedor.

El amanecer cajatambino del mes de mayo, era un acontecimiento indescriptible porque se matizaban entre el alba, la frescura de la mañana con el aroma de las flores de la papa penetrante hasta el fondo del corazón; el aroma de las flores de las habas que al percibirlos era como si inundaran lo más hondo de nuestro ser. El aroma de las flores del rábano, flores que cubrían como un manto amarillento todos los parajes (campos) cajatambinos.
Conforme pasaban los minutos se empezaba a escuchar el aleteo y el quiquiriquí de los gallos anunciando el amanecer de un nuevo día; siendo muy divertido escucharlos, ya que, unos cantaban por “Gayán”, otros por “Hualpahuayi”, “Cruzpata”, “Muñapampa” o en “Astobamba”, pero, entre ellos parecían responderse unos a otros con tonos diferentes, dando la sensación de alegría, melancolía, dando un tono característico al amanecer cajatambino.

El frío de la mañana era muy intenso porque se acentuaba con las heladas de la temporada, por lo que, para mitigar el frío se tenían que abrigar los varones con su poncho, chalina y sombrero; y las damas se protegían con sus mantas multicolores tejidas con lana de oveja o su pañolón y su sombrero de paja hormado con azufre adornado con su cinta negra.

Conforme iba aclarando el día los hermanos cajatambinos empezaban con sus actividades agrícolas, unos se dirigían a las tomas de los canales de riego para encausar las aguas a sus terrenos de cultivo para regar sus alfalfares, o cementeras de trigales, habas o maizales: otros se disponían a ordeñar leche a sus vacas, niños que iban arriando sus asnos, sus chanchos para dejarlos en el campo; era un accionar de todas las familias.

Ya aclarado el día, en el cielo cajatambino en su firmamento  azulado y límpido se apreciaba la aparición de los rayos fulgurantes del sol por el lado este en las cumbres de “Huaylashtoclanca”, por el oeste sus rayos luminosos que brillaban en los cerros de Poquián, Copa, por el lado sur en el cerro “Cuntuyojh” y la planicie de “Paricayán” y por el norte iluminando la cima del majestuoso guardián del cerro “San Cristóbal”.

Al mismo tiempo con el fulgor del sol naciente se podía notar como se levantaban las humaredas de las cocinas de las casas del pueblo cajatambino y Astobambino, señal que indicaba que las mamás empezaban a encender sus fogones de leña para preparar el desayuno que era muy variado. Algunos preparaban en base a leche que acababan de ordeñar, otros preparaban el suculento “Chupe verde” (Ayaj chupi) con su cancha de maíz amarillo o rojo; así como también su mate de “cedrón”, “Yerbaluisa” o “pimpinela” acompañado con su “Cuhuay” (papa asada en el fogón) o papa sancochada con su queso o con su cancha y su queso. Algunos degustaban con su “bollo” o “Cemita” elaborado por ellos mismos en los hornos de doña Adolfina, de doña Eugenia o de don Zenón Ticerán.

En algunas casas se percibía el olor del popular “calentado cajatambino”, lo que nos hacía suponer que empezaban a celebrar el cumpleaños de algún miembro de la familia y seguidamente se percibía el olor característico del “Ponche de chicha de jora”.

Mientras todo esto sucedía, los rayos solares bajaba por “Ocopata” minuto a minuto constituyendo el reloj natural que marcaba la hora para ir a la escuela. Cuando los rayos solares llegaba a la población de “Astobamba”, indicaba que estaba marcando las 7.30 a.m. momentos en que se escuchaba el primer campanazo que era la “Primera”; y cuando inundaba los rayos solares toda la población de Cajatambo marcaba las 8.00 a.m., momentos en que se escuchaba el segundo campanazo al que llamábamos la “Segunda”, indicando la formación para empezar las clases en las Escuelas Prevocacionales Nº 371 de Varones y Nº 372 de Mujeres. Así, pasamos los maravillosos años de nuestra infancia y adolescencia en nuestro querido Cajatambo, ¡Recuerdos inolvidables!


¡HOMENAJE AL CERRO  SAN CRISTÓBAL!
(Autor:  Hipolito G. Yánac Rivera)


 Imponente cerro San Cristóbal,
guardián celoso de Cajatambo,
eres un enigma para los cajatambinos
ya que, no hemos podido
desenmarañar tu pasado histórico.

¡San Cristóbal!, a través del tiempo
has sido fuente de inspiración
para muchos cajatambinos que,
han escrito poemas y canciones
para resaltar tu grandeza.

¡San Cristóbal!, en tu cima y escarpadas
faldas, escondes muchos misterios
que, nadie ha podido escudriñarlos,
a pesar que se dicen y se cuentan
muchas versiones de tu pasado histórico.

¡San Cristóbal!, nadie a podido explicar
el origen de los dos manantiales
que brotan al pie de tu cima;
cual dos ojos que lloran
al contemplar la hermosura de Cajatambo.


¡San Cristóbal!, luego de haberte recorrido
cuerpo entero, y luego de haber palpado
algunos vestigios de tu pasado,
me permito atribuirte que en la antigüedad
fuiste un volcán activo y ardiente.

¡San Cristóbal!, las tierras blancas
que, están sepultadas en “Tizapampa”
son restos que erupcionaste de tus entrañas,
dejándonos huellas grandiosas que,
los cajatambinos no hemos sabido valorar.

De niños hemos jugado con esas tierras,
nuestros maestros nos hacían llevar
a nuestra Escuela Prevocacional 371
para marcar el campo de básquet o de voley
o el campo deportivo de la “pampa”- “Adahuaylas”.

¡San Cristóbal!, tú eres el testigo mudo
que, conoces  como se formó y floreció
la ciudadela de “Tambomarca”,
otra reliquia de Cajatambo
que a tus pies permanece olvidada.

¡San Cristóbal!, si pudieras hablarme,
me explicarías quienes fueron
los que habitaron tu cima
ya que, en ella hay vestigios
que demuestran que en el pasado
fuiste un gran ¡Mirador!.


¡San Cristóbal!, de tu cima se contempla
la belleza paisajística de Cajatambo,
a tu frente el “Huacshas” con su manto blanco
resplandece la cordillera del “Huayhuash”,
contemplando el serpentear del río “Isco”.


A tu costado te acompaña el enigmático “Shanocj”
con sus andes y sus ruinas arqueológicas,
“Huacatupi”, “Parpoj” y los andenes de “Cocachacra”
“Mamapunco”, portón del “Capac Ñan”
que dan testimonio de una gran cultura pre inca.

¡San Cristóbal!, de tu mirador
contemplas al cerro “Kuntuyoj”,
cual si fuera tu hijo engreído
que, se cobija entre las cuevas de
“Matara”; otro vestigio histórico, encantado
por el espejismo de la laguna de “Milpoj”.



¡San Cristóbal!, obra de la creación divina
de tu cima igualmente contemplas,
las pampas de “Pariacayán”; ¡hermosa planicie!
asimismo, contemplas los hermosos parajes
de “Tocanca”, “Chunchur”, “Segra”
“Huaylashtoclanca”, “Mancán”, y “Sacgsuco”.


¡San Cristóbal!, mirador incomparable,
perpetuo vigilante y celoso guardián,
de mayo a diciembre contemplas
apacible y tranquilo al río “Shapil”,
pero, de enero hasta abril,
contemplas la furia de sus aguas
que hacen retumbar sus ecos
en las faldas de tu majestuoso cerro.


¡San Cristóbal!, si pudieras evocar
todo tu pasado, nos contarías
lo floreciente que fue la ciudadela de “Chiraumarca”,
hoy abandona, con su camino subterráneo
pasando por “Huaylancana”, “Chuhuilca”,
“Cashatampu”,”Ayajirca”, para llegar
a la ciudadela de “Tambomarca”.

¡San Cristóbal!, en tu regazo cobijas
al pueblo  de “Cajatambo”, cual esposa adorada
y a “Astobamba”, cual hija preferida,
¡hoy condenada a desaparecer!
por la furia de la naturaleza; todas ellas
circundada por el río “Tabín – Cuchichaca”,
rodeado de hermosos parajes
formando el valle cajatambino.

¡San Cristóbal!, mi ideal es hacer de tu cima
un MIRADOR TURÍSTICO, para hacer conocer
al mundo entero lo extraordinario e indescriptible que eres,
donde los turistas, y los visitantes puedan contemplar
lo maravilloso y fenomenal que eres; y
asimismo, contemplar la belleza paisajística
de nuestro querido Cajatambo.


FELIZ DÍA MAESTRO
Homenaje a los Maestros
(Autor Hipólito Yánac Rivera)
F uiste, el artífice de muchas generaciones
E l guía, el modelo, el orientador,
L egaste tu sabiduría, tu ejemplo, tu esfuerzo,
I nculcándonos, disciplina, honradez, trabajo   y lealtad,
Z ollipamos, recordando los hermosos momentos que pasamos.

D emostraste tu pasión por los niños y la juventud,
Í   deal comparado solamente con el de Cristo,
A prendiste, a templar tu corazón como al acero.

M anantial de grandes virtudes, de los que nos
A limentamos espiritualmente cultivando el amor al prójimo,
E nseñanzas que perdurarán eternamente, y
S imbolizarán las huellas que dejaste en nuestras mentes y corazones, como
T estimonio viviente de tu fructífera labor pedagógica,
R ecuerdo imperecedero, digno de reconocimiento; los que te
O frecemos hoy en tu día y te decimos ¡Feliz Día del Maestro!


 RÉQUIEM  A FELÍCITAS MI MADRE

Al recordar tu santo nombre,
no puedo soportar el dolor
que albergo en mi corazón,
recordando de niño las caricias
que me distes en tu pecho.

Al recordar tu imagen,
imploro al Hacedor para que,
allí en el cielo, te dé su bendición;
yo de aquí, elevo mis plegarias
deseándote la paz eterna.

Al recordar tus enseñanzas,
hoy de adulto, valoro tus sabidurías,
las que alimentaron mi ser:
así como tus caricias,
son las que sensibilizaron mi alma.

Este réquiem de dolor, te ofrendaré,
hoy, mañana y siempre, aún cuando
estemos juntos en la mansión eterna;
ya que como madre, eres un ser
que existirás por toda la eternidad.

Tu hijo, Hipólito.


A MI QUERIDA MADRE 
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

Feliz día madre querida,
cuánta alegría siento al recordar tu memoria,
y cuanto dolor siento en mi corazón,
al no tenerte a mi lado por tu partida a la eternidad.

En tu día y por los días que Dios me dé vida,
elevo tu santo nombre ante el altar de Dios,
para que el Divino Hacedor, te bendiga,
y te tenga en su reino lleno de bendiciones.

A pesar que el tiempo haya trascurrido,
desde tu partida a la mansión de Dios,
en mi corazón y en mi pensamiento,
tu imagen está presente a todo instante.

En mi soledad y en mis sueños,
también estás presente,
guiándome por el camino correcto,
inculcándome siempre con el ejemplo.

A través de mis plegarias, madre querida,
quiero recompensar todo tus sacrificios,
sé que nunca llegaré a recompensar tus desvelos,
pero, por lo menos déjame implorar,
para la tranquilidad de mi alma.
¡Gracias mamá…que Dios te bendiga eternamente!

(Tu amado hijo Hipólito)


A FELÍCITAS MI MADRE
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)
Mamá Felícitas, tú que supiste cobijarme en tu pecho,
alimentándome con amor y ternura,
con paciencia me diste tus caricias,
forjando en mí, el hombre del mañana.

Mamá Felícitas, años y años pasamos juntos,
tardes y meriendas llenas de juegos y acertijos,
éramos compañeros de batallas y de ensueños,
en esa aventura de moldear nuestras vidas.
Mamá Felícitas, por eso te escribo este poema,
por que fuiste un manantial de amor y dulzura,
fuente inagotable de sabiduría maternal,
por que representas al ser que más amo en la vida.

Mamá Felícitas, nuestras hazañas y nuestra felicidad,
están grabadas desde puris hasta pusgoj,
Lauricocha y Joncococha testigo de mi infancia,
en donde todos tus hijos hemos crecido.

Chuchuhuilca, Quitapuquio, y Agurragra,
Huaylancana, Mayush, Antaquirca,
Chiraumarca, Pata Pata, grandes parajes,
que marcaron el Siglo de Oro de Daniel y Felícita.
¡Mis padres a quienes adoro eternamente!

(Tu hijo Hipólito)



A   DANIEL,   MI   PADRE EJEMPLAR
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

¡Oh! Daniel, padre abnegado,
que de cada hijo hiciste tu ideal,
esforzándote para cumplir tu misión,
fuiste un ejemplo y modelo entre los padres

Supiste encausarnos y guiarnos,
templaste el acero de nuestros corazones,
como todo un Yánac valiente,
jamás te rendiste a las adversidades.

Tu ejemplo fue la honestidad y el trabajo,
nunca tu nombre y apellidos,
estuvo manchado por la deshonra,
tu frente mantuviste siempre erguida y digna.

Jamás tus manos supieron castigarnos,
tus palabras fueron látigos de amor y ternura,
porque tus nobles sentimientos,
fueron la fuente inagotable para nuestras vidas.

Fuiste un hombre autodidácta,
fruto de la universidad de la vida,
tus coloquios después de cena,
fueron los que moldearon nuestras vidas.

Por lo que, tus hijos: Inocencia, Zoilo,
Aquilina, Servio, Fidencio, Victoria,
Hipólito y Rosalía, imploramos al divino Hacedor, te dé su bendición por toda la eternidad.


A  MI  PADRE  QUE  GOZA  DE  LA  ETERNIDAD
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)
Padre, ya no te tengo conmigo
pero quiero decirte viejo del alma,
que aunque ya no camine a tu lado
tu recuerdo está grabado en mi memoria.

Te fuiste querido padre
y estoy seguro que desde donde tú estés,
me querrás agarrar de la mano
para transmitirme con tu contacto,
el amor que siempre sentiste
desde el fondo de tu corazón.

Me hubiera gustado hablarte,
contarte mis sentimientos
pero sufro al recordar
que te fuiste antes de tiempo.

¡Cuando  la  mente   y   el   corazón tienen  su  punto   de   encuentro!

UN IDILIO QUE PERDURÁ POR SIEMPRE
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

¡Perdurarás! por siempre en mi pensamiento,
porque, en mi corazón,
sigue latiendo el amor que te ofrendé;
a pesar, que te alejaste sin explicación.

No nos dijimos ni una sola palabra,
te alejaste sin una justificación y sin un adiós;
hasta ahora, no nos hemos visto,
el tiempo a transcurrido como si fuera ayer,

Compartimos largos años de idilio,
tiempo en el que nuestros corazones,
compartieron día a día con toda ternura,
sus ilusiones, sus pasiones, sus palpitaciones.

Los años podrán haber pasado,
pero mi amor, persiste igual,
como el último día de nuestro encuentro,
que compartimos nuestro romance.

Si por suerte, leyeras estas líneas,
comprenderás lo mucho que te amé;
y si todavía, existo en tu pensamiento,
te estaré esperando como si fuera ayer.

No guardo rencor en mi corazón,
porque, aprendí a valorarte,
así como el cariño que te ofrecí,
fue un amor sin condiciones.

Largos años, vivimos juntos,
compartimos el néctar de nuestro idilio:
recuerdos que a través del tiempo perdurarán,
por eso, te seguiré amando por siempre.


PARA TÍ, A QUIEN AMO TANTO
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

Obsesionado de nuestro idilio,
vivo solo pensando en ti,
porque las experiencias que compartimos,
fue lo más sublime de nuestra existencia.

Si recordamos los lugares y los momentos,
donde nos ofrendamos y sellamos nuestro amor,
revive nuestra ardiente pasión,
hechos imborrables que perdurará por siempre.

Por más que el tiempo haya pasado,
tú sigues siendo el tesoro de mi vida,
la mujer encantadora que cautivaste mi corazón,
porque en tu pecho cobijaste mi ardiente pasión.

Tu partida insólita, sin decirme nada,
es lo que me atormenta día y noche,
al no haber podido escuchar de tus labios,
el motivo de tu partida, sin retorno.

Quisiera que me guardes en tu recuerdo,
te imagines que me tienes en tus brazos,
pegado tu rostro con el mío,
compartiendo ese beso candoroso,
que solíamos deleitar noche tras noche.

Las hazañas de nuestro amor,
son recuerdos imperecederos,
que ni el tiempo ni la desdicha,
podrán borrarlo, porque son huellas,
indelebles del eterno amor que nos juramos.


¡CÓMO PASA EL TIEMPO!
(Autor: Hipólito G. Yámac Rivera)

Al nacer nos cobijamos,
en el regazo de nuestra madre
y seguimos alimentándonos
con el néctar de los senos del ser más querido

Conforme pasan los días, meses y años
vamos aprendiendo a caminar,
a hablar, tomando conciencia
de nuestra propia existencia.

Conforme va pasando el tiempo,
vamos dejando huellas indelebles
en nuestras mentes y nuestros corazones
fuente de nuestros pensamientos y sentimientos.

Conforme va pasando el tiempo,
las personas nos vamos apoderando
de las bajas pasiones: del odio,
la hipocresía, el egoísmo, la envidia, etc.

Conforme va pasando el tiempo,
en vez de acercarnos a la perfección,
nos vamos deshumanizando cegados,
por la ambición, el orgullo y la vanidad.

Conforme va pasando el tiempo,
y conforme nos hemos comportado
nuestra vida se va consumiendo
como una vela encendida.

Y finalmente, cuando todo haya pasado,
es tarde cuando nos damos cuenta,
de nada ha servido nuestra ambición,
nuestro orgullo y nuestra vanidad.

Cuando todo haya pasado,
y cuando la vida llega a su fin,
de nada sirve lamentos y arrepentimientos,
por que todos vamos al mismo sitio,
sin penas ni glorias.

¿Has pensado de tu vida?


¡QUE INJUSTA ES LA VIDA!
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

No puedo dejar de mencionar y dejar pasar,
hechos que suceden en la vida,
donde tanto se pregona la justicia,
la igualdad, la honestidad, la moral;
pero, nuestros actos desdicen lo contrario.

La incomprensión, alimentada por la ambición
desnaturalizan a las personas, volviéndolas:
irracional, obstinado, estúpido; convirtiéndose
en dueño de la verdad, cuando le conviene a él;
pero, injusto, desleal, cuando se trata de otro.

Piden justicia, clemencia, cuando les convienen;
ultrajan, vilipendian para denigrar a otros;
porque son sus adversarios ideológicos;
mucho más, cuando son fiscalizados por éste,
por estar comprometidos en actos de corrupción.

En nuestro país, el Congreso de la República
se ha convertido en refugio de politiqueros,
que no encarnan el verdadero significado
de ser Padres de la Patria, menos ser miembros
del primer Poder del Estado Peruano.

El Seno del Congreso de la República,
podríamos decir que, se ha convertido en un circo,
dónde algunos congresistas aúllan, unos rugen, otros braman, chillan, gruñen, ladran, mugen, maúllan; sin reparo del qué dirán, desprestigiando
la honorabilidad del Parlamento.

Mientras tanto, la corrupción, la impunidad
campea a todo nivel por muy encumbrado sea el cargo. Tenía justa razón el escritor peruano,
Manuel Gonzáles Prada, cuando decía:
“hoy el Perú es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota la pus”


RECUERDOS INOLVIDABLES DE CAJATAMBO

Cómo puedo olvidarme del verdor de tus campos, del vendaval del follaje de tus árboles, el retumbar del río Shapil y del río Tabín en los meses lluviosos de enero, febrero y marzo.

Cómo puedo olvidarme de la siembra de papas, del trigo, de las habas, del maíz entre las inclemencias de la naturaleza y la abundancia de sus cosechas que nos hacían sentir felices a toda nuestra familia.

Cómo puedo olvidarme de haber respirado el aire fresco, puro lleno de fragancias: de haber bebido sus aguas cristalinas de Tojtuy, Tictipuquio, Chuhuilca, Andahuaylas; las que circularon por mis venas y oxigenaron mi cerebro.

Cómo puedo olvidarme de ti Cajatambo, si he recorrido tu suelo por mil una vez, tus pueblos; tus parajes habiendo caminado palmo a palmo, haciendo que cada tropezón me haga recordar de la grandeza de la tierra que me vio nacer.

Cómo puedo olvidarme de los relámpagos y los truenos en las épocas de lluvia que cegaban los ojos y hacía retumbar los cerros como si ya fuera el fin del mundo.

Cómo puedo olvidarme de una infernal tarde lluviosa en las punas de Tocanca, cuando casi fui alcanzado por la descarga de un estruendoso rayo, que me dejó inconsciente.

Cómo puedo olvidarme de la granizada en las alturas de Huaylastoclanca que en unos segundos se convirtió en un glacial, quedando atrapado y el valor que tuve que imponerme para salir victorioso.

Por qué puedo olvidarme de Cajatambo, si así se templó mi corazón como el acero, entre el fresco aroma de la vegetación cajatambina, los fenómenos de la naturaleza; así nací, crecí y me desarrolle; entonces por qué podría  olvidarme de mi simiente.

Cómo puedo olvidarme de sus fiestas costumbristas: los carnavales, la Semana Santa, Corpus Cristi (los negritos), los Aucas,
las Quiyayas, las Pallas, el Capitán de la Tarde,
el Torneo de Cintas, la Corrida de Toros.

Cómo puedo olvidarme de nuestro Cajatambo,
si me brindó sus encantos: la belleza de su paisaje, su folclor, sus exquisitas viandas, su chicha de jora, el amor de mi vida, a quien le jure amor eterno en el rosal del portón de su casa. ¡Recuerdos…!

OFRENDA DE AMOR
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)

Cuando las flores amarillas de los rábanos,
cubría cual manto dorado
el paisaje cajatambino,
un día de mayo de límpido firmamento
nos juramos amor eterno.

Bajo el aroma de las flores del alfalfar
y el aletear de las mariposas,
contemplando sus multicolores alas
embriagados de amor,
sellamos nuestro juramento.

Un día de mayo, fecha inolvidable
cuando los ardientes rayos del sol,
cubría el panorama cajatambino
bajo la sombra de un eucalipto,
nos prometimos amarnos toda la vida.

Entre el trinar de los gorriones,
el silbido galante de los ruiseñores,
el cantar armonioso de los cuculíes,
sentados entre eucaliptos y alisos
cristalizamos nuestro amor sincero y puro

A orillas del ancestral río tabín,
contemplando el discurrir de sus aguas
y su tañer sobre las cantoneadas piedras,
juntamos nuestros corazones
como señal de nuestro cariño.

Entre la penumbra de la noche
junto al rosal del portón de tu casa,
entrelazamos nuestros brazos
pegados nuestras mejillas cual una lápida,
nos prometimos jamás olvidarnos.

Entonando los versos de una canción
evocados de lo más profundo de mí ser,
te expresé lo mucho que te amaba
y te prometí nunca olvidarte,
del cual evidencian éstas líneas de amor.

Entre besos y caricias,
sellamos el amor que nos prometimos,
ahora que el tiempo ha transcurrido
entre recuerdos y nostalgias,
te recordaré hoy y siempre.


PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD CAJATAMBINA 
(Escrito por: Hipólito Yánac Rivera)
Con las disculpas del caso, sin ánimo de dañar la buena imagen de los paisanos cajatambinos, me permito comentar sobre la triste realidad por el que atravesamos los cajatambinos, que es, la pérdida de identidad por la tierra que nos viera nacer; a pesar de ser vehementes devotos de María Magdalena, apasionados del valor mágico de la tierra del Anaypuyo, acérrimos degustadores del Pari, del cuy, de la pachamanca y demás riquezas culinarias.
Por otra parte, algunos hemos dedicado versos y poemas a San Cristóbal , al nevado Huacshash, a Huacatupi; otros han compuesto excelentes versos como “Linda Cajatambina”; y lo más grave de todo esto, es que, no sabemos valorar las ingentes riquezas naturales con que cuenta la tierra que nos viera nacer; así como la riqueza artística, paisajística, turística; a pesar de todo ello, hemos abandonado masivamente nuestra tierra, habiendo sido absorbidos por la invasión cultural moderna alienante, solo nos recordamos de nuestra tierra en su fiesta patronal de julio que la visitamos masivamente; allí lloramos, nos lamentamos, para luego nuevamente retornar después de un año, hasta finalmente dejar nuestros huesos en tierras extrañas.
Por otro lado, hemos abandonado nuestras pequeñas parcelas, nuestras casas donde pasamos nuestra infancia, nuestra adolescencia; muchos nos hemos venido, haciendo que personas extrañas se empoderen (no es malo) pero hemos perdido el valor material que nos unía a nuestra tierra. De esta manera, las nuevas generaciones ya no tienen el mismo amor a nuestras costumbres, tradiciones, y en esencia el amor a esa tierra linda que es <cajatambo lo hemos perdido
La identidad cultural es un conjunto de valores, orgullos, tradiciones, valores, folclor, creencias, etc., y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura.
Durante el tiempo, las autoridades locales están haciendo uso y abuso en la tierra que nos viera nacer, sin importarles el futuro, su destino, su desarrollo, su progreso. Estos individuos han confundido la función para el que fueron elegidos y creen que Cajatambo son sus feudos o haciendas, hasta que el actual Alcalde ha tenido la osadía de enraizar alfalfa en la Plaza de Armas de Cajatambo manifestando sarcásticamente que era para los burros cajatambinos.
Doce (12) años de gestión municipal ¿Cuáles son las obras que se han ejecutado en bien de Cajatambo?, ¿Cuánto de Presupuesto ha manejado y cómo se justifican los resultados?. Solamente me estoy refiriendo al presupuesto del distrito de Cajatambo, porque los demás distritos tienen su Presupuesto propio. Entonces, cuál es la explicación para que la tierra que nos viera nacer esté en las condiciones en que se encuentra. ¿Cuál es la culpa de nuestro pueblo para que un hijo le pague mal, para que un hijo lo traicione?, pareciera que no tuvieran sangre en la cara, sentimiento, ética. No podemos permitir que por nuestros traumas y/o frustraciones y resentimientos nuestro pueblo sea el pagano.
Cómo no va estar abandonado a su suerte nuestros pueblos, si somos marginados y postergados por el Gobierno Regional de Lima Provincias, habiendo llegado a ser la provincia de Cajatambo un apéndice (complemento) de Barranca, donde funciona la sede de la ODE (Oficinas Descentralizadas Ejecutoras), lo que no sucede con el resto de las provincias que conforman el Gobierno Regional de Lima Provincias; donde en cada una de ellas existen independientemente las sedes de las ODEs (Oficinas Descentralizadas Ejecutoras) conforme se indican a continuación:
Frente a tales hechos, ¿cuál ha sido la actitud del alcalde provincial, del gobernador y del resto de autoridades?, ¿Debemos preguntarnos, por qué no sucede lo mismo en el caso de Oyón, Yauyos, Cañete, Huaral, Huarochirí, Canta, Huaura?: Lo que pasa, es que, nuestras autoridades son indiferentes a los intereses de nuestra provincia; lo que más les preocupan son sus intereses personales.


QUÉ SIGNIFICA TENER IDENTIDAD CAJATAMBINA

Adquirimos nuestra identidad cajatambina, a través de dos fuentes:
1.  El sello indeleble que nos ha impreso en nuestro ser nuestras madres cajatambininas, que al cobijarnos en su claustro materno, nos trasmitió sus impresiones, sus vivencias (alegrías, sentimientos y sufrimientos) del acontecer cajatambino.
2.  Al nacer tuvimos la suerte de respirar por primera vez el aire puro, fresco y gragancioso del ambiente cajatambino; que a través de nuestro desarrollo evolutivo fuimos internalizado  en nuestro ser el sentimiento:
a.     De ser hijo nato de cajatambo;
b.     Festejar (homenajear) y deleitar (degustar, apreciar, saborear) sus exquisitas viandas,  costumbres (usanzas, tradiciones); su folclor     ( sus bailes, sus canciones, sus fiestas);
c.      Sentirnos orgullosos de su cultura cajatambina, de su historia, de su belleza paisajística;
d.     Identificarnos entre nosotros como cajatambinos;
e.     Identificarnos con sus necesidades y problemas de nuestros pueblos;
f.       Honrar su nombre de la tierra que nos viera nacer ¡Cajatambo! donde quiera que nos encontremos;
g.     Defenderla hasta con el precio de nuestras vidas;
h.     Borrar de nuestras mentes y de nuestros sentimientos el egoísmo, la apatía, la envidia y la traición a la tierra que nos vio nacer;
i.       Reflexionar  frente a su realidad, formulando iniciativas, propuestas en bien de su progreso y desarrollo.

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