POEMAS DE MIS RECUERDOS
UN IDILIO QUE PERDURÁ POR SIEMPRE
(Autor: Hipólito G. Yánac Rivera)
¡Perdurarás! por siempre en mi pensamiento,
porque, en mi corazón,
sigue latiendo el amor que te ofrendé;
a pesar, que te alejaste sin explicación.
No nos dijimos ni una sola palabra,
te alejaste sin una justificación y sin un
adiós;
hasta ahora, no nos hemos visto,
el tiempo a transcurrido como si fuera ayer,
Compartimos largos años de idilio,
tiempo en el que nuestros corazones,
compartieron día a día con toda ternura,
sus ilusiones, sus pasiones, sus
palpitaciones.
Los años podrán haber pasado,
pero mi amor, persiste igual,
como el último día de nuestro encuentro,
que compartimos nuestro romance.
Si por suerte, leyeras estas líneas,
comprenderás lo mucho que te amé;
y si todavía, existo en tu pensamiento,
te estaré esperando como si fuera ayer.
No guardo rencor en mi corazón,
porque, aprendí a valorarte,
así como el cariño que te ofrecí,
fue un amor sin condiciones.
Largos años, vivimos juntos,
compartimos el néctar de nuestro idilio:
recuerdos que a través del tiempo perdurarán,
por eso, te seguiré amando por siempre.
PARA TÍ, A QUIEN AMO TANTO
(Autor: Hipólito G.
Yánac Rivera)
Obsesionado de nuestro idilio,
vivo solo pensando en ti,
porque las experiencias que compartimos,
fue lo más sublime de nuestra existencia.
Si recordamos los lugares y los momentos,
donde nos ofrendamos y sellamos nuestro amor,
revive nuestra ardiente pasión,
hechos imborrables que perdurará por siempre.
Por más que el tiempo haya pasado,
tú sigues siendo el tesoro de mi vida,
la mujer encantadora que cautivaste mi
corazón,
porque en tu pecho cobijaste mi ardiente
pasión.
Tu partida insólita, sin decirme nada,
es lo que me atormenta día y noche,
al no haber podido escuchar de tus labios,
el motivo de tu partida, sin retorno.
Quisiera que me guardes en tu recuerdo,
te imagines que me tienes en tus brazos,
pegado tu rostro con el mío,
compartiendo ese beso candoroso,
que solíamos deleitar noche tras noche.
Las hazañas de nuestro amor,
son recuerdos imperecederos,
que ni el tiempo ni la desdicha,
podrán borrarlo, porque son huellas,
indelebles del eterno amor que nos juramos.
OFRENDA DE AMOR
(Autor:
Hipólito G. Yánac Rivera)
Cuando las flores amarillas
de los rábanos,
cubría cual manto dorado
el paisaje cajatambino,
un día de mayo de límpido
firmamento
nos juramos amor eterno.
Bajo el aroma de las flores
del alfalfar
y el aletear de las
mariposas,
contemplando sus
multicolores alas
embriagados de amor,
sellamos nuestro juramento.
Un día de mayo, fecha inolvidable
cuando los ardientes rayos
del sol,
cubría el panorama
cajatambino
bajo la sombra de un
eucalipto,
nos prometimos amarnos toda
la vida.
Entre el trinar de los
gorriones,
el silbido galante de los
ruiseñores,
el cantar armonioso de los
cuculíes,
sentados entre eucaliptos y
alisos
cristalizamos nuestro amor
sincero y puro
A orillas del ancestral río
tabín,
contemplando el discurrir de
sus aguas
y su tañer sobre las
cantoneadas piedras,
juntamos nuestros corazones
como señal de nuestro
cariño.
Entre la penumbra de la
noche
junto al rosal del portón de
tu casa,
entrelazamos nuestros brazos
pegadas nuestras mejillas
cual una lápida,
nos prometimos jamás
olvidarnos.
Entonando los versos de una
canción
evocados de lo más profundo
de mí ser,
te expresé lo mucho que te
amaba
y te prometí nunca
olvidarte,
del cual evidencian éstas
líneas de amor.
Entre besos y caricias,
sellamos el amor que nos
prometimos,
ahora que el tiempo ha
transcurrido
entre recuerdos y
nostalgias,
te recordaré hoy y siempre.
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