FIESTA
COSTUMBRISTA Y TRADICIONAL DE “CORPUS
CRISTI” - “LOS NEGRITOS” - CAJATAMBO
Escrito
por Hipólito Yánac Rivera
(En
base a su experiencia como danzante “negrito” y caporal de los “negritos”).
La
fiesta de “Corpus” o de los “negritos”, como folclor cajatambino es poco difundido, a pesar de su
originalidad y ser muy distinto a las costumbres de otros lugares; motivo por
el cual, me permito describir en base a mis experiencias como danzante y haber
sido “caporal” de dicha fiesta.
La fiesta
popularmente llamada “Corpus” o los “Negritos”, muy añorado por los
jóvenes cajatambinos se hizo costumbrista
porque se estableció al celebrarse año tras año conmemorando la fecha religiosa
de “Corpus Cristi” desde hace
muchísimos años; y tradicional porque
se fue trasmitiéndose de padres a hijos desde nuestros antepasados hasta la
actualidad.
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Esta
fiesta dentro del Calendario, es una “fecha
movible”, se puede ubicar en el Calendario contando 62 días a partir del
sábado de gloria de la “Semana Santa”,
festejándose unas veces en el mes de mayo
y otras en el mes de junio, siendo
el día central un día “jueves” de la
semana y celebrándose por espacio de siete días.
Fiesta
muy recordado en antaño por los hijos cajatambinos que se encontraban
residiendo en diversas partes, como las
haciendas de Humaya, Peñico, Caldera, Chambara, Andahuasi, las minas de Raura , así como también en las
ciudades de Lima, Huacho; quienes en aquellos años cuando
no existía la carretera, tenían que constituirse a Cajatambo a pie desde la
ultima trocha de la carretera Sayán –
Oyón, como Mirahuay, Ayarpongo, Churín, Tectahuaín, Cashaucro, llevando consigo sus
disfraces, algunos víveres y ropa para sus familiares; es así, que comentan que
si no podían viajar por razones ajenas a su voluntad lloraban amargamente,
encargando a los que viajaban que su familiares tengan calma que el próximo año
con la bendición de Dios y de Corpus Cristi estarían allí; y que a su regreso
de la persona encargada le haga una encomienda del cuy , el aderezo, la
papaseca y la cancha para que pudiera preparar su “pari”, y según dicen que les encargaba que les llevara hasta las
piedritas del puquio de “Tictocoto”,
“Tocjtuy” o de “Andahuaylas”, porque esas piedritas son especiales, ya que, no
revientan al ser expuestas en el fuego para caldearlas y echar en el mate de “pari”, para que le dé el toque especial del sabor cajatambino.
A
esta fiesta también concurrían jóvenes y
personas de los pueblos aledaños a Cajatambo como Astobamba, Huayllapa, Uramaza, Utcas, Cajamarquina, Chucchi, Palpas, Poquián, Copa, convirtiéndose en una fiesta
popular y de trascendencia provincial.
En
la actualidad, por el fenómeno de la emigración de las familias cajatambinas
hacia las ciudades de Huacho y Lima, también la fiesta de “Corpus” o de los
“Negritos”, es festejada con bastante fervor en las colonias residentes en
Huacho y Lima; para quienes nuestras sinceras felicitaciones, ya que, hacen
posible que perduren nuestras costumbres y tradiciones.
La
fiesta de “Corpus”, se inicia
aproximadamente un mes antes de la fecha fijada con el llamado “Churpucuy”, que viene a ser el
anticipo a la fiesta de “Corpus” y
la confirmación de su participación del “Caporal
Mayor” y los “Caporales”; quienes el día martes en el “Despacho” al concluir la fiesta del
año anterior, se comprometen cumplir como funcionarios.
¿EN QUÉ CONSISTE
EL “CHURPUCUY”?
Consistía,
en que el “Caporal Mayor”, los “Caporales”
y jóvenes entusiastas del barrio
de “Antay” y “Tambo” en forma separada, se reunían en la casa del “Caporal Mayor”, contrataban una
orquesta de cuerdas de personas aficionados o algunas veces eran convocados
arpistas famosos como don Julio Alejos
del pueblo de Mangas, los hermanos Ramón y Andrés Pedraza del pueblo de Poquián;
quienes motivados por varias tandas de “Calentado”
(bebida hervida a base de ron, jugo de naranja o limón, con azúcar quemado,
canela, clavo de olor y plantas medicinales como la escorsonera, huamanripa,
lancahuasha, huirahuira), a partir de las once de la noche salían a las calles
al compás del popular “Chimayche”,
visitando las casas de los posibles funcionarios y colaboradores confirmando su
participación. Era una noche de algarabía para la juventud, de derroche de
energía con vivas: “Viva Antay”, “Viva Tambo”; el reventar del “chicote” del retaguardia y el tañer de
las campanillas de los negritos anunciaban por anticipando la fiesta de “Corpus”, Así trascurría la noche hasta
la mañana libando licor en las cantinas de la calle gorgor, gatucucho y
otros; con este acto estaban confirmado con seguridad la realización de la
fiesta de Corpus o de los negritos.
¿CUÁNDO EMPIEZA LA
FIESTA DE “CORPUS” O DE LOS “NEGRITOS”?
De
acuerdo al calendario, estando establecida la fecha religiosa de “Corpus Cristi”, el día “martes” de esa semana el Caporal Mayor y
los Caporales se reúnen y deciden enviar una comisión a un lugar predeterminado
llamase “Maray”, “Crucijirca”, para esperar a los
integrantes de las orquestas (independientemente cada barrio), que generalmente
eran de Mangas, Nanis, Pacllón de la
provincia de Bolognesi o de Poquián o Copa; a quienes les recibían con chicha y ron, luego de contactarse
se dirigían a la casa del Caporal Mayor, a fin de tomar sus alimentos; después
de un pequeño descanso el Caporal Mayor preparaba una mesa donde extendía un mantel
blanco colocando gran cantidad de coca, cigarro nacional o inca, ron y un “iscupuru”, y así empezaba la “Chacchapada”, “Boleo” o “Gatipada” (con estos sortilegios se
pretendía trasmitir energía negativa a la orquesta contrincante o del barrio
opuesto para que todo le salga mal, que muchas veces daba resultados o era
simple coincidencia); a fin de que
la fiesta sea un éxito, la orquesta sea la ganadora del barrio por su música y
el buen sonido de sus instrumentos.
Acto
seguido, los integrantes de la orquesta empezaban a afinar sus instrumentos con
tal precisión y coordinación, a fin de que todo sea éxito. Paralelamente un
grupo de jóvenes expertos en los andares de la negreada esbozaban las letras de
los versos del “Rompe calle”, el “Piso”, la “Guanucada”, para luego hacer el ensayo con la orquesta para darle
la entonación y la armonía; y previo el consenso de los negritos los caporales
reproducían en máquina de escribir los versos,
los que eran distribuidos por el “Retaguardia”
a cada uno de los negritos para que puedan memorizarlos y cantar en el momento
que era necesario en la calle o en la plaza.
Previo
los ensayos y las coordinaciones del caso, empezaba la “cachuada” (baile sentimental de recuerdo para la familia de los
caporales que se baila en pareja) en
el patio de la casa del Caporal Mayor, donde se compartía el baile entre los
miembros de la familia, las cocineras y visitantes. Bordeando las once o doce
de la noche, a insistencia de los negritos, quienes en esta ocasión bailan sin
disfraces, solamente con su poncho, sombrero, chalina, guantes y su campanilla,
exigen salir a la orquesta de la casa del Caporal Mayor para recorrer las
calles y visitar las casas de los demás Caporales, quienes haciendo alusión a
don Julio Alejo gritan: ¡Arranca Alejo!, y salen bailando al
compás de la “Chimaychada” (baile
sumamente alegre y jocoso), siendo conducidos y dirigidos ordenadamente por el “Retaguardia”, quien es un experto en
el manejo del “Chicote”, cuyo
estruendo hacía vibrar los corazones de los jóvenes danzantes (entre los
retaguardias de quienes me acuerdo, puedo mencionar a Simón Escudero, Jorque
Escudero, Jesús Quinteros, Andrés Andrade, Aurelio Inga entre
otros).
Ya
en horas de la madrugada del día miércoles
“víspera” del día central (día
jueves), subidos por los humos del licor y la euforia de la chimaychada,
todo el grupo se dirigen al barrio contrario en busca de su oponente; momentos
en que se encuentran alrededor de la plaza principal, enfrentándose ambos
grupos, donde se aprecia la competencia de las orquestas, el desprendimiento de
los negritos que valientemente se enfrentan a los del barrio contrario,
originándose la gresca, los golpes dando momentos trágicos a la fiesta. De
igual manera los arpistas en competencia hacen chocar las astas de sus arpas,
saliendo ganador uno de ellos, al son de vivas: ¡Viva Antay! ¡Viva Tambo!. Luego
de esta escena los negritos al compás del “Chimayche”
se retiran cada uno a su barrio, que después de compartir licores de su
preferencia (ron, calentado, cerveza) aproximadamente 9.00 a 10.00 de la mañana se
retiran a sus casas a descansar hasta las 5.00 p.m. en que las orquestas en
compañía de los negritos, esta vez ya disfrazados, salen por las calles al compás
del “Rompe calle”, para luego
acompañar la procesión del señor de “Corpus
Cristi” con bastante devoción y fe religiosa, retirándose a sus casas a
descansar para continuar el día central que es el día “jueves”.
DÍA CENTRAL DE LA
FIESTA DE “CORPUS” O DE LOS “NEGRITOS”
Al
amanecer el día jueves de Corpus, día central de la fiesta, el “Retaguardia” se encarga de hacer
levantar a los integrantes de la orquesta, conjuntamente con el Caporal Mayor
salen por las calles de cada barrio visitando a los demás caporales, momentos
en que los negritos se van sumando para luego dirigirse a la casa del Caporal
programado para la repartición del “Pari”,
ingresando al son del “Chimayche”,
que luego de departir un buen rato la orquesta da fin a su participación,
momentos en que los negritos lanzan una interjección de agotamiento: ¡huyuyu….! y todos hacen sonar sus “campanillas” dando fin a la “chimaychada”. Los integrantes de la
orquesta se ubican en la mesa que ya está preparado y los negritos se sientan
alrededor del patio en forma ordenada
para participar del popular y famoso “pari”. Mientras las cocineras van preparando los “mates” de pari, el caporal reparte a
los negritos y a los visitantes vasos de “calentado”,
una “chuna o poto de chicha”, ron u
otros licores y luego el suculento “pari”
con su “cancha” de maíz amarillo. En
este acto, hay negritos muy hábiles y jocosos que burlan el control del “retaguardia” y se colocan entre los
negritos que faltan servirse el “pari”
y reciben doble ración, pero lo hacen con cierta picardía para divertir a la
concurrencia; pero si es descubierto por el “retaguardia”, éste le castiga con su chicote y le ubica en su
lugar.
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Este ágape se hace extensivo para todos los visitantes y familiares que llegan de Lima u otros lugares convirtiéndose en un banquete popular. Mientras sigue la degustación del sabroso “pari” la orquesta empieza a tocar diversas piezas musicales denominada la “Cachua” para divertir a los presentes y empieza el “Pachicuy”; es decir, los visitantes y/o familiares van a la casa del caporal llevando botellas de licor (ron cartavio, pomalca, anizado y otros) para compartir con todos los presentes como gratitud de haber degustado el “pari”; acto seguido para retirarse a la casa de otro caporal la orquesta toca un “medio piso” para terminar en un “chimayche”. Si hubiera el “pachicuy” de otros caporales se trasladan con “rompe calle” a las casas de éstos personajes desarrollándose el convite en forma similar, para luego pasado el medio día salen bailando el “rompe calle” por las calles del barrio para ser espectado por la población siendo seguidos por los niños, jovencitos y personas que les gusta observar las ocurrencias de los negritos; haciendo su entrada a
Luego
de un pequeño intermedio ambas orquestas empiezan a tocar una música melodiosa
y los negritos empiezan a bailar el “piso”
(que viene a ser una mudanza que representa como los esclavos negros en la
colonia eran sometidos a la esclavitud, y a la explotación mediante el trabajo
forzado, maltratados brutalmente), siendo ordenados por el “retaguardia” en filas de tres o cuatro según la cantidad de los
negritos. En esta etapa del baile, los negritos van entonando estrofas de
canciones compuestos por ellos, haciendo alusión al sometimiento que fueron
objeto los esclavos negros de la colonia. Por otra parte, el público en
general, se ubicaban en el atrio de la
iglesia y en los alrededores de lo que hoy es el Centro Cívico, a fin de
espectar y gozar de la fiesta. Los caporales responsables del día o los
colaboradores, se encargan de trasladar un tonel de chicha a la plaza con unas “anchanas” tejidas de “Churo”, siendo cargados por negritos
haciendo bromas sarcásticas para
hacer reír al público espectador, luego la chicha es distribuida a los negritos
y a los espectadores.
También,
es digno de reconocer el desprendimiento de las esposas, enamoradas o
pretendientes de los negritos (ellas iban bien arregladas, peinaditas con su
bincha y algunas llevaban una flor colocada a la altura de oreja que les hacía
lucir muy hermosas, o también puestas su sombrero de paja que para esa fecha
los hacían hormar donde don Marcelino
Loarte, Pedro Loarte, “Vallico” en el barrio de Antay o don Amadeo Híjar en el barrio de tambo),
quienes llevaban el “Ayapacuy” (llevar
para el muerto), consistente en una jarra de chicha (“aloja” o chicha de maní especialmente preparadas para esa fecha)
cubierta con un mantel blanco debidamente bordado por ellas mismas con hilos de
seda de diferentes colores, el cual era entregado en público a sus preferidos
haciendo notar su afecto o su idilio amoroso, como quien decir yo soy de él; y
el negrito regocijado por tan dulce dama lo compartía la chicha con sus amigos haciendo notar una
escena pintoresca que muchas veces pasaba por desapercibido, pero a través de
estas líneas trato de revivir lo pasado, épocas efímeras que ya no vuelven, que
solo quedan en el recuerdo. Asimismo, es de recordar que había señoras o
señoritas que se colocaban frente al atrio de la iglesia en las graderías con
su mesita para vender chicha de maní con su canela molida o la “aloja” (otra clase de chicha preparado con
jora tostado llamado “argüí”,
molido y hervido con canela, hinojo, cedrón y debidamente fermentado) los
cuales eran consumidos por los negritos o el público espectador, lo que también
daba un colorido especial de fiesta y tradición, como también aparecían los “mercachifles” y los “Tushis” (especie de comerciantes
ambulantes, pero que sus mercaderías lo llevaban cargados en la espalda y que
venían a pie desde lugares muy lejanos como Huancayo, pasando por Cerro de
Pasco, Yanahuanca, Oyón; procedentes del pueblo de “Tushi”) que ofrecían sus curiosidades como cintas,
espejos, pañoletas, máscaras, campanillas,
etc, convirtiendo en una feria popular.
Conforme
iban pasando las horas, la orquesta empezaba a tocar la “Guanucada” música melodiosa y melancólica que a muchos negritos
que iban de Lima, Huacho o de las haciendas les hacía recordar sus penurias y
alegrías, quienes se sentían nostálgicos
y lloraban diciendo: “Huatancama”,
que significaba “hasta el próximo año”; y
así poco a poco los negritos iban “Huanucando”;
es decir, se iban echando al suelo como signo de agotamiento y sometimiento al “caporal” reprimidos por su “retaguardia” (joven
fornido que manejaba el chicote con las dos manos encargado de dirigir y
disciplinar a los negritos) hasta quedar totalmente echados en el suelo solo
moviendo el trasero. En todo este proceso, negritos pícaros y jocosos hacían
piruetas y bromas al retaguardia,
como por ejemplo: le cortaban la mecha del “Chicote”
o “lagia” o también la punta de su
chicote lo amarraba en su jerga y cuando quería reventar el chicote no podía
enredándose con su jerga y la gente se reía a carcajadas; es decir, todo era
muy divertido.
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Por otro lado, en un momento inesperado aparecían las “Maricas” (todos ellos varones, algunos vestidos de mujeres con la vestimenta parecida a los personajes aludidos) escenificando romances secretos o prohibidos, a personajes o autoridades emblemáticos; a los que se plegaban algunos negritos para atraer mayor atención del
público
y así se hacían los destapes en una forma picaresca. Mientras tanto, el “tronco” o las orquestas poco a poco se
iban emplazando al medio de la plaza para dar inicio al tan esperado “Chimeyche” que de un momento a otro
arrancaba haciendo despertar a los negritos que literalmente estaban muertos
por la explotación de los “caporales”. Los negritos al son del “chimayche” con toda la prosa y
elegancia de su baile abrían vuelo al sincronizado sonido de las campanillas
levantando mucha polvareda (destacándose por su baile y sus estilos don Antolino Cruz Vega, Ricardo Trucios Inga popularmente
conocido como “Ractaco”, don Emiliano Inga popularmente conocido
como “Uchcupando”, negriadores
famosos y de larga trayectoria),
para luego a proceder al “Gatinacuy”
y la competencia de las orquestas entre los barrios de “Antay” y “Tambo”, de
esta forma ingresaban al parque por
sentidos contrarios; los de “Tambo”
lo hacía por la calle a “cruzpata”
para voltear por la recta del local de la comunidad “La Carmelita ”; mientras
tanto, los de “Antay” lo hacía por
la calle que va a “Hualpahuayi” y
volteando por el antiguo local del Banco de la Nación , produciéndose el
encuentro o “Choque” en la misma
esquina que da hacia el puquio de
“Huandahuaylas”; ambos bandos,
frente a frente iban bailando dando vueltas alrededor de sus orquestas,
momentos en que se producían las fricciones entre los negritos de ambos bandos,
instantes en que empezaban los golpes o las peleas entre los negritos, que al
mismo tiempo se escuchaban los gritos de
¡Viva Antay! ¡Viva Tambo!; ¡Arriba
Antay!, ¡Abajo Tambo! y viceversa para continuar alrededor del parque,
produciéndose nuevamente otro “Choque”
en la misma esquina del atrio de la iglesia. En este encuentro se definía cuál
de los barrios era el ganador, luego de tantas vivas y griteríos cada una de
las pandillas se dirigen a sus barrios para llegar a una cantina de su
preferencia, en caso de Antay muchas veces lo hacía en la cantina de don Juan Fuentes Rivera el popular “Chaspus” donde libaban cerveza.
Mientras
tanto, se escuchaba el sonido de la campana “Mariangola” de Cajatambo anunciando la procesión del señor de “Corpus Cristi”,en homenaje al día
central de la fiesta, a lo que las orquestas, los negritos y los “Huancos” concurren acompañando con
toda devoción y fe, haciendo la promesa que el próximo año retornarían de estar
vivos y con la bendición del señor. Concluido la procesión, se dirigen a la
casa del caporal donde la orquesta toma su cena y a los visitantes se sirve el
popular “locro de habas con su trigo
Capchi”; para luego, compartir la “Cachua” con los familiares del caporal.
La
orquesta acompañado por los negritos y la juventud en horas de la noche salen a
las calles haciendo de “chahua negros” (sin
disfraces) para amanecerse bailando y libando licor toda la noche, al que se
llama la “amanecida”; así termina el
día central de Corpus. Igual escena se realiza durante los demás días hasta el
día lunes, un día de amanecida y otro de descanso con el que concluye la
fiesta.
El
día Martes, la orquesta ni los negritos ya no salen a las calles, solamente
bailan en las casas del caporal mayor y los caporales haciendo el “Despacho”; es decir, era el
agradecimiento a los caporales y familiares por lo que habían hecho realidad la
fiesta, con el acostumbrado “Huma Giray”
o “curada de cabeza” de los
caporales y familiares de los estragos ocasionados por las borracheras durante
la semana, brindándose con “chicha hervida” o “calentado”. En este “Despacho” se comprometen a los nuevos “Caporales” para el próximo año, y
muchas veces hay jóvenes que pugnan por ejercer los cargos de “Caporal Mayor”.
Luego,
el día siguiente y así como los demás días subsiguientes, se llevaba a cabo la “Despedida” de los hijos o esposos que
tenían que retornar a la costa (Lima, Huacho o a las Haciendas) para continuar
con sus trabajos; cuya escena era triste, de
llanto, de abrazos y promesas, por parte de éstos a sus mamás, esposas y
familiares; para lo cual, tenían que constituirse al lugar denominado “sarmiento” cerca al puente “Tabín” a la salida de Cajatambo,
llevando chicha caliente, calentado, en donde departían entre lágrimas y
abrazos augurándoles felicidades “Huatancama”
(hasta el próximo año), para luego éstos enrumbar por el camino a Tinta,
Mallay, Ayarpongo, Tectahuaín o Mirahuay,
últimamente por Quepoc – Cashaucro; que con la llegada de la carretera a
Cajatambo cambiaron estas escenas, perdiéndose un poco las costumbres de
antaño.
INTERPRETACIÓN
HISTÓRICA DE LA FIESTA DE “CORPUS” O DE LOS “NEGRITOS”
Esta
fiesta costumbrista y folklórica representa a los hombres de raza negra que
fueron traídos al Perú en la época del coloniaje como esclavos, quienes eran
sometidos a trabajos forzados en las minas, en las haciendas de los
gobernadores de la colonia; siendo castigados brutalmente hasta la muerte; es
decir, el gobernador podía disponer de la vida de estos esclavos, porque era su
amo o patrón, bajo la conducción de un “Caporal”
en una determinada gobernación o fundo, controlados y sometidos por un jefe
que ostentaba su autoridad con un “látigo”,
“fuete” o “chicote” para dominarlos. Posteriormente estos esclavos fueron
logrando su condición de hombres libres, al paso de la vida política que el
Perú iba librando con su independencia y el ejercicio republicano.
En
esta parte, sin ánimo de pecar de historiador, me permito hacer un paréntesis
para transcribir el Decreto Provisorio del Libertador Ramón Castilla, a manera
de ilustración porque es un hecho que marca las conquistas de libertades en el
Perú; cuyo texto es el siguiente:
Por cuanto en 3 de Diciembre
de 1854 y en 9 de marzo de 1855, se expidieron los
Decretos siguientes:
El
Libertador Ramón Castilla, Presidente Provisorio de la República.
Considerando:
Que es un deber de justicia restituir
al hombre su libertad;
Que la revolución de 1854 tiene por uno
de sus objetos principales reconocer y garantir los derechos de la humanidad
oprimida, explotada y escarnecida con el tributo del indio y con la esclavitud
del negro;
Que satisfecha en parte esta obligación
con el decreto de 5 de Julio, que
redimió al indígena del peso del tributo, queda todavía por cumplirse la de
restituir su libertad personal a los esclavos y a los siervos libertos;
Que
si el Gobierno Provisorio reservaba decretar la libertad de los esclavos
para después que el Ejército Libertador hubiese
destruido la tiranía, era porque no zozobrase en la desconfianza la
indemnización debida a los amos, ni se manchase aquel acto de justicia a la
humanidad con inducir al esclavo a dar por rescate su vida en una guerra civil que no puede comprender,
supuesto que no le dejaron ideas políticas durante su servidumbre;
Que habiendo el ex - Presidente Echenique,
en su decreto de 18 de Noviembre último, exijido por dos años la sangre de los
esclavos, y conmovido el derecho de propiedad con la vaga indemnización que
ofrece, solo por los que se le vendían para cambiar en su agonía contra los pueblos, se mancillaría el nombre
del Perú, si el Gobierno Provisorio no declarase inmediatamente los principios
nacionales, y no condenase aquel nuevo y
horrible tráfico de carne humana;
Decreta:
Art. Único. Los varones y las mugeres tenidos hasta ahora, en el Perú,
por esclavos ó por siervos-libertos, sea que su condición provenga de haber
sido enagenados como tales, ó de haber nacido de vientres esclavos, sea
cualquier modo se hallen sujetos a servidumbre perpetua ó temporal , todos sin
distinción de edad, son desde hoy y para siempre eternamente libres.
DECLARA:
1º Que el Gobierno Provisorio, creado
por los pueblos, restituye, sin condición alguna, la libertad a los esclavos y
siervos libertos, cumpliendo solemnemente un deber de la justicia nacional,
proclamada por la revolución de 1854.
2º Que los ancianos, inválidos e
impedidos de trabajar por cualquier causa física, al tiempo de recobrar su
libertad, encontrarán sus alimentos en un hospicio dispuesto por la caridad
social que debe ejercitar el Gobierno.
3º Que serán indignos de la libertad
únicamente los esclavos o siervos que tomen las armas y sostengan la tiranía
del ex . Presidente D. José Rufino Echenique, que hace la guerra a la libertad
de los pueblos; y
Garantiza
la propiedad.
Asegurando el justo precio que se debe
a los amos de los esclavos y a los patrones de los siervos libertos, sobre las
bases siguientes.
1º Quedará pagado su crédito en cinco años
2º Ganará el interés anual del 6 por 100
3º Se expedirán billetes al
portador, y nunca se confundirán con los vales de consolidación.
4º Serán admitidos los
billetes, como dinero, en pago de la quinta parte de toda clase de contribuciones o responsabilidades
fiscales.
5º Se anticipará por el
Gobierno, en cuenta de pago, los fondos que los propietarios calculen bastantes
para sistemar, bajo la administración de los ellos mismos, una inmigración
europea capaz de reanimar la agricultura de la costa.
6º Queda garantido el
derecho de estos acreedores con la
quinta parte de las rentas nacionales, inclusive en estas los sobrantes de la
venta del huano.
7º Está expedita la acción
de los propietarios para convenir en mejores términos con el Gobierno, acerca
del pago de estas deudas, consultándose el monto de las rentas públicas,
protección a la agricultura y el respeto al derecho de propiedad
Dado
en la Casa de
Gobierno en Huancayo a 3 de Diciembre de 1854. === RAMÓN CASTILLA ==== MANUEL
TORIBIO URETA”.
Por
tanto, los danzarines “Negritos” de
la fiesta de “Corpus” pretenden
encarnar las penurias de los negros esclavos de la colonia: poniéndose máscaras
de color negro, a través del “rompe
calle”, el “piso” y la “guanucada”, y a la vez, escenificar
con alegría a través del “Chimayche”
la libertad de la esclavitud decretada por el Mariscal Ramón Castilla.
INTERPRETACIÓN
RESUMIDA DE LO QUE REPRESENTA EL “ROMPE CALLE”, EL “PISO” Y LA “GUANUCADA” Y EL
CHIMEYCHE.
“Rompe Calle”,
es la primera parte de la fiesta de “Corpus” o de “Los Negritos·, que consiste
en el desplazamiento de los negritos de la casa de los caporales por las calles
de Cajatambo en columna de tres, marcando el paso de un lado a otro, dando
medias vueltas y haciendo sonar su campanilla en actitud de sometimiento,
acompañado por la música triste, melancólica de la orquesta, que al llegar a
una esquina la orquesta se posiciona en el centro y los negritos bailan
alrededor de ella, para luego proseguir recorriendo por las calles, que en el
trayecto van entonando estrofas alusivas a Ramón Castilla como libertador de
los negros y a hechos o sucesos de actualidad de Cajatambo, las que fueron
compuestas en la noche de la víspera. Por ejemplo:
Los negritos de Cajatam…bo,
todos unidos en estas fiestas,
recordemos con añoran…za…
los festejos de Corpus Cristi.
El “rompe calle”, representa cuando los
negros eran traídos del África y vendidos temporal o perpetuamente;
quienes atados de las manos unos tras
otros eran vendidos y entregados a los Gobernadores, Caporales o patrones y
conducidos a las minas o haciendas de la colonia; es decir, representa la etapa
del sometimiento de los negros a la esclavitud.
El “Piso”, es
la segunda parte de la fiesta de “Corpus” o de “Los Negritos”, cuando luego de
ingresar en “rompe calle” y un breve “Chimayche”, se posesionan en fila de tres
o cuatro en la plaza de Armas y la orquesta empieza a tocar una música triste,
muy melancólica; aquí los negritos al son de la música poco a poco van
agachándose y doblándose en dos como signo de agotamiento; a la vez, que otros
negritos pícaros burlando el control del “retaguardia” hacen bromas y chistes
para hacer disfrutar al público espectador, pero es reprimido por el
“retaguardia” a punta de “chicote”, tratando de mantener el control y el orden.
Por otra parte, los negritos en su conjunto entonan estrofas tristes y
melancólicas como expresión de un trabajo forzado, agotador y de sufrimiento,
por ejemplo:
¡Trabajemos todos unidos!…..”
Para el progreso …, de Cajatam…bo;
Y así, luchemos …, por la grandeza
de nuestro pueblo…
A
esta parte del baile los negritos lo llaman “Arucuy”(vamos a trabajar) y para mitigar la sed de estos negritos
se acostumbra el famoso “Ayapacuy”.(llevar
para el muerto) como ya hemos dicho es la chicha de maní o “Aloja” que es
ofrecido a los “negritos” por sus esposas o sus enamoradas, de no ser así, dos o tres negritos salen del
ruedo y se van a libar chicha o cerveza en las cantinas, regresando para
continuar con el “Arucuy” (con el
trabajo; es decir con el baile), luego de un espacio de tiempo al desvanecerse
los efectos del licor por el esforzado baile que realizan, los negritos se ven
obligados a regresar a la cantina a paliar su sed. Esto sucede todos los días a
partir del jueves hasta el día lunes de la siguiente semana.
En
esta parte del baile muchos negritos demuestran su estilo, su prosa y su
profundo sentimiento a la costumbre que año tras año se va formando en ellos;
destacándose don Antolino Cruz Vega,
Ricardo Trucios Inga, Emiliano Inga, en el barrio de Antay. Así, va trascurriendo las horas hasta que
avanzado la tarde los negritos empiezan a tirarse al suelo, haciendo notar que
están exánimes y moribundos representando la llamada “Huanucada” (morirse),
Éste
baile dura aproximadamente de 3.00 p.m. hasta las 6.00 p.m.; llegado esta hora
la orquesta o sea el “tronco” poco a
poco va saliendo al centro de la plaza, mientras los negritos permanecen
tirados en el suelo literalmente muertos, a lo que, algunos negritos burlando
el control del “retaguardia” se levantan y empiezan bailar junto al “tronco”,
siendo reprimidos por el “retaguardia” y devuelto a chicotazos a su lugar,
luego de un momento a otro la orquesta (el tronco) empieza a tocar una música
bastante alegre y empieza el “Chimayche”.
El
baile del “Piso”, representa los
trabajos forzados a los que eran sometidos los esclavos negros en la época de
la colonia, en las minas y en las haciendas de los gobernadores o patrones
españoles, administrados por los “Caporales”
y controlados por los “retaguardias”;
a quienes los hacían trabajar a latigazos sin comer, desfalleciendo de
inanición y muriendo como seres insignificantes; escenificado por los negritos
a través de la “Huanucada”.
El Chimayche”, es
la tercera parte de la fiesta de “Corpus” o de “Los negritos”, fase culminante
en que los negritos luego de la
“Huanucada”, cuando el “tronco” o la orquesta poco a poco se va ubicando en
medio de la Plaza
de Armas y empieza a tocar una música alegre, bastante movido y emocionante,
momentos en que los negritos se despiertan (literalmente) y se levantan
vivazmente moviendo sus campanillas y empiezan a bailar en círculo alrededor de
la orquesta lanzando expresiones como ¡Abre vuelo!, ¡Viva Antay! o ¡Viva Tambo!.
Momentos en que muchos negritos demuestran sus habilidades para el baile y lo
hacen con bastante elegancia y estilo, escenas que son muy apreciados por el
público espectador, convirtiéndose en momentos de euforia y de profundo
sentimiento costumbrista, tanto para los negritos como para los espectadores
hombres y mujeres, ya que hay una nutrida concurrencia en estos días de
fiestas.
El “Chimayche” representa a la tercera
parte de la fiesta de “Corpus” o de los “Negritos”, baile bastante movido,
alegre, jocoso y divertido, que se baila después de la “Huanucada”, en conmemoración a la libertad de la esclavitud de los
negros decretado por el Mariscal Ramón Castilla en Huancayo el 3 de diciembre
de 1854; en cuyo artículo único en su ultima línea dice “….son desde hoy y para siempre
eternamente libres”, después de 319 años de esclavitud. La
manifestación de alegría no era para menos, por lo que, en muchos lugares de
nuestra patria instituyeron este hecho a través de sus costumbres y folclor
para convertirlos en fiestas costumbristas y tradicionales, existiendo una
diversidad de “negritos “, siendo el
de cajatambo muy original.
¿QUIÉNES SON LOS
ENCARGADOS DE REALIZAR LA FIESTA DE “CORPUS CRISTI” O DE LOS “NEGRITOS”?
Como
había manifestado anteriormente al concluir la fiesta el día martes de “Despacho” en el “Huma
giray” (o curada de cabeza, otros lo llaman el “Andavete”) de los Caporales y familiares, personas o jóvenes
entusiastas se comprometen voluntariamente
a título personal firmando un compromiso escrito como funcionarios para
el próximo año, tales como:
Ø “Caporal Mayor”,
persona que encabeza y dirige la fiesta de “Corpus”; es decir, asume la mayor
responsabilidad para atender a la orquesta.
Ø “Caporales”,
jóvenes entusiastas que se encargan de dar el “Pari” y chicha a todos los
negritos y visitantes en un día determinado de acuerdo a la programación
establecida y colabora para el pago para la orquesta y la licencia de la
municipalidad, así como comida a los miembros de la orquesta en día
establecido.
Ø “Pariscalas”,
son señoras o señoritas que se comprometen para dar el “pari” a los negritos y
visitantes para hacer más pomposo la fiesta.
Ø “Colaboradores”,
personas que se comprometen en aportar con un tonel de chicha para la entrada a
la plaza, licor, carnero o cuyes de acuerdo a sus posibilidades.
TRAMITACIÓN DE LA
LICENCIA PARA LA REALIZACIÓN DE LA FIESTA DE “CORPUS” O DE LOS “NEGRITOS”·
EL “Caporal Mayor” en coordinación con los
demás “Caporales” tienen que presentar con anticipación una solicitud ante el
señor Alcalde del Concejo Provincial de Cajatambo, pidiendo la autorización
llamada “Licencia” para la
realización de la fiesta, adjuntando un recibo por dicho concepto, que años atrás oscilaba entre S/. 600 y S/.
700.00 soles; expidiéndose la
Resolución de Alcaldía. Esta gestión administrativa era
realizada por separado por los Caporales de los barrios de “Antay” y “Tambo”.
Asimismo,
tenían que solicitar garantías a la Subprefectura para
que les brinden las garantías del caso a través del Puesto de la Guardia Civil (años
atrás) hoy Policía Nacional.
INSCRIPCIÓN O PAGO
DE LA “MULTA” POR PARTE DE LOS “NEGRITOS”
Teniendo
que pagarse los honorarios de la orquesta y la Licencia de la Municipalidad , en
una reunión el “Caporal Mayor” y los “Caporales”,
acordaban cobrar una “Multa” a los
negritos, dándoles derecho a bailar con disfraz durante la fiesta, otorgándoles
un “ticket” con sello debidamente
numerado, los que tenían que colocarse en el arco del sobrero, con el cual eran
reconocido los negritos; cuya suma era de S/. 50.00 soles, y si no cubría para
pagar la orquesta y la licencia tenían que prorratear entre ellos. Pero había
personas que les gustaba bailar, pero como no tenía disfraz y no contaba con el
dinero para pagar la multa preferían baila de “Chahua Negro” simplemente con su poncho.
¿DE QUÉ
INDUMENTARIAS SE COMPONE EL DISFRAZ DEL “NEGRITO”?
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El
disfraz está compuesto por las siguientes indumentarias:
1.
Un sombrero de paja que
especialmente era ·”hormado” en las
talleres de don Marcelino Loarte, Pedro
Loarte, “Vallico” en el barrio
de Antay o don Amadeo
Híjar en el barrio de tambo; achatado el paño para la parte frontal donde
se colocan tres espejos con sus respectivos rozones. Asimismo, adornado con un
arco de flores de papel o perlas y rozones de
cintas multicolores de un metro y medio de longitud, adheridos a la copa
del sombrero con espejos pequeños de
forma de estrella o redondos, así como en el paño; los cuales para ser más
vistosos deben ser tupidos y adornados con perlas y lentejuelas.
2.
Una jerga larga, especie de
un poncho, tejido con hilos de lana de oveja teñido con diferentes colores.
Últimamente se ha generalizado las jergas tejidos con lana sintética.
3.
Una máscara negra de cuero
4.
Pañueletas, uno para cubrir
la cara y otro para amarrar la máscara
en la cabeza del negrito con un rozón al lado izquierdo de la cien.
5.
Pañueletas grandes, muy
vistosos que se colocan en forma superpuesta en la espalda del negrito,
aseguradas en ambos hombros con imperdibles.
6.
Guantes de lana multicolor
7.
Campanilla (chica, mediana y
grande), las campanillas grandes tenían un sonido característico, que con dos o
tres toques de los negritos hacía ensordecer al público.
¿QUIÉNES CONFORMAN
LA ORQUESTA?
La
orquesta está integrada por los siguientes miembros:
1.
Un Arpista
2.
Dos o tres violinistas
3.
Un sordinista
Cabe
aclarar que la orquesta o conjunto clásico es solamente integrado por un
arpista y dos violinistas. En algunas oportunidades los caporales se han
dignado contratar conjuntos integrados con clarinete y saxofón.
¿CÓMO SE PREPARA
EL FAMOSO “PARI”?
El “Pari” es el plato típico de la fiesta
como también el potaje que representa a Cajatambo, siendo muy apreciado por
personas foráneas o visitantes. Para su preparación se requiere de insumos.
Primeramente tiene que proveerse de los ingredientes que deben ser preparados
con bastante anticipación como la: “Papaseca”
que luego de la cosecha de papas en el mes de mayo, especialmente realizan el “Papagipray” (pelada de papa), pelada
las papas tienen se ser expuestas a la heladas de las noches del mes de mayo, a
fin de que las papas con el hielo se blanqueen y se cuarteen como una rosa y se
pongan bien suavecitas para evitar que sean vidriosos, los cuales deben ser
molidas oportunamente no debiendo ser muy fina ni muy áspera sino en un término
medio, de eso depende el éxito del “pari”.
Por otra parte, con bastante anticipación debe aprovisionarse del “Charqui” de carnero y res. También
muchos años atrás se tenía que criar gallinas, cuyes para que en el momento no
se tenga apuros; pero en la actualidad se utiliza carne de pollo de granja que
lleva de Huacho o Barranca.
SU PREPARACIÓN EN
FORMA RESUMIDA ES EL SIGUIENTE:
1.
Para el día del “Paricuy” las personas responsables
preparan el “ashtu”, donde toda la
noche hacen hervir en una olla el charqui de carnero, en otra el charqui de
res, en otra la carne de gallina y en otra hacen hervir una olla de agua de “chinchi” (chincho). Las carnes en la
madrugada deben ser deshilachadas en fuentes especiales cada una por separado,
listos para servir.
2.
Asimismo, los cuyes deben
ser degollados, pelados, desviscerados y
dorados (Cancados) en las barzas del “ashtu”,
pasándole con manteca de chancho toda parte externa para que se dore y salga
bien crocantes; el cual también deben estar descuartizados listo para servir
para cada “mate” o plato.
3.
Por otro lado, la ”papaseca” debe estar remojado en una
fuente especial, listo para servir, ya que al ser remojado absorbe el agua y se
hincha y se pone muy suave; no se puede preparar al momento porque saldría muy
duro corriendo el riesgo de un cólico inminente.
4.
El aderezo debe ser preparado en una olla
grande donde se mezclan el ají mirasol molido (bien fino), palillo molido en
proporción determinada para la cantidad de platos que se quiere servir (si es
mucho le da un amargor) comino molido, pimienta molido y ajo molido (todos
molidos en el batán con el “tunay”
de piedra); los cuales se deben hacerse dorar con manteca de chancho (ahora con
aceite) hasta el punto que los ingredientes tengan una consistencia especial,
momentos en la que se debe mezclar con la cebollita china picadas no muy
grandes ni demasiado pequeñas, sino término medio, para luego hacer que se
dore, debiendo la cocinera quien le ponga el puno de la sal (este es el secreto
para que el “pari” salga excelente).
5.
Paralelamente, en el “ashtu” las piedritas recogidas de los
manantiales de “Tictipuquio” (que se
encuentra en tictigutu), “Tocgtuy” o “Andahuaylas” deben estar debidamente caldeadas listo para servir.
Así como la cancha de maíz amarillo tostado en la “Canala” (tiesto de barro) debe estar listo para servir.
6.
Con estos ingredientes las
cocineras cogen el “Mate” o plato y
colocan dentro de él un puñado de “papaseca”,
una porción de carne de gallina, charqui de res, charqui de carnero, un cuarto
de cuy, un cucharón del caldo de gallina, un cucharón de caldo de la carne de
res o carnero, un cucharón de agua hirviendo de “chincho” (chinchi), una o dos cucharadas de aderezo y finalmente
se le echa la pierda candente para darle el toque especial (se puede apreciar
el olorcito a pachamanca y que trasciende por toda la vecindad). La persona que
se sirve debe darle vueltas a la piedrita en el mate o el plato, a fin de que
le dé el sabor a todos los ingredientes del potaje; debiendo servirse caliente con
la cancha amarilla (el “pari” frío
no tiene el gusto característico).
ANÉCDOTAS:
1.
Negrito
mazamorrero. Historial de don Daniel Yánac Aquino, quien en su coloquios con su hijos después de la cena, en el que
infaliblemente todos los días se compartía
un plato de mazamorra (no como postre, sino, como un potaje más de la
cena); él relataba que como danzante “negrito” a las tres y media de la tarde
aproximadamente antes de que los “negritos” ingresaran a la Plaza de Armas para bailar
el “piso” y la “huamucada”, tenía que servirse dos o más platos de mazamorra de
papa rayada con leche, en vez de tomar licor para poder
soportar el duro baile del “piso” y la “huanucada”. Y así, pasó su juventud
durante las fiestas de “corpus” o de los “negritos”, hasta cumplir los 50 años
de edad, dejando de ser danzante.
2.
Negritos
golosos: Habían negritos que llegaban de la costa a
divertirse especialmente de la fiesta; éstos negritos se levantaban a la cinco
de la mañana y bien disfrazados se dirigían a la casa de los caporales quienes
estaban programados para dar el “pari”;
era los primeros en comer el “pari” repitiendo la ración, para luego dirigirse
a la casa del otro caporal para hacer lo mismo, así como también, eran
invitados a la casa de sus familiares a comer el “pari” o el “Chicha en caldo”, previo el calentado
o la chicha hervida con su punto, que al final el estómago de estos negritos
resultaban totalmente saturados. Transcurrido las horas, por efecto del licor
ingerido se quedaban dormidos; Quienes por los estragos del calor y la
borrachera, eran sorprendidos por los
vómitos no teniendo tiempo para sacarse la máscara, arrojando todo lo ingerido
dentro de ella, saliendo el charqui, la papaseca, la cebollita, el aderezo, la
chicha, el ron por los ojos de la máscara, siendo auxiliado por sus compañeros.
3.
Negrito
Dormilón: Luego de ingresar los negritos a la plaza de
Armas luego de un emocionante “chimeiche”, había un descanso; tiempo que era
aprovechado por los negritos para ir al baño y hacer sus necesidades; pero, como
en aquellos tiempos no existía baño público, de la plaza se dirigían al montón
(lugar donde la gente arrojaban su basura) que estaba ubicado detrás de la Escuela de Primaria,
llamado “Calle nueva”. Lo curioso
del caso, era que algunos negritos agotados por el cansancio, la borrachera, el
calor, las trasnochadas y más que todo por la cantidad de “pari” ingerido se
quedaban durmiendo en el lugar donde estaban haciendo sus necesidades; quienes
eran despertados por sus compañeros “los negritos”.
[1] Trascrito de la copia facsimilar del Decreto Supremo
del Mariscal Castilla que confiere libertad a los esclavos, firmado en Huancayo
en 1854.
Nota.-
Los
errores ortográficos son de su original.
Lo que no se dijo en estas pagina, solo patra añadir. Primero la fiesta de los negritos, y por ende Corpus Christi. Dicen que esta fiesta de los negritos mueven los sentimientos más profundos, por lo tanto, un pueblo que canta es un pueblo feliz y los negritos, fiel a esta máxima expresión, brinda su cuota rítmica y si no es algo literal, al menos está muy cerca. Genera añoranza, y además desbordan los sentimientos encontrados cuando se trata del “chimayche” y a veces placidez para el “Pasacalle” y detenida para las “huanucadas”; así es el deleite de los negritos
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