BANCO
INTERAMERICANO DE DESARROLLO
APRENDER
MEJOR
Políticas
públicas para el desarrollo de habilidades
Editado
por Matías Busso, Julián Cristia, Diana Hincapié, Julián Messina y Laura Ripani.
APRENDER
MEJOR PARA UN FUTURO INCIERTO
El mundo del trabajo está
cambiando rápidamente. En el mundo desarrollado los robots sustituyen a los operarios
en la línea de montaje; las cajas registradoras autoservicio reemplazan a los
cajeros en los supermercados; los cajeros automáticos suplantan a los empleados
bancarios, y los pedidos mediante tablets sustituyen a los camareros en los
restaurantes. Tanto en la manufactura como en los servicios, la demanda de
empleos de calificación y remuneración media está disminuyendo debido a la
automatización. Aunque este giro sea amenazante para algunos trabajadores, la
robotización y el cambio tecnológico también ofrecen oportunidades laborales.
Los avances tecnológicos aumentan la productividad y la demanda de empleos que
requieren capacidades de resolución de problemas, pensamiento abstracto y
creativo y habilidades sociales. Hoy en día los empleos en las ciencias, la
ingeniería, la matemática y la tecnología son objeto de una demanda nunca antes
vista.
¿Ha llegado esta ola de
cambio tecnológico a nuestra región? La evidencia no es clara. Las ocupaciones
con alta remuneración, intensivas en tareas abstractas y creativas, están
aumentando, pero a un ritmo mucho menor que en los países desarrollados. Las
ocupaciones con remuneración media están disminuyendo, pero no tan rápidamente
como en los países desarrollados. Detrás de estos cambios más sutiles está la
lenta penetración de las nuevas tecnologías. En la región, las empresas tienen
menores incentivos para adoptar nuevas tecnologías, debido a los bajos salarios
en relación con el costo de las mismas. Al mismo tiempo, las menores
habilidades de los empresarios y trabajadores dificultan aún más la adopción de
nuevas tecnologías, a la vez que una estructura productiva sesgada hacia las
pequeñas y medianas empresas poco productivas limita la penetración de las
máquinas en el lugar de trabajo.
Sin embargo, los cambios
observados en los mercados laborales del mundo desarrollado permiten vislumbrar
el posible futuro de América Latina y el Caribe. El cambio tecnológico en la
región quizá sea más lento, pero es inevitable. Esto le brinda a la región una excelente
oportunidad de prepararse para las transformaciones que están en camino.
Afrontar el desafío del cambio tecnológico y lograr reasignar a los
trabajadores en función de dicho cambio no es una tarea fácil, y los gobiernos
en el mundo desarrollado se esfuerzan por encontrar soluciones. Contar con una
fuerza laboral con habilidades sólidas y adaptables es primordial para la
región.
Este libro explora qué
pueden hacer los gobiernos para impulsar el desarrollo de habilidades de la
población, una iniciativa ambiciosa si se lleva a cabo a la escala requerida
para afrontar dichos desafíos. Este proceso requerirá buscar opciones de
política que produzcan las habilidades requeridas de una manera costo-efectiva.
Tradicionalmente, se consideraba que el proceso de desarrollo de habilidades se
producía principalmente en la escuela durante la infancia. Pero no es así. Uno
de los mensajes principales de este libro es que las soluciones costo-efectivas
para mejorar las habilidades pueden darse a todas las edades, desde la primera
infancia hasta la adultez. En este proceso que dura toda la vida, las personas
son esenciales. El desarrollo de habilidades implica organizar los esfuerzos de
diferentes actores: familias, maestros, directores de escuela, emprendedores y
gerentes de empresas. De la misma manera, los espacios de aprendizaje para el
desarrollo de habilidades exceden las aulas tradicionales y abarcan los
hogares, los lugares de trabajo y otros centros de capacitación. Uno de los retos de las políticas públicas
consiste en coordinar diferentes ministerios que a menudo actúan de manera
aislada, por ejemplo, Protección Social, Educación, Trabajo y Finanzas. ¿Cómo
pueden estar seguros los responsables de las políticas públicas de tomar las
decisiones acertadas? Un camino que debería orientar sus esfuerzos es el
diseño de políticas basadas en la evidencia. Este libro muestra cómo dichas
políticas pueden arrojar nueva luz sobre qué funciona para desarrollar una
fuerza laboral más calificada y preparar a las generaciones más jóvenes para
los cambios que, inevitablemente, van a llegar.
¿Qué
son las habilidades?
Las habilidades son
capacidades que aumentan la productividad de los individuos, permitiéndoles
producir más en igual tiempo y utilizando la misma tecnología y equipo. Sean
estas capacidades innatas o adquiridas, este libro destaca las habilidades
—tanto generales como específicas— que se pueden desarrollar a lo largo de la
vida. Las habilidades generales mejoran la productividad de las personas en una
amplia gama de ocupaciones y se pueden clasificar en tres grandes categorías:
habilidades socioemocionales, cognitivas y académicas. Las habilidades
socioemocionales ayudan a las personas a identificar y manejar sus propias
emociones y las de los demás (por ejemplo, la habilidad para trabajar en
grupo). Las habilidades cognitivas comprenden la memoria de largo plazo y el
reconocimiento de patrones, así como el control ejecutivo, relacionado con la
coordinación de diversas funciones mentales. Las habilidades académicas abarcan
el conocimiento de hechos, conceptos y procedimientos y la capacidad de aplicar
estrategias en disciplinas como matemática, lectura y ciencias, y también
habilidades informáticas. Por otro lado, las habilidades específicas son
aquellas que aumentan la productividad en una gama reducida de ocupaciones,
sectores o empresas.
Un mensaje fundamental de
este libro es que las habilidades son sumamente maleables a lo largo del ciclo
de vida. El proceso de desarrollo de habilidades comienza temprano en el hogar
con la orientación de los padres, continúa en la infancia y la adolescencia en
las aulas, bajo la tutela de los maestros y profesores, y sigue adelante
durante la adultez, cuando los individuos aprenden mientras llevan a cabo su
trabajo o emprenden otros estudios. A cualquier edad hay principios básicos
necesarios para un aprendizaje efectivo. En particular, la actividad debe estar
ajustada al nivel de quien aprende y debe ser importante y relevante para esta
persona. Además, el aprendizaje debe construirse en base a los conocimientos
previos de quien aprende y debe perfeccionarse con una práctica intensa. La
retroalimentación durante este proceso es crucial. De la misma manera que el
entrenamiento y la práctica mejoran las habilidades, la falta de uso puede
depreciarlas rápidamente. Por lo tanto, desde una perspectiva de las políticas
públicas, facilitar las transiciones entre los distintos niveles en la escuela,
entre esta y el mercado laboral, y entre los diferentes empleos puede ser clave
para el desarrollo de habilidades.
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