Maestra interina de la Escuela Pública
y estudiante por vocación. Especializándome por cuenta propia sobre
Altas Capacidades y Nuevas Tecnologías. Decidí ser maestra porque creo que
esta profesión puede cambiar el mundo.
¿Por
qué es recomendable trabajar por competencias en Educación Infantil?
Según la escuela tradicional, los alumnos solo necesitaban
conocimientos para poder llegar al éxito en su vida. Pero esto se ve muy
claramente con un ejemplo, si a un niño le damos un rastrillo y una pala y le
explicamos el proceso del plantado de ciertas verduras, ¿podemos pretender que
sepa cultivar dichas verduras sin haber estado en el huerto nunca?
Por todos es sabido que la escuela infantil
es el contexto en que se desarrollará la base de todo conocimiento posterior y
que garantizará el progreso del país. Por este motivo es responsabilidad de
todos favorecer el desarrollo integral, global y completo de los más pequeños. El problema reside en que a medida que avanzan
las etapas educativas, vemos que los jóvenes no poseen la capacidad de poner en
marcha en la vida diaria los conocimientos aprendidos en el ámbito escolar.
Por este motivo, deberíamos
trabajar con el enfoque competencial desde la etapa de Educación Infantil,
ya que si a lo largo de las posteriores etapas van a trabajar con el mismo,
¿por qué no asentar las bases desde el inicio de igual modo? Por ello, autores
como Marisol Justo de la Rosa y Amparo Escamilla defienden que sea desde la
etapa de educación infantil cuando pongamos en marcha este enfoque competencial
dejando a un lado el enfoque por objetivos que se usaba hasta el momento.
Este tipo de pedagogía, como ya he dicho antes, nos ayuda a
elegir qué es lo que deben aprender nuestros alumnos en base a sus preferencias
para así conseguir que sea significativos para ellos. Además nos permite poder
evaluar de mejor modo si el objetivo planteado ha sido cumplido, es decir, la
programación va enfocada hacia los objetivos y no hacia los contenidos que
debemos aportar. Según el
aprendizaje basado en competencias el alumno será capaz de utilizar lo
aprendido en el colegio en paralelo en la vida cotidiana, es decir, hará
transferencia de lo teórico a lo práctico.
Para trabajar atendiendo a este enfoque debemos tener en cuenta
cuáles son las competencias clave y cómo queremos trabajarlas. Estas
competencias se convertirán en objetivos que estarán asociadas a los contenidos
sacados del Real Decreto 1630/2006 de 29 de diciembre, por el que se establecen
las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil.
De igual modo, en este Real Decreto se establece que en
educación infantil se sientan las bases para el desarrollo personal y social de
los niños y niñas, y se integran aprendizajes que están en la base del logro de
las competencias que se consideran básicas para todo el alumnado. ¿Pero cómo
podemos trabajar estas competencias?
Descripción de las competencias
Las competencias clave son siete, las cuales tomando como
referencia la LOMCE podemos observar claramente en esta
página.
Tras esta aclaración, es
un hecho que son muchos autores los que relacionan las competencias con las
inteligencias múltiples de Howard Gardner, es decir, que
trabajando las inteligencias Múltiples conseguimos alumnos competentes y, por
consiguiente, si trabajamos las competencias clave desarrollaremos las siete
inteligencias.
Para poder establecer una relación entre las competencias y las
inteligencias debemos saber cuáles son cada una de ellas.
Las inteligencias múltiples
Si decidimos aplicar la teoría de las inteligencias múltiples,
es porque entendemos que la inteligencia es la capacidad para entender
diferentes aspectos del entorno y utilizar dichos aprendizajes para conseguir
unos objetivos.
En dicha idea de la inteligencia, Howard Gardner afirma que cada
persona tiene distintos tipos de inteligencias, las cuales están desarrolladas
a diferentes niveles. Además la mayoría de las personas podríamos desarrollar
dichas inteligencias hasta un nivel óptimo, aunque estas inteligencias suelen
funcionar de manera conjunta. De este modo podemos afirmar que hay muchas maneras de ser inteligente,
tantos como inteligencias hay.
Según Gardner poseemos ocho inteligencias: lingüística, lógico-matemática,
corporal-cinestésica, musical, visual-espacial, interpersonal, intrapersonal y
naturalista. Debido a la existencia de estos tipos de inteligencias, los
docentes debemos cambiar nuestra metodología, ya que podemos observar la
interrelación que existe con las competencias. Por ejemplo, existe la
inteligencia lingüística-verbal, la cual podemos relacionar con la competencia
lingüística; otra ejemplificación sería la inteligencia intrapersonal que
podríamos relacionar con la competencia de aprender a aprender y así podríamos
seguir con cada una de ellas. Está claro que son siete competencias clave y
nos encontramos con ocho inteligencias, pero algunas de las competencias se
podrían desarrollar trabajando varias de las competencias.
Para esto me gustaría aportar unas pauta generales sobre cómo
debemos enfocar esta metodología en el aula interrelacionando estos dos
elementos tan conocidos en el ámbito educativo.
¿Cómo trabajar las inteligencias?
Hasta ahora tendíamos a centrar la educación en las inteligencias
lingüística y visual-espacial, ya que la información la recibimos a través de
la palabra y de la vista. Para esto debemos cambiar el rol del profesor e
innovar en las metodologías, el profesor debe ser motivador, guía y ceder el
poder de decisión al alumno y la metodología debe basarse en el trabajo por
proyectos (varias inteligencias a través de la autonomía), flipped classroom
(atención más individualizada), el aprendizaje cooperativo (inteligencias
interpersonal e intrapersonal), así como el uso de las TIC.
Para trabajar las inteligencias y por consiguiente construir
alumnos competentes, el enfoque que podemos utilizar, entre otras
posibilidades, podría ser el aprendizaje basado en proyectos, a través del cual
enfrentaremos regularmente al alumno a situaciones-problema. En este enfoque el
alumno es el propio constructor de su aprendizaje a través de la investigación. Por otro lado, es importante conocer y valorar las inteligencias de los
niños y niñas, distinguiendo qué inteligencias predominantes en cada uno de
ellos y cuáles debemos trabajar. Por
último la evaluación debería ser diaria y continua, incluyendo la
auto-evaluación, con feedback a los alumnos dentro y fuera del aula.
Con todo este conseguiremos en nuestra aula alumnos con
autonomía y capacidad de negociar, autoestima y confianza en sí mismos, además
de sentido crítico. Desarrollando desde la base, que es la Educación Infantil,
la posibilidad de gestionar la información a través de la experimentación,
iniciando a los alumnos en la capacidad de aprender a aprender y en el
desarrollo de los valores.
Si algo quiero dejar claro con esta propuesta es que todo lo que
enseñamos debe apasionar y emocionar a nuestro alumnado, respetando y dando
respuesta a sus intereses y necesidades. ¿Y
qué mejor que a través del desarrollo de las diferentes inteligencias
apoyándonos en un elemento del currículo vigente?
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