REFLEXIONES ANTE
LOS MOMENTOS DIFÍCILES QUE VIVIMOS
No llego a comprender por qué tanta
indolencia (apatía, desidia, indiferencia) en el comportamiento de las
personas, desde el ciudadano común y corriente hasta el más encumbrado
(destacado, eminente, prominente) que, cada día se va desvalorizando
(rebajando, menguando, perdiendo, depreciando), en una palabra nos estamos
degenerando de más a menos conforme pasan los años.
Frente a este problema, es preciso
compatibilizar las sentencias bíblicas con nuestro diario actuar, la que, me
permito transcribir literalmente: Tomoteo 3, 1 al 5 “Has de saber que en los
últimos días habrá momentos difíciles. En efecto, los hombres serán egoístas,
amantes del dinero, farsantes, orgullosos, chismosos, rebeldes con sus padres,
ingratos, sin respeto a la religión. No tendrán cariño ni sabrán perdonar;
serán calumniadores, desenfrenados, crueles, enemigos del bien, traidores,
sinvergüenzas, llenos de orgullo; más amigos de los placeres que de Dios. Ostentarán
apariencias de piedad, pero rechazarán sus exigencias. Evita a esa gente”.
Al hacer una retrospección, al inicio
de mi infancia y adolescencia podía percibir el saludo, el respeto, los
sentimientos nobles de las personas dentro de una cordialidad (sencillez, naturalidad,
espontaneidad, franqueza, familiaridad, sinceridad); todo este proceso tenía su
sustento en la reglas maestras de la urbanidad y el buen comportamiento que no
impartían nuestros maestros de antaño y nuestros padres que, en la actualidad
se a perdido por completo; por lo que necesita reorientar nuestro sistema
educativo.
En el transcurso de mi formación
profesional de educador, fui orientando mis ideales de cómo cambiar nuestro
país; es así que para graduarme de profesor elaboré mi Tesis intitulado “Necesitamos una Educación Socializadora”,
un trabajo de investigación que fue realizado en las comunidades e
instituciones educativas de la ciudad de Huaraz (ciudad de las montañas
blancas), tierra hospitalaria de la “Suiza
Peruana”, que me dio la oportunidad de entregarme al servicio de la
educación, pero, teniendo como fuente mis vivencias en la Escuela Normal de Chiquián,
espejito del cielo, cuna de Luis Pardo Novoa, el legendario “Luis Pardo el Bandolero”
En esta metamorfosis de mi vida fui
comprendiendo que la función de la educación no solamente es una mera
declaración teórica – literal de una
formación integral de la persona humana; sino, debiéramos entenderlo como un proceso
de socialización de las personas desde su nacimiento, su niñez, su
adolescencia, su juventud, su vida adulta y hasta su muerte; es decir, en cada
etapa de nuestra vida ir humanizándonos, descubriendo nuestras potencialidades,
habilidades, destrezas, lo que ahora se llaman las inteligencias múltiples
conforme sostiene Howard Garner, o la inteligencia emocional como sostiene
Daniel Goleman, lo que también podríamos llamarlo una educación en talentos.
Hay que entender que el proceso
educativo no solamente es la parte instructiva sino la otra que es la parte
formativa del educando o de las personas; hay que, entenderla como una acción
socializadora, donde todos los actores o agentes de la educación tienen
que interactuar para ampliar sus potencialidades en forma cíclica concéntrica
en interrelación con la familia, la escuela, la comunidad local, distrital,
provincial, departamental, regional y nacional. Es decir, que las personas a
través de la educación puedan ir revalorando su identidad personal,
su identidad
nacional, las riquezas naturales de su medio circundante, de su
provincia y de su patria.
Por otra parte, a través del proceso
educativo cada persona debe ir sensibilizando su ser,
internalizando principios y valores como componentes de su don
de persona, a fin de entender y comprender a las personas que le rodean o con
quienes tiene que interrelacionarse, lo que se llama asertividad, que viene
a ser la capacidad de expresar sus sentimientos, ideas y opiniones, de manera
libre, clara y sencilla, comunicándolos en el momento justo y a la persona
indicada; es decir, manifestar lo que se piensa y siente sin
ofender a los demás, buscando siempre el respeto de los derechos propios y de
los otros.
De igual manera, debe desarrollarse
como persona, poniendo en práctica su autoestima que es quererse a uno
mismo y querer a los demás. Significa saber que eres valioso(a), digno(a), que
vales la pena y que eres capaz y afirmarlo. Implica respetarte a ti mismo y
enseñar a los demás a hacerlo. Implica saber quién eres, y el
entender por qué piensas, sientes y te comportas de la forma en que lo haces. Es
una predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos
de la vida y como merecedor de felicidad.
Otro factor importante es el liderazgo que es la capacidad de motivar y ayudar a los demás a trabajar con
entusiasmo para alcanzar metas u objetivos, lo que, nos hace ser un líder. Y
ser líder es la capacidad
de conducir a otros, en un proceso, que permitirá alcanzar un
determinado objetivo, meta o propósito.
Los conceptos vertidos, no hay que
entenderlo como teoría, sino como práctica social, como resultado de
ese proceso de socialización de la educación, hay que romper el mito de que pocos son los inteligentes y que la
gran mayoría somos mediocres o débiles mentales; lo que pasa es que, en nuestro
país la educación es discriminatorio y no se brindan las oportunidades a todos.
En esta perspectiva, me fui
proyectando como educador, nunca pensé en un bien personal, sino en proyectarme
hacia los demás, siendo fiel cumplidor de mi trabajo, con amor y dedicación,
posiblemente como humano con errores, pero con amor social y honestidad a toda
prueba.
Mis inquietudes, mis aspiraciones y
experiencias he podido plasmar en Propuestas que han sido presentadas a
diferentes gobernantes de nuestro país, así como a los diferentes Ministerios,
al Congreso de la República ;
propuestas que son viables y que podrían servir para mejorar el estatus socio
económico y cultural del Perú.
Mis propuestas, jamás fue una puntada
con nudo, nunca fue para conseguir un favor político, me lo ofrecieron y no los
acepté, porque no era compatible con mis principios de educador.
Luego de haber cumplido con mi sagrada
misión, al pasar a la segunda faceta de mi vida, lo estoy dedicando a plantear
mis propuestas como aporte para quienes opten como una alternativa para dar
solución a la agobiante crisis que nos aqueja.
¡CÓMO
PASA EL TIEMPO!
(Autor:
Hipólito G. Yámac Rivera)
Al nacer nos cobijamos,
en el regazo de nuestra
madre
y seguimos
alimentándonos
con el néctar de los
senos del ser más querido
Conforme pasan los
días, meses y años
vamos aprendiendo a
caminar,
a hablar, tomando
conciencia
de nuestra propia
existencia.
Conforme va pasando el
tiempo,
vamos dejando huellas
indelebles
en nuestras mentes y
nuestros corazones
fuente de nuestros
pensamientos y sentimientos.
Conforme va pasando el
tiempo,
las personas nos vamos
apoderando
de las bajas pasiones:
del odio,
la hipocresía, el
egoísmo, la envidia, etc.
Conforme va pasando el
tiempo,
en vez de acercarnos a
la perfección,
nos vamos
deshumanizando cegados,
por la ambición, el
orgullo y la vanidad.
Conforme va pasando el
tiempo,
y conforme nos hemos
comportado
nuestra vida se va
consumiendo
como una vela
encendida.
Y finalmente, cuando
todo haya pasado,
es tarde cuando nos
damos cuenta,
de nada ha servido
nuestra ambición,
nuestro orgullo y
nuestra vanidad.
Cuando todo haya
pasado,
y cuando la vida llega
a su fin,
de nada sirve lamentos
y arrepentimientos,
por que todos vamos al
mismo sitio,
sin penas ni glorias.
¿Has
pensado de tu vida?
¡QUE
INJUSTA ES LA VIDA !
(Autor: Hipólito G.
Yánac Rivera)
No puedo dejar de
mencionar y dejar pasar,
hechos que suceden en
la vida,
donde tanto se pregona
la justicia,
la igualdad, la
honestidad, la moral;
pero, nuestros actos
desdicen lo contrario.
La incomprensión,
alimentada por la ambición
desnaturalizan a las
personas, volviéndolas:
irracional, obstinado,
estúpido; convirtiéndose
en dueño de la verdad,
cuando le conviene a él;
pero, injusto, desleal,
cuando se trata de otro.
Piden justicia,
clemencia, cuando les convienen;
ultrajan, vilipendian
para denigrar a otros;
porque son sus
adversarios ideológicos;
mucho más, cuando son
fiscalizados por éste,
por estar comprometidos
en actos de corrupción.
En nuestro país, el
Congreso de la República
se ha convertido en
refugio de politiqueros,
que no encarnan el
verdadero significado
de ser Padres de la Patria , menos ser miembros
del primer Poder del
Estado Peruano.
El Seno del Congreso de
la República ,
se ha convertido en un
circo,
dónde unos aúllan, otros gritan, chillan, gruñen; y
vociferan sin reparo
del qué dirán, desprestigiando
la honorabilidad del
Parlamento.
Mientras tanto, la
corrupción, la impunidad
campea a todo nivel por
muy encumbrado sea el cargo,
tenía justa razón el
escritor peruano,
Manuel Gonzáles Prada,
cuando decía:
“Dónde se pone el dedo
salta la pus”
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